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Raúl Alcaíno hizo su presentación en sociedad junto a Joaquín Lavín

Aunque no se ha anunciado oficialmente que el empresario será el sucesor de Lavín, su actitud y la de los cercanos al alcalde demuestra que la decisión está casi tomada. De hecho, Alcaíno se dejó ver en el seminario en que los centros de estudio de la derecha iniciaron la elaboración del programa del gobierno del candidato presidencial opositor.


Casi como una estrella, pero esta vez de la política y no de la televisión, se comportó ayer el empresario de derecha y ex animador de TV Raúl Alcaíno, el cada vez más probable candidato para suceder a Joaquín Lavín en la municipalidad de Santiago. La que se podría considerar su presentación en sociedad ocurrió en el evento que los centros de estudio de oposición efectuaron en CasaPiedra, hasta donde llegó Alcaíno para escuchar el discurso de clausura a cargo del líder de la Alianza por Chile.



Alrededor de las 13 horas y sólo segundos antes que Lavín ocupara el podio para dirigirse a los participantes en el evento, en el que se inició la elaboración del programa de gobierno y los proyectos que impulsará el presidenciable opositor de llegar a La Moneda el 2006, Alcaíno ingresó al salón y se ubicó en la primera fila desde donde escuchó atentamente al alcalde.



La importancia de este hecho radica en que desde mediados del año pasado, cuando el empresario expresó su deseo de ser alcalde de Santiago, su nombre comenzó a sonar en la derecha como la fórmula "ideal" para zanjar uno de los tantos problemas que motivaron la suspensión de las negociaciones municipales entre la UDI y Renovación Nacional: la sucesión de Lavín.



Sin embargo, sólo luego que -hace un par de semanas- Alcaíno reiterara por la prensa su deseo, el tema cobró nuevas fuerzas. Así, trascendió por ejemplo que el eventual candidato para reemplazar a Lavín ya ha sido medido y que ha respondido bastante bien a las expectativas de los dirigentes de la Alianza por Chile, pero lo que es más importante aún a las del círculo más cercano al actual alcalde y a las del propio edil.



En este escenario, no cabe duda que la de ayer fue una señal que reafirma que, salvo que a última hora apareciera una figura tanto o más posicionada que la de Lavín o que el propio alcalde decidiera repostularse, será Alcaíno y no otro quien sustituya a Joaquín Lavín.



Todo, porque aún cuando oficialmente el tema no está cortado, para nadie, en la derecha, parece ser un secreto que Alcaíno, quien ya no muestra el mismo interés que antes en conversar con la prensa, será el candidato para Santiago. Lo que indica que en estos últimos días el tema se ha ido decantando.



De hecho, en Renovación Nacional la respuesta ante esta posibilidad es categórica. En la tienda de Sebastián Piñera el argumento para favorecer la candidatura del ex animador de televisión es que si no será un postulante RN, tampoco será un UDI. Esto, a partir de las palabras del propio empresario, que ha manifestado su deseo de postular como independiente de derecha.



Mientras tanto, Alcaíno se movía ayer como pez en el agua. Se dio tiempo para conversar con todos los participantes del evento que se le acercaban, pero dio un tiempo especial a Cristián Larroulet y a Carlos Alberto Délano dos de los más importantes integrantes del equipo de Lavín conocido como los samuráis, cuyo respaldo significa que ya tiene un valioso trecho andado para su campaña.



Por otra parte, pese a estar reacio a conversar con la prensa no lo fue para colocarse ante las cámaras de gráficos y canales de televisión ávidos por plasmar el saludo entre él y Joaquín Lavín, quien recibió con humor las bromas en torno a que el encuentro entre el alcalde y su sucesor más bien parecía un traspaso de mando.



Alcaíno y la basura



No obstante, todo indica que en la derecha, o al menos en sus esferas de decisión, ya parece haberse definido el nombre del empresario para suceder a Lavín. Alcaíno tiene un tema no menor por resolver. Éste dice relación con su faceta empresarial.



Raúl Alcaíno es dueño de la empresa recolectora de basura Resiter -junto al empresario Álvaro Fischer- y aunque desde hace varios años no ha logrado adjudicarse ninguna licitación en las que ha participado, es muy probable que en pos de la transparencia que promueve Lavín, Alcaíno deba dejar su participación en Resiter.



Entre otras cosas, porque el tema de la basura ha generado problemas en una serie de municipios de la Región Metropolitana, ya sea por la forma poco regular en que se han manejado las licitaciones para la recolección -un ejemplo de ello son las comunas de Maipú y Estación Central- o por las empresas encargadas de la disposición final de los residuos.



Pero también porque no sería presentable que el alcalde de Santiago, en el caso que resultara electo, sea dueño de una empresa recolectora. De allí que éste sea uno de los temas que Raúl Alcaíno deberá resolver antes de oficializar su candidatura.







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