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Las increibles coincidencias del caso Matute con desaparición en Neuquén

El joven salió a una discocon unos amigos. Al interior se dispersan. Un testigo asegura haber visto que golpean a alguien en la nuca, pero no está seguro. Otros lo vieron junto a una mujer. Culpan a los guardias, dudan de la policía, aparecen videntes, cuerpos, pero del joven nada.


Neuquén es la provincia argentina más próxima a la Octava Región de nuestro país. Es tan próxima, que en sus tierras alberga su propio caso Matute. Esta es la historia de la desaparición que estremece a la provincia trasandina.



El gran sueño de Sergio Daniel Ávalos (18), era ser contador público. Para lograrlo ingresó a la Universidad Nacional de Comahue, en la provincia de Neuquén. Era uno de los mejores alumnos de su clase, muy querido por su familia y compañeros. Al igual que Coke, no tenía motivos para desaparecer. Pero el 14 de junio del año pasado, el joven universitario decidió ir junto a cuatro compañeros de estudios al "El Fuerte", un local conocido en Argentina como bailanta o lugar de baile.



El local, ubicado en la periferia de Neuquén, estaba lleno. Según declaraciones de sus familiares a la prensa local, "sus compañeros estuvieron con Sergio dentro del boliche, pero como había mucha gente, no lo vieron más y regresaron a la residencia universitaria".



Ávalos, nacido en Picún Lefú, localidad ubicada a 170 km de Nuequén, alojaba en una residencial, debido a su precaria situación económica, la que lo boligó, esa fatídica noche, a salir con muy poco dinero.



Entre las primeras versiones sobre lo sucedido, está la declaración de un estudiante de economía de la misma universidad. Según esa versión, la madrugada del sábado 14 un joven de similares características físicas a la de Ávalos, habría sido golpeado por un "patovica" (guardia), debido a que Sergio habría botado accidentalmente un recipiente con tickets. Este hecho le habría costado un fuerte golpe en la nuca. Pero el testigo, dijo no haber apreciado lo que pasó después, ni saber si se trataba efectivamente de su compañero.



Otra de las personas que acompañaba al malogrado universitario, dijo que "entramos a las 3.10 de la madrugada al boliche. Estuvimos un rato juntos, pero luego nos separamos, aunque no es tan grande el boliche y nos veíamos. A eso de las 7 lo vi por ultima vez. Pasó, pero nunca me imaginé que se iba a perder. Después fui al baño, di una vuelta por el boliche y no estaba ni él ni el resto de los chicos. Se habían ido todos".



En su oportunidad, el ministro de Gobierno, Oscar Gutiérrez, dijo en declaraciones al canal TodoNoticias, que «tienen la versión de un supuesto testigo que vio al joven irse con dos muchachos del boliche». Según versiones de un organismo de derechos humanos, ya entrada la madrugada, sus amigos vieron que Ávalos estaba con una chica, lo saludaron y se fueron.



Lo cierto es que al igual que lo que sucedió con Coke, al día siguiente nadie se preocupó. Muchos pensaron que Sergio, a lo mejor se había ido a visitar a su familia. El día domingo siguiente era el día del padre.



A los días de la desaparición, la fiscal Sandra González, a cargo del caso, ordenó allanar nuevamente el lugar de baile. Se buscaba la existencia de sótanos en el local, los cuales no habrían sido declarados por su dueño. Pero la diligencia no dio los frutos esperados.



"La ausencia de rastros de lo que pudo haber ocurrido con Sergio es el rasgo distintivo del expediente", señalaron las autoridades en un diario de la provincia. A la impotente situación que vivía la familia del malogrado estudiante, se sumaban escalofriantes detalles: un llamado anónimo a la policía dijo "si quieren encontrar a Sergio, busquen en China Muerta", a 30 kilómetros de la capital; otro llamado a Radio Centenario aconsejaba buscar en la planicie Banderita y así hasta el cansancio.



Acá también hay videntes. Un esotérico sugirió la búsqueda del muchacho en un radio de dos kilómetros, en torno al aeropuerto internacional de Neuquén. Pero el rastrillaje, con personal y perros se efectuó sin resultados.



Por el momento, en el caso de Sergio las sospechas están dirigidas al sitio de diversión nocturna y a su sistema de seguridad. Los guardias son en su mayoría funcionarios militares y de gendarmería, que realizan dichas funciones en su tiempo libre (como es habitual en Argentina).



La policía a cargo de la investigación, también ha sido blanco de las criticas y a pesar que las autoridades se niegan a desmentir cualquier versión, ya se solicitó que se revisaran los libros de guardias, del día de la denuncia, ya que los compañeros de }Ávalos señalaron el poco interés en pesquisar, inmediatamente, el caso, por "problemas de jurisdicción".



Tal como pasó en Concepción, la búsqueda de Ávalos ha significado que comiencen a aparecer otros cuerpos: el primero, fue conocido como la pista Zárate, bautizado con ese nombre, porque en dicha localidad bonaerense se encontró un cuerpo. Pero finalmente no correspondía a Sergio.



Luego aparecieron restos humanos a once kilómetros de Centenario. Se puso en alerta a la policía de la provincia, pero luego de la expectación, nada.



¿Cuánto deberá esperar la familia de Sergio Avalos para recuperar a su hijo? ¿El mismo tiempo o más que la familia Matute? ¿Por el resultado de pesquisas policiales o del milagro?



Mientras tanto, siguen reuniéndose con el gobierno, el Congreso, y siguen marchado por el centro de Neuquen, con carteles como el que levantaban por Coke.

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