La Fundación española Presidente Allende decidió responder de esta manera a lo que califica como »una campaña de desprestigio» del historiador Víctor Farías, quien ha sugerido que el ex mandatario acogió »ideas antijudías, racistas y favorables a la ingeniería social» durante su juventud.
El vicepresidente de la Fundación madrileña Presidente Allende, Víctor Pey, es propietario de un temple sólido a causa de varias de las situaciones ásperas que ha debido enfrentar. Ad portas de la Guerra Civil española fue seleccionado por Pablo Neruda, entre 400 mil refugiados ibéricos, para zarpar en el carguero ‘Winnipeg’ y salvar la vida ante la persecusión franquista. Así llegó a Chile.
En su trayectoria también está la lucha judicial por la propiedad del diario El Clarín (recordado por el slogan ‘Firme Junto al Pueblo’, reciclado por el periódico The Clinic), cuya disputa se resuelve en un tribunal de Washington frente a la familia de Darío Saint Marie (Volpone, el articulista).
Víctor Pey tiene hoy un nuevo afán. Él acusa y critica una "campaña de desprestigio" contra el ex presidente Allende, inspirada de manera central por la publicación del libro del historiador Víctor Farías, ‘Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia’ (Editorial Maye, 2005).
Hitlerismo, eugenesia y antijudaísmo
En ese texto, se acusa a Salvador Allende de tener "una concepción determinista, organicista e inhumana de la psiquiatría, que incluso llega a promover terapias lesivas para homosexuales, epilépticos, débiles mentales, alcohólicos". El historiador Víctor Farías aduce un proyecto legal, presuntamente redactado por Allende cuando ejercía de ministro de Salubridad de Pedro Aguirre Cerda (1939-1941), pero que fue rechazado por la comunidad psiquiátrica.
En el mismo libro de Farías se sugiere ad pedem litterae que "Allende recomienda la esterilización de los enfermos mentales, fustiga a los homosexuales y se refiere así a los judíos: Los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia, y sobre todo, usura". También hay alusiones a los gitanos: "dominados por la pereza, la ira y la vanidad" y sobre las tribus árabes se dice que "son aventureras, improvisoras, ociosas y con tendencia al hurto".
Estas afirmaciones apelan al supuesto pensamiento templado de Allende, específicamente cuando publicó su tesis doctoral ‘Higiene Mental y Delincuencia’, el año 1933 en la Universidad de Chile. Sin embargo, hay otro episodio posterior que también es expuesto por Víctor Farías. Se trata de la solicitud para expulsar o extraditar a Alemania al nazi Walter Rauff, implicado en el homicidio de 10 mil judíos, mediante envenenamiento por gas en camiones. En este caso, Farías dice que «Allende no concedió la solicitud» del cazador de nazis prófugos, Simón Wiesenthal.
En respuesta a estos planteamientos, Víctor Pey argumenta que "hay evidencias, hay registros de correspondencia entre Allende y Wiesenthal, en los cuales se explica por qué el ex mandatario no pudo hacer algo contra Rauff, ya que había un fallo de la Corte Suprema, mediante en cual, en 1963, ese caso se convirtió en cosa juzgada".
Aun así, complementa Pey, "Allende posibilitó que un funcionario alemán interrogara a Rauff el 28 de junio de 1972 en la embajada de la RDA en Santiago, pero esto es silenciado por Víctor Farías. Incluso es probable que se hayan falsificado, manipulado o adulterado documentos oficiales para publicarlos en su libro".
En entrevista con El Mostrador.cl, Víctor Pey anuncia ahora la publicación del texto íntegro de la tesis doctoral de Allende, con el propósito de "contribuir a refutar las acusaciones de Víctor Farías en contra de Salvador Allende". El texto entrará al circuito de ventas a principios de junio, y contará con una presentación de Joan Garcés (quien dirige la Fundación española) y una contextualización del catedrático experto en criminalística de la Universidad de Valencia, Juan Carlos Carbonell.
Campaña de desprestigio
-¿Cuál es el propósito específico de publicar esta tesis?
-La idea de publicar íntegramente la tesis del doctor Allende está suscitada por una campaña que ha tenido algunas expresiones bastante públicas y notorias de desprestigio, de descalificación y sobre todo de tergiversación de lo que fue la tesis doctoral que elaboró el doctor Allende en 1933. Con el objeto de poner de manifiesto cuál es la verdad, la realidad, no solamente para aquellos que conocen sobradamente la historia del doctor Allende, sino para aquellos que todavía permanecen en la ignorancia, con objeto de orientar a esas personas, hemos creído que lo más correcto es publicar in extenso esa tesis, con algunas observaciones sobre la tergiversación que se ha hecho de la misma.
-¿Con qué elementos llega a la conclusión de que hay una campaña de desprestigio?
-He leído entrevistas de algunos medios de comunicación; he leído también que se lanzó un libro cuyo autor es el señor Víctor Farías; me han llamado de Alemania; he sabido también que en España, en Barcelona, esta misma semana, están distribuyendo una edición similar de ese libro ‘Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia’. También en Inglaterra. Ha habido algo que va más allá de la simple publicación de un artículo o de una nota periodística.
-¿Qué interés tiene usted en reponer la imagen del Salvador Allende?
-Mire. No creo que sea necesario reponerla, porque las personas que conocieron a Salvador Allende… él tuvo una vida muy coherente, hasta los adversarios de su forma de pensar reconocen su consistencia, su coherencia, su real adhesión a ciertos valores. Él se caracterizó por sus ideas humanistas. Él propendía por el progreso social y cultural, el desarrollo de la democracia política y económica, etcétera, etcétera. No se trata de recobrar su imagen, sino de que ha habido realmente quien, tergiversando la tesis del doctor, intenta, adulterándola, alterar un reconocimiento que está bastante difundido en el pueblo de Chile.
Revisionismo anacrónico
-Sin embargo, en el contexto histórico de la tesis de Allende estaban en boga algunas ideas sobre eugenesia, sobre ingeniería social y sobre mejoramiento racial. Eran algo transversal al esquema político de lo cual se habla poco
– Para responder específicamente a eso vamos a publicar, junto con la tesis del doctor Allende, un análisis del distinguido profesor y catedrático de derecho penal, Juan Carlos Carbonell, que sitúa cuál era el pensamiento científico en 1933, respecto de lo que usted me está diciendo.
-Entonces, ¿es probable que esas ideas del momento hayan estado presente en el joven Salvador Allende?
-Sería un anacronismo entrar a revisar o comparar el pensamiento científico que él tuvo respecto del pensamiento actual. Eso puede inducir a errores muy severos, que son bastante elementales en los estudiantes medianamente enterados. Efectivamente, en esa época los autores que estaban reconocidos hablaban de eso, no solamente en Europa sino también en Estados Unidos y otras partes.
-¿Y en qué sentido Allende pudo verse empapado de esas ideas?
-Es que resulta que no estaba empapado. Simplemente, el doctor Allende, en su tesis, hace mención de eso, como en una tesis doctoral corresponde hacerlo. Se trata del pensamiento de distintos autores. Por ejemplo, el criminólogo italiano Cesare Lombroso o el endocrinólogo Nicolás Pende.
Bibliografía o marco teórico
-¿O sea que Allende escribió eso a modo de bibliografía o marco teórico?
– Él tiene que referirse forzosamente al pensamiento vigente de las autoridades de nivel mundial, los que tenían autorías de tratados. Se los menciona a ellos y naturalmente, en su propia tesis, el doctor Allende manifiesta su desacuerdo. Él concluye que las doctrinas de esos endocrinólogos son simplistas, insuficientes y unilaterales, porque ven en la secreción interna de las glándulas la única explicación de un crimen.
-Se ha sugerido que Salvador Allende, en su edad más tierna, recomendaba la esterilización de criminales o esquizofrénicos o alcohólicos
– Es Víctor Farías. El señor Farías tergiversa las cosas. En su tesis, el doctor Allende hace mención de distinguidos catedráticos de Alemania, de Francia, en fin, pero no se trata de opinión personal. El señor Farías lo silencia o lo altera y dice que ese es el pensamiento de Salvador Allende. No tenemos en el mundo occidental antecedente que acredite que eso podía estar vigente en ese momento, ya en ese momento lo decía el doctor Allende. El señor Farías silencia, adultera, tergiversa, deforma, manipula.
-¿Ese es un elemento central en la tesis?
– No. De ninguna manera. Es una tesis que consta de una 160 ó 170 páginas. Más allá de lo que dice la tesis del doctor Allende, está la obra completa del doctor Allende, la tesis habla de muchas otras cosas, de la lucha antialcohólica, de la lucha contra la tuberculosis, de la lucha contra las enfermedades venéreas, etcétera, etcétera.
-¿Es difícil ponderar el pensamiento de una persona en otro momento histórico?
-El objetivo del libro es que las propias palabras de Allende desenmascaren el grotesco libelo de Farías. El objetivo no es hablar de la vigencia de esas ideas. La ciencia médica se supera a sí misma.
-Insisto en esta pregunta, porque Farías aduce que hubo un proyecto legal. ¿Existió en la doctrina más juvenil de Salvador Allende la idea de esterilizar a enfermos mentales: esquizofrénicos, psicóticos maníaco-depresivos, alcohólicos crónicos…?
-Mire. Lo que menciona Farías en su libro es que habría existido un proyecto de ley, cuando Allende fue ministro de Salubridad, en el cual se habría contemplado eso. El proyecto de ley nunca existió, nunca existió.
-Entonces, ¿en qué se fundan las palabras de Víctor Farías?
-Las palabras de Farías son tergiversaciones y deformaciones de la tesis de Allende. Lo único que puedo decirle es que es un libelo que altera la real esencia de la tesis de Allende.
El caso de Walter Rauff
-¿Y qué hay del nazi Walter Rauff?. Víctor Farías escribe que Allende no lo quiso expulsar.
-Ese es otro asunto. Walter Rauff fue un criminal nazi, y según Víctor Farías, Allende se habría negado a la extradición de Rauff cuando se lo pidió el cazador de nazis prófugos Simón Wiesenthal, desde Viena.
-¿Entonces?
-Lo que ocurrió es que la causa por la que la embajada alemana pidió la extradición de Rauff fue muy anterior a que Allende asumiera su mandato. Eso lo vio la Corte Suprema en su momento. El penalista chileno Enrique Schépeler fue defensor de Rauff. En la contraparte, el que defendió a la embajada alemana, pidiendo la extradición, fue Eduardo Novoa Monreal (ex presidente del Consejo de Defensa del Estado). El presidente de la Corte Suprema, en aquella época, dio el visto bueno para que se procediese a extraditar a Rauff, pero la decisión del pleno de ministros fue diferente en 1963.
-¿Allende no podía expulsarlo?
– Mire. Cuando Allende llegó al gobierno, eso ya era cosa juzgada y el presidente de la república no tenía facultad para cambiar eso. En esas circunstancias, Simón Wiesenthal le mandó una carta a Allende en agosto de 1972, y según lo que dice el mismo Wiesenthal en su libro ‘Justicia No Venganza’, el 21 de agosto del 1972 entregó al embajador en Viena, al profesor Benadava, una carta para Allende, en la que le solicitaba la extradición de Rauff. Allende le contestó en palabras textuales de Wiesenthal sobre ‘lo difícil que resultaba’ reabrir un caso cuando la Corte Suprema ya lo había sentenciado. Wiesenthal dice que posteriormente pidió la posibilidad de deportar a Rauff, pero no hubo respuesta a esa segunda carta, porque sucedió el golpe de estado de 1973. Ese es el caso Rauff y ahí está la tergiversación de Víctor Farías en su libro sobre Allende.
-¿Qué recibimiento espera para esta tesis de Salvador Allende?
-Esperamos poner de manifiesto las propias palabras de Allende, para que las personas interesadas puedan sacar sus propias conclusiones, respecto de las intenciones del libro de Farías. Habrá que ver cuál es el interés y los fines que se persiguen con esa campaña de desprestigio.-
