Encargada del Proyecto de Administración Ambiental de la Universidad Austral, María Luisa Keim, señaló que las actas del Comité Operativo de Fiscalización de la X Región revelan que la Corema decidió no evaluar el impacto del aluminio, manganeso y sulfatos en el río Cruces, porque ello significaba el cierre de la planta.
Indignación todavía existe en Valdivia con la decisión de la Comisión Regional del Medio Ambiente de la Décima Región (Corema), adoptada la semana pasada, de permitir el funcionamiento de la planta de Celulosa Arauco, aunque sea con un 20% menos de su capacidad de producción.
La molestia se agudizó ayer luego que se conocieran las actas del Comité Operativo de Fiscalización (COF) que hizo las observaciones técnicas para que la Corema resolviera sobre el futuro de la planta.
Para María Luisa Keim, encargada del Proyecto de Administración Ambiental de la Universidad Austral de Chile (UACH), los documentos revelan que la autoridad ambiental debería haber clausurado temporalmente la planta.
La académica argumenta que el COF concluyó que era necesario evaluar ambientalmente el impacto del aluminio, el manganeso y los sulfatos disueltos en el río Cruces, que descubrió el estudio de la universidad, antes de su nueva puesta en marcha. Sin embargo, la Corema permitió que se sigan vertiendo estos elementos al cuerpo de aguas acogiéndose para ello irregularmente al Decreto Supremo N°90.
El mencionado decreto, aclara Keim, es el que pone los límites máximos de descarga en residuos líquidos industriales en un cuerpo de aguas superficiales. Pero comenta que se aplica exclusivamente cuando se han evaluado ambientalmente las descargas, no como en este caso.
«La planta dijo primero que nunca descargaba eso, pero ahora como lo están haciendo tienen que ser evaluados ambientalmente. Pero la resolución de la Corema contraviene todos los parámetros porque dice «señores, los autorizamos a que boten los elementos que colapsaron el sistema». Es decir, ahora le legalizan vía DS N°90 lo que tenían en forma ilegal», afirmó a El Mostrador.cl
«La Corema y la Conama se toman la libertad y dicen ahora los autorizamos a botar lo que tenían en forma ilegal, mientras que el COF dice ‘no señores no pueden botarlos'», insistió.
En estricto rigor el acta del día 25 de mayo señala textualmente que «se autoriza a emitir estos elementos con una concentración tal que no exceda los límites máximos que trae el río, es decir, aguas arriba de la actual descarga de la planta. En caso de que el titular requiera evacuar concentraciones diferentes a las establecidas en el límite que proporciona la calidad del río, la concentración que se acepte será la que se establezca luego de la evaluación ambiental correspondiente».
El problema para la profesional de la UACH es que esta omisión sienta un precedente para otras empresas. Es decir, las industrias podrán botar residuos nuevos sin necesidad de evaluarlos ambientalmente, porque «para ello me acojo al Decreto Supremo N°90», dijo Keim.
A mayor abundamiento, la misma acta que se tomó en el decreto como elemento de referencia «pero bajo ninguna situación significa que es aplicable esta normativa, pues dicha norma es más permisiva que la Resolución de Calificación Ambiental (RCA)».
«Es bastante grave que que haya esta confrontación de una opinión técnica frente a lo que se resolvió políticamente. Porque en el fondo están diciéndole a todos los organismos técnicos del Estado: señores, nosotros decidimos y da lo mismo lo que ustedes tengan normados», sostuvo.
Finalmente la profesional señaló que hasta el 12 de mayo Celco seguía diciendo que no botaban aluminio. Porque según la empresa éste sería recogido en los lodos provenientes del tratamiento terciario de la planta. No obstante, se demostró en un muestreo de diciembre que llegó a botar 470 kilos días, lo que es un peligro para el ecosistema porque dicho mineral no es indispensable para la vida celular y además actúa como coagulador de otros elementos como el hierro.
VEA LAS ACTAS
Acta COF Valdivia 18-05-20053.pdf
Acta COF Valdivia 24-05-20054.pdf
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