Publicidad

Sergio Romero y Hernán Larraín destacan avances logrados con reformas

El ex presidente del Senado y el actual analizan a fondo los principales logros que implica la aprobación de las reformas constitucionales. Los dos destacan la democratización de la cámara alta con la eliminación de los senadores designados, el aumento de la capacidad fiscalizadora de la Cámara de Diputados gracias a la mayor facilidad para la aprobación de comisiones investigadoras.


El presidente del Senado está feliz y no lo esconde. Y no es para menos: Sergio Romero (RN) junto con un grupo de parlamentarios de la Alianza fue quienes presentaron el primer proyecto de reforma constitucional, iniciativa que vio la luz recién cinco años después, justo cuando le tocó asumir la presidencia de la Cámara Alta.



"Creo que es un respaldo enorme al Congreso y al Senado porque demostramos que somos capaces de generar acuerdos. Además, le permite a la ciudadanía, que muchas veces ha sido muy crítica con el sector político, valorizar la labor parlamentaria", estima Romero.



A su juicio son múltiples los avances que significa este hito, pero rescata en primer lugar la eliminación de los senadores institucionales "que si bien hicieron un aporte importante, su labor estaba dirigida al período de la transición". En segundo lugar destaca el paso dado a favor de la libertad de expresión, ya que "en el Senado se rechazaron las limitaciones que se plantearon en la Cámara de Diputados". Ello se hizo protegiendo la vida privada y la honra de la persona y de su familia, pero eliminando el concepto de vida pública y eliminando el delito de desacato. En tercer lugar rescató que "la Cámara de Diputados recuperó su capacidad fiscalizadora. Aquí había una tremenda deuda con el país, con una cámara esencialmente política que estaba condenada a no aprobar nunca comisiones investigadoras. Es un paso gigantesco para que haya un mayor equilibrio de los poderes del Estado".



Frente a las voces que afirman que la aprobación de las reformas implica el término de los enclaves autoritarios Romero afirma que "son las típicas expresiones del Chile del pasado. Yo estoy mirando al Chile del futuro".



"A mi no me vengan con paparrochas. Los senadores designados fueron muy útiles en el período de la transición y que el que piense lo contrario simplemente desconoce la realidad del aporte que ellos hicieran", asegura el presidente del Senado.



Con respecto a la posibilidad de cambiar el actual sistema binominal, Romero indica que "cada día tiene su afán" y que más adelante se puede discutir pero después de las elecciones de diciembre. "Por lo demás el sistema binominal ha favorecido en mayor medida a la Concertación, que ha tenido tres gobiernos con una coalición que ha estado unida por el sistema binominal"



La visión del antecesor de Romero



Para el senador Hernán Larraín (UDI) la aprobación de las reformas constitucionales significa solucionar un tema pendiente en el país donde "materias tan delicadas como ésta no pueden ser factor de discusión ni de división permanente. Creo que se ha hecho un esfuerzo muy positivo, porque permite tener una constitución de todos los chilenos y dar por superado un tema que no puede ser un factor de división".



Entre los principales avances destaca cinco puntos. "La revisión de ciertas estructuras de poder, fundamentalmente en el Senado, para que no hayan senadores designados y esta institución sea enteramente elegida. El rol del Consejo de Seguridad Nacional que tenía atribuciones para nombrar senadores y miembros del Tribunal Constitucional, cuestión que no me parece propia de un organismo asesor en materias de defensa nacional. La remoción de los comandantes en jefe por parte del presidente de la República pero de modo fundado, es decir, no sujeto a la mera discrecionalidad o al capricho del presidente. La modificación del Tribunal Constitucional, es importante el cambio en su composición ya que se le da un sentido de mayor modernidad. Facultades fiscalizadoras de la Cámara, porque esto le permite recuperar un cierto equilibrio en los controles políticos que hoy están limitados", señala.



Al consultarle sobre si considera que la reforma marca el fin de los enclaves autoritarios, Larraín asevera que esa terminología la utilizan quienes han sido críticos a la Constitución desde el primer día, pero reconoce que las modificaciones han perfeccionado su contenido democrático.



Además destaca que "este proceso se inicia en julio del año 2000 por un proyecto de reforma que presentamos Andrés Chadwick, Sergio Díez, Sergio Romero y yo, en donde propusimos el término de los senadores vitalicios y designados porque creíamos que había que dar el paso". En ese sentido rechaza que ahora se aprueben los cambios por un criterio utilitarista, y asegura que hizo como consecuencia de una reflexión profunda en torno al tema.



Frente al emplazamiento del presidente Ricardo Lagos, quien señaló que todavía existen modificaciones pendientes como la reforma del sistema binominal, el senador Larraín aclara que ese "no es un tema pendiente a nivel de la Constitución, ya que quedó en la ley orgánica correspondiente".



El senador UDI valora enormemente la actitud del presidente Lagos "que junto con José Miguel Insulza hicieron que este (el cambio del sistema binominal) no fuera la piedra de tope de las reformas, porque tuvo la perspicacia de darse cuenta de que podía quedar afuera de las negociaciones." En todo caso cree que la centroderecha no va a cambiar de opinión sobre el sistema electoral, si bien están abiertos a discutirlos ya que lo más probable es que el próximo año la Concertación propicie una modificación.



Vea además



Congreso visó reformas a Constitución que eliminan amarres de Pinochet (16 de junio de 2005)

Publicidad

Tendencias