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Ex concejal critica cosismo de Lavín cuando fue alcalde de Santiago

Ricardo Zúñiga, ex concejal de la comuna de Santiago, señala que »Lavín no hacía planes, hacía cosas» e inventaba soluciones como el Plan Pololo sin siquiera hacer una evaluación previa o a posteriori. Otro concejal acude en su defensa y señala que su intención no era resolver problemas a largo plazo sino que los urgentes, por lo que dio luz verde a planes asistencialistas.


Una perspectiva bastante crítica tiene el PPD Ricardo Zúñiga sobre la gestión que realizó el abanderado UDI, Joaquín Lavín, mientras fue alcalde de la comuna de Santiago. Como concejal bajo su dirección, tiene un enfoque claro sobre la raíz de los problemas que aquejan hoy a la Municipalidad y que tienen tan complicado a su sucesor, Raúl Alcaíno.



Ya es sabido que a pesar de su profesión, ingeniería comercial, el ex edil gremialista no realizó precisamente una buena gestión en la comuna de Santiago. Su particular visión sobre los "problemas reales de la gente" y su tendencia a entregar soluciones rápidas sin un análisis previo y sin una evaluación posterior, llevaron al municipio a incurrir en gastos extraordinariamente altos que no desembocaron en una mejora de la calidad de vida de los santiaguinos en el largo plazo.



Zúñiga recuerda haber alegado en numerosas oportunidades por la falta de rigurosidad con que se iniciaban los famosos planes de Lavín, sin siquiera contar con un estudio previo para analizar su efectividad. "En el Plan Pololo, por ejemplo, se podían gastar fácil 150 millones de pesos en un solo fin de semana, aunque el monto era variable", señala el ex concejal.



Plataforma de campaña



Hasta el método para seleccionar a los beneficiarios del Plan Pololo, añade, era informal. "Las juntas de vecinos se encargaban de buscar cesantes y la municipalidad los contrataba para pintar, pagándoles desde 5 mil hasta 20 mil pesos", señala el ex concejal. Una política, sin lugar a dudas, paternalista y populista, según otro ex concejal que prefiere guardar su nombre y quien opina que "Lavín ocupó el municipio de Santiago para hacer campaña, al igual que lo hizo en Las Condes".



Por otra parte, el plan de seguridad implementado en la era Lavín también pecó de liviano. Según Zúñiga los guardias en bicicleta que se contrataron en el barrio Brasil iniciaron sus funciones con la misma rapidez con la que se retiraron. "Hubo una escaramuza entre los guardias y Carabineros, luego de lo cual se decidió suspender el plan. Así tal cual, sin previo aviso y sin realizar antes una evaluación ni analizar su efectividad ", declara.



Agrega que las casetas de vigilancia instaladas en la comuna no contaban con una radio de contacto con Carabineros, porque Lavín creía que la sola exhibición de elementos de control reduciría la delincuencia. "Cosa que no ocurrió, porque durante los cuatro años que estuvo como alcalde la delincuencia subió", señala el ex concejal.



El cosismo del ex alcalde



Para entender un poco más el "estilo Lavín", Zúñiga explica que "Lavín no hacía planes, hacía cosas", cuestión que es reconocida incluso por los concejales que lo apoyaron durante su período.



"Lavín recibió el presupuesto municipal con un déficit relevante, la Corporación Cultural, de la cual depende el Teatro Municipal estaba en Dicom, había una deuda muy grande con el Banco del Desarrollo que hubo que repactar. Durante el primer año se hizo un ordenamiento general, ya que ni siquiera se contaba con los 3 mil millones que dispone comúnmente el edil para su gestión", señala otro ex concejal.



La misma fuente aclara que hay que evaluar la gestión del ex edil en el contexto que se vivía en ese momento. "Lavín asumió el 2001, al comienzo del gobierno de Lagos, cuando la economía aún no despegaba y la cesantía era un problema importante", señala. Al mismo tiempo, destaca las condiciones precarias en la que vivía gran parte de la gente que vivía en la comuna de Santiago, "donde había mucha pobreza encubierta".



"Por eso el énfasis fue gastarse la plata en proyectos sociales, para solucionar los problemas urgentes en ese momento". Se inició así un plan asistencialista cuya finalidad, indica, era darle a la gente dinero para comer, para pagar el boleto de la micro. "Esos planes nunca se pensaron para el largo plazo, sino que su finalidad era la asistencia de urgencia en un momento puntual", indica el ex concejal.



Entre ellos estaban la entrega de remedios, médico a domicilio, entrega de pasaje de micro, Plan Pololo, entrega de cajas de alimentos, guardadoras infantiles gratuitas, etc. Incluso, cuando se vendieron los derechos de agua, se le pagaron las cuentas impagas a las personas que no lo habían hecho, para lo cual se destinaron 500 millones de pesos.



Deuda de arrastre



Sin embargo, muchos de esos planes duraron varios años e incluso se mantenían cuando Lavín le entregó el municipio a su delfín, Raúl Alcaíno, que ahora está realizando asombrosas piruetas para no hundirse en un mar de deudas. De hecho, el ex animador de televisión se vio en la obligación de recortar el gasto precisamente en las áreas que privilegió el abanderado UDI y lo primero que hizo fue terminar con el Plan Pololo.



Junto con traspasarle el cetro a Alcaíno, el abanderado UDI le dejó una deuda de 4 mil millones de pesos en contratos firmados bajo su período y un déficit presupuestario de entre 8 mil y 9 mil millones de pesos.



En su defensa, el mismo ex concejal señala que Lavín heredó una deuda de la gestión de su antecesor, Jaime Ravinet, de entre 1.400 y 3.800 millones de pesos. Pero es un hecho que esos pasivos los pudo saldar con la polémica venta de activos que realizó en su período: la venta de los derechos de agua en 5.800 millones de pesos y dos leaseback (una especie de hipoteca) por más de 4 mil millones cada uno.



Por otra parte, su defensa alega que "hay acusaciones contra Joaquín Lavín que realmente no tienen asidero, como por ejemplo, que es el culpable de la situación que vive hoy el Teatro Municipal, cuando lo recibió quebrado, o que no hizo nada relevante con la plata que consiguió vendiendo activos, cuando realmente mejoró la atención en salud y educación".


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