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«Soledad Alvear debe ejercer su liderazgo para sacar de la crisis a la DC»

Según este investigador del Centro de Estudios Para el Desarrollo es importante que la senadora electa presida en los próximos meses la la falange, ya que ella puede acercarla a la ciudadanía y sacarla del estado de deterioro en que se encuentra. Además, descarta de plano que sector disidente de la colectividad pueda ser desleal con un eventual gobierno de Bachelet.


Un duro análisis de la realidad de la Democracia Cristiana (DC), y especialmente de los últimos resultados electorales que obtuvo en los comicios parlamentarios de diciembre pasado, hace el director del CED, Mauricio Jelvez,



A juicio del investigador, la falange necesita de otros aires y este es el momento para que la senadora electa por Santiago Oriente, Soledad Alvear, pueda ejercer su liderazgo y presida esa colectividad en el próximo periodo.



Manifiesta que nombres como los de Sergio Micco, Eduardo Saffirio, Jorge Burgos o Mariana Aylwin, para encabezar una nueva directiva de la DC, «son interesantes a la hora de constituir un equipo que diga: estamos escuchando más a los chilenos y nos damos cuenta que hay una demanda de rectificación en la manera que estamos haciendo política y cómo nos estamos relacionando con la ciudadanía».



-¿Qué rol debe jugar la DC en un próximo gobierno de la Concertación?
-Yo creo que la DC por definición está llamada a jugar un rol protagónico en la Concertación. Tiene una vertiente del electorado que no está representada adecuadamente en el bloque PS, PPD y PRSD, y por lo tanto tiene ahí una función de representación, liderazgo y de identidad de un sector que es irrenunciable.



Sin la DC evidentemente que no hay Concertación y no solo por el rol histórico que le tocó a la hora de articular a este conglomerado sino que por los aportes que hace desde el punto de vista de lo programático y de proyecto país. En ese sentido, la DC está llamada a hacer lo que ha sido en la historia.



-Bachelet no incluyó en su comando al sector disidente de la falange. ¿Cree que dicha tendencia pueda pasarle la cuenta durante un eventual gobierno?
-No hay antecedentes que indiquen que Bachelet no haya tenido buenas relaciones con un sector de la DC; sin embargo, lo que sí ha ocurrido, y eso es bueno sincerarlo, es que ella optó por un diseño de incorporación al comando que resultó insuficiente y no fue, tal vez, el más adecuado.



Ella hizo una consideración que es de toda lógica: apostó a la institucionalidad y se entendió con la directiva del partido que es lo que tal vez cualquier candidato presidencial haría en ese caso. Pero evidentemente eso no dio cuenta de toda la amplitud de la DC y yo creo que de cara a la segunda vuelta eso se ha estado corrigiendo de manera ostensible y, por lo tanto, ella puede contar con todo el apoyo del partido.



Eso quiere decir que la DC le puede dar un éxito contundente a la futura Presidenta y en ese sentido hay dos materias que deben estar en la agenda país de un próximo gobierno: la gran reforma previsional y la reforma a la ciudad. En este último aspecto, no solo me refiero a la perspectiva de construir más viviendas sino que cómo lograr más espacios y evitamos esta segregación social tan brutal que hemos tenido a partir de una política de vivienda que ha sido exitosa a la hora de las soluciones habitacionales, pero igual ha sido deficitaria a la hora de construir ciudades.



-¿Qué pasa con el tema de rectificar el modelo económico, como lo ha planteado el presidente de la DC, Adolfo Zaldívar?
-Yo creo que esa es una demanda que está instalada en Chile y hay que reconocer el mérito de la falange el haber conceptualizado en una frase claramente entendible una idea que viene instalándose en Chile hace mucho tiempo, porque si hemos tenido un déficit dentro de un mar de éxitos en los gobiernos de la Concertación ha sido el déficit de la equidad y la igualdad.



Yo creo que no hay que tener complejos para reconocer que en eso hemos tenido fallas. No hemos sido lo suficientemente exitosos a la hora de producir igualdad en Chile y ello supone revisar cuáles son los espacios que tenemos dentro del modelo para producir mayor igual. Y por cierto, la DC, como partido que tiene la capacidad de generar transformaciones sociales, debe jugar un rol y lo peor que podría pasar en el país es que a partir de este consenso que se ha producido -inclusive con sectores de derecha- dejáramos pasar la oportunidad de producir cambios que nos permitan al inicio del bicentenario de la república en el 2010 poder decir: después de cuatro años de gobierno de la Concertación, Chile es más equitativo e igualitario de lo que era al inicio.



-¿Qué características tendría que tener un gobierno de Bachelet?
-Ella está llamada a producir un punto de inflexión en el sentido de reconocer, valorar y ponderar las obras de los gobiernos de la Concertación y a partir de eso establecer cuáles son las modificaciones y correcciones para seguir avanzando en Chile, teniendo a la vista dos ejes centrales: equidad y la participación. Debemos crecer hacia un diseño de política pública que suponga un mayor nivel de protagonismo y participación de las organizaciones sociales para solucionar a la hora de resolver aquellos problemas que se producen de manera cotidiana.



Yo creo que también nuestra democracia ha tenido un déficit de participación y la tarea pasa por lograr más equidad y que los actores tengan más participación. Me parece que aquí hay dos ejes de política que pudieran marcar una nueva etapa de los gobiernos d ela Concertación.



Cambio en la mesa directiva de la DC



-La disidencia ha planteado hacer cambios en la mesa directiva, pero aporta a mostrar nuevos rostros y también hacer propuestas. ¿Cuál es su opinión?
-El deterioro de la DC lo llevamos hace varios años y es indispensable hacer un cambio. Tenemos que acercarnos a la ciudadanía y que ésta se sienta realmente representada con nuestras propuestas.



En esto existe un gran vacío y es necesario llenarlo ahora y no dejar que pasen más años. Creo que la DC no ha leído los signos de los nuevos tiempos y por lo mismo se está quedando atrás. ¿Cómo superar ésto?: hay varias maneras; sin embargo, creo que uno de los principales problemas de la falange es que oculta sus conflictos o las diversas opiniones que existen y eso, en definitiva, no es bueno.



-Se habla de algunos dirigentes de la disidencia que podrían presentarse a la presidencia del partido, como Jorge Burgos y Mariana Aylwin. ¿Quién podría ser mejor?
-Nombres como los de Sergio Micco, Eduardo Saffirio, Jorge Burgos o Mariana Aylwin, por solo citar algunos, son interesantes a la hora de constituir un equipo que diga: estamos escuchando más a los chilenos y nos damos cuenta que hay una demanda de rectificación en la manera que estamos haciendo política y cómo nos estamos relacionando con la ciudadanía.



Sin embargo, creo que Soledad Alvear está llamada a jugar este rol, es su momento, es la hora del liderazgo de la senadora electa.



Pero ella ha manifestado que no quiere ser presidenta de la DC e incluso tendría intensiones de presidir el Senado
-Yo no puedo aconsejarle lo que ella debe hacer, sin embargo tengo una convicción: si no nos hacemos cargo de la crisis de la DC y no asumimos juntos y entre todos el desafío de sacar adelante e introducir una renovación política al interior de nuestro partido, todo lo demás es secundario. Eso incluye la presencia en el gobierno y los cargos legislativos.



Yo creo que la primera tarea del día es poner las energías para recuperar a la DC de una situación compleja y difícil que está amenazada por varios lados, y no es solamente desde sus propias filas, sino que hay sectores -desgraciadamente inclusive de la Concertación- que nos han aquilatado bien la importancia de la DC para darle sustentabilidad y viabilidad a los cambios del oficialismo. Y para qué decir la amenaza de la derecha que desde hace muchos años tiene como diseño absorber a la DC porque de esa manera -según ellos- pueden llegar a ser mayoría en el país.



-¿Cómo califica los resultados de la DC y el trabajo de la mesa directiva de Zaldívar?
-Yo creo que todas las directivas en sus gestiones tienen luces y sombras. Si hay algo que comparto de la gestión de la actual directiva es que logró instalar en Chile que era necesario corregir el modelo, pues eso contribuye y no destruye.



La DC obtuvo un buen resultado en las elecciones municipales y pasó a hacer la primera fuerza política del país, pero evidentemente -y aquí no nos podemos hacer trampa en el solitario-los resultados parlamentarios nos indican que a la DC le fue mal por razones obvias: pasó a hacer la segunda fuerza política, quedó con la tercera bancada en la Cámara de Diputados y del Senado y la candidatura de Andrés Zaldívar -que era emblemática-la perdimos



Los indicadores objetivos señalan que al partido le fue mal y la directiva tendrá que asumir la responsabilidad y con altura de miras hacerse la autocrítica que corresponda.


















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