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Gobierno anunciará compra de tanques Leopard II después de segunda vuelta

Oficialmente se señala que la cifra sería de 100 tanques, pero ello no concuerda con los planes del Ejército, que desde hace un par de años están considerando la adquisición de cerca de 300 Leopard 2 de aquí al año 2010. Analistas piensan que deberían investigarse las dificultades surgidas con el mantenimiento de los Leopard 1.


Así como la largamente esperada adquisición de los aviones F-16 usados a Holanda se anunció oficialmente después de la primera vuelta presidencial, el Gobierno se dispone a usar nuevamente la misma táctica. Esta vez será para dar a conocer la compra de la primera partida de tanques Leopard 2 a Alemania, otra adquisición que ha sido un secreto a voces durante los últimos meses, y que se hará efectiva tras el balotaje del próximo 15 de Enero.



La razón del Gobierno para no anunciar esta operación con anterioridad a la segunda vuelta de los comicios presidenciales es, según fuentes cercanas a Defensa, que el tema no se politice, ni se critique este nuevo capitulo en el proceso de re-equipamiento del material bélico de las Fuerzas Armadas.



Sin embargo, es difícil que la compra de los Leopard 2 no genere discusión, pese a los evidentes pero no siempre hábiles intentos del Ministerio de Defensa por evitarlo. De partida, el titular de esa cartera, Jaime Ravinet, cometió el error de mencionar los dineros indebidos que Pinochet habría recibido por la compra de los Leopard 1, como una forma de sugerir que esa adquisición estuvo viciada.



El resultado fue atraer una mayor atención del público y de los medios, incluyendo a algunos que no suelen tener a Defensa en su pauta, que comenzaron a preguntar por el rol que habría tenido la administración del ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle frente a esa compra.



A continuación Ravinet intentó restar importancia a la adquisición de los Leopard 2, repitiendo una vez más que se trataría sólo "de reemplazar material obsoleto", y subrayó que la compra se limitaría a apenas 100 tanques. Sin embargo, esto no concuerda con los planes del Ejército, que desde hace un par de años están considerando la compra de cerca de 300 Leopard 2 de aquí al año 2010, para reemplazar gradualmente a la totalidad de los tanques que la institución posee en la actualidad, incluidos los AMX-30 de construcción francesa y los Leopard 1 de origen alemán.



La idea del Ejército es que la totalidad de los 298 Leopard 1 que actualmente posee la institución -a los 219 comprados a Holanda en 1998 se agregan otros 70 comprados a Alemania en el 2000- sean dados de baja entre los años 2006 y 2009, a medida que vayan llegando sucesivas partidas de Leopard 2. Fuentes institucionales explican la medida en que los Leopard 1 estarían quedando obsoletos, que sus costos de mantenimiento siguen aumentando y que, además, no serían suficientemente poderosos -en términos de blindaje y poder artillero- para balancear la capacidad de los tanques T-72 de que supuestamente dispondría Perú.



La mantención de los Leopard



Lo anterior es abiertamente cuestionado por algunos analistas, que estiman que el problema con los Leopard 1 es que no han sido debidamente mantenidos por el Ejército. Explican que es cierto que el diseño básico de esos tanques es de los años 60, pero que se les incorporó tecnología de los 80 y 90 antes de su compra por parte de Chile, y que perfectamente se les podría mejorar más con el concurso de la empresa local. Además, subrayan, resulta difícil comprender que a siete años de presentar la compra de los Leopard 1 como la mejor solución a sus necesidades, ahora el Ejército diga que ya están viejos.



Incluso, desde el año 2002 el Ejército estuvo considerando modernizar los Leopard 1, y hasta el año pasado se estudió la posibilidad de desarrollar en Chile un nuevo sistema de dirección de tiro, capaz de satisfacer sus necesidades en forma eficiente, pero simple y barato de mantener. Las tratativas, que involucraron a una empresa privada chilena de probada capacidad en este campo, quedaron en nada por la falta de voluntad del Ejército para proceder con el proyecto.



Las razones del Ejército para descartar la opción de modernizar los Leopard 1 a favor de la compra de Leopard 2 incluirían tanto la amplia disponibilidad de grandes cantidades de ese tanque, a precios relativamente bajos en Alemania y otros países de Europa, como así mismo al aumento de los recursos financieros disponibles bajo la Ley Reservada del Cobre debido al incremento del precio y las exportaciones del metal rojo.



Sin embargo el problema experimentado con el mantenimiento de los Leopard 1-V, que fue generado por una fallida asimilación del avance tecnológico representado por esos blindados, tiene implicancias que deberían ser consideradas al proceder con la compra del más avanzado y complejo Leopard 2.



Suiza se echó atrás



Las razones invocadas por Suiza en noviembre para retirar la oferta a Chile de 93 tanques Leopard 2, que ya había sido negociada y acordada con los representantes del Ejército y el Ministerio de Defensa, representa una señal de alerta en ese sentido. Pese a las deducciones que en principio hicieron algunos analistas en Santiago, la decisión de los suizos no tuvo relación con las tensiones entre Chile y Perú por las demandas marítimas de este último.



Tampoco tuvo relación con la demora del gobierno chileno en aprobar esa compra, aunque sin duda esa demora permitió que los suizos -que odian los malos negocios- lo pensaran dos veces. En realidad, la venta de esos tanques a Chile fue calificada de "poco rentable" por las autoridades de Berna debido a las demandas extremas planteadas por el Ejército respecto del apoyo técnico posterior a la transferencia. Esas demandas exigían a los suizos garantizar la mantención de los tanques por un periodo de 10 años.



Improvisación



En 1998 el Ejército formalizó la compra de 219 tanques Leopard 1 en Holanda, cerrando así un proceso de estudio y de toma de decisiones iniciado en 1995. El proyecto apuntaba a subsanar las desventajas derivadas de la imposibilidad de adquirir blindados modernos durante el régimen militar.

Recordemos que Chile fue afectado por un embargo internacional -debido a los procesos de represión, atropello a los DD.HH. y suspensión de los derechos y las libertades democráticas- que le cerró el acceso a las compras de material bélico. En el mismo período, Argentina y Perú no sólo pudieron modernizar sino que también aumentaron significativamente sus flotas de tanques, mediante la producción local del Tanque Argentino Mediano (TAM) y la compra de tanques de producción soviética T-55, respectivamente.



Antes del golpe de estado, el Ejército trató de comprar Leopard 1 en Alemania, pero ese país rehusó la venta de dicho material por considerar que generaría desequilibrios en la región. Ante eso, se optó por el AMX-30 francés, del que se encargó una primera partida de 60 tanques. Pero sólo 20 de esos blindados arribaron a Chile antes de que Francia se plegara al embargo internacional y suspendiera las entregas de material bélico.



Todo esto generó una situación de desbalance, que Chile pudo compensar sólo parcialmente con la compra de tanques Sherman M-51 a Israel, a mediados de los años ochenta, y la modernización en el país, mediante el cambio de su sistema de propulsión y de su artillería, de los viejos tanques M-41 Bulldog.



En 1995, paralelamente al lanzamiento del plan maestro de modernización del Ejército, el Plan Alcázar, esa institución comenzó a estudiar las alternativas disponibles para la adquisición de nuevos tanques. La idea era comprar material de segunda mano pero tecnológicamente avanzado, aprovechando los numerosos excedentes que estaban generando los procesos de reducción de fuerzas impulsados dentro de la OTAN tras el término de la Guerra Fria.



La preferencia por Alemania



Finalmente el Ejército prefirió al Leopard 1 alemán, quizás en parte impulsado por las raíces prusianas de la institución, pero sin duda también teniendo presente los estudios que identifican a ese tanque como uno de los mejores diseños de la posguerra en Occidente. Tras descartar la compra de los Leopard I ofrecidos por Bélgica, por encontrarse en condiciones técnicas que no eran las mejores, se optó por comprar 219 Leopard 1-V en Holanda. Posteriormente, entre los años el año 2000 y 2001, se compró una partida adicional de 70 Leopad 1 A5 en Alemania, elevando el total de esos tanques en el inventario del Ejército a 289.



Transcurridos apenas algunos años, ahora se plantea que esos blindados no son adecuados para las necesidades de la Defensa Nacional. Es difícil no sorprenderse con la situación. ¿Dónde está el problema?



Para José Higuera, analista para América Latina del grupo editorial especializado en Defensa Jane’s de Inglaterra, la idea de aprovechar la disponibilidad de armamento moderno a bajo precio "es y sigue siendo correcta, tanto en lo estratégico como financiero. Pero hay que tener siempre presente que las compras de equipo militar suelen venir amarradas a costos ocultos, relacionados con aspectos tecnológicos y logísticos"



A modo de ejemplo, Higuera compara esto a la acción de comprar un automóvil. El costo real no debería considerar sólo la suma que pagaremos para recibir las llaves del vehículo. También deberíamos considerar lo que necesitaremos gastar en el garage -partiendo del supuesto de que exista un taller y un maestro mecánico que sea experto- y en repuestos que quizás tengamos que encargar con costos adicionales y cuya demora en llegar podría dejarnos sin transporte por días o semanas.



"En el caso de las compras de equipo militar, esto se traduce en que tenemos que instalar nuestro propio taller, entrenando técnicos mediante una alta y costosa preparación, y manteniendo un stock de repuestos bien surtido, también a un costo no menor. Al final, esta inversión en logística representará una parte substancial del costo total de la compra del nuevo material, pero no hacer esa inversión pondrá en riesgo todo el proyecto", añade el especialista.



Higuera explica que "esto no sólo se refiere a la disponibilidad de repuestos para las plataformas y sistemas, sino también al establecimiento de una infraestructura humana y material, técnicamente adecuada, para dar el apoyo logístico necesario para mantener operativos los nuevos equipos. Crear esa infraestructura puede tener un alto costo, pero no tenerla puede tener costos aún más altos. Sin ella no tiene sentido invertir recursos financieros en nuevos y sofisticados equipos, que jamás alcanzarán una completa operatividad ni contribuirán plenamente a la capacidad militar del país".



En opinión de Higuera, "con el tiempo se ha ido haciendo evidente que el Ejército es victima de estos costos que suelen estar ocultos pero que finalmente no se pueden obviar. Todo indica que los aspectos relacionados con la preparación del Ejército para asimilar las nuevas tecnologías asociadas al nuevo material y su mantenimiento no fueron adecuada y oportunamente considerados al momento de decidirse la compra de los Leopard 1".



Planes de modernización



La explicación de lo anterior es que el plan de modernización Alcázar anunciado por el entonces general Pinochet a principios de la década pasada fue en gran medida una improvisación, motivada por la necesidad de mostrar que el Ejército, al igual que la Armada y la FACh, también tenía un proyecto de modernización. Aunque desde un principio se habló de que el desarrollo tecnológico sería uno de los pilares del Plan Alcázar, ese aspecto no recibió la atención debida.



La verdad, explica Higuera, es que "el Ejército siempre había estado detrás de sus instituciones hermanas en lo que se refiere a desarrollo tecnológico, y el embargo de los años 70 y 80 aumentó esa brecha. Esto salta a la vista si consideramos que hasta el año 1998 esa institución sólo tenía tanques de la Guerra de Corea. La compra del Leopard 1 puso al inventario del Ejército instantáneamente al día en el contexto regional, y le dio incluso algunas ventajas relativas frente a lo que tenían y tienen sus pares de países vecinos como Argentina y Perú".



El Leopard 1-V está lejos de estar obsoleto. Aunque el diseño original es de los años ’60, la versión adquirida por Chile es de los años setenta y modernizada mediante la incorporación de sistemas y tecnología de los años ochenta y noventa. El Leopard 1 sigue en servicio en países de la OTAN como Canada, que incluso a modernizado los propios recientemente, Italia y Noruega.



En el contexto regional y vecinal, el Leopard 1-V del Ejército de Chile es actualmente considerado el mejor tanque en servicio en América del Sur, mejor incluso que los Leopard 1 que posee Brasil. Aunque tiene un poder de fuego similar al del TAM de Argentina -ambos están armados con el mismo cañón L7 de 105mm-, el blindaje del Leopard 1-V es superior al del tanque transandino. Respecto del T-55 de construcción ruso-soviética, que constituye la columna vertebral de las formaciones blindadas del ejército peruano, el Leopard 1-V es superior en todo aspecto.



Sobrepasados por la tecnología



El asesor del Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI) Armen Kouyoumdjian, cree que "el Ejército necesita tanques porque los que compraron anteriormente a Holanda están en su mayoría en malas condiciones ya que una partida de los blindados venía mal desde su origen y la otra presenta fallas por una falta de mantención adecuada".



Agrega que "los tanques son vehículos bastante sofisticados y, quizás, como se ha hecho en otras partes de las Fuerzas Armadas, se trata de hacer las cosas a menor costo para ahorrar dinero, pero resulta que hay cosas que no se pueden hacer así".



Kouyoumdjian recuerda que "la oferta suiza ofrecía entrenamiento aparte y un seguimiento de personal de dicho país por varios años, pero no se concretó", y subrayó la necesidad que la eventual compra a Alemana incluya "la obligación de ese país de supervisar y apoyar técnicamente el mantenimiento de los Leopard 2, en el corto y mediano plazo, después de la venta".



A juicio de Kouyoumdjian, "el terreno de Chile no es el más adecuado para guerra de blindados, pero si el Ejército los necesita aquí están. Yo creo que es más necesaria la compra de helicópteros pesados para transportar tropas en un país donde la geografía es complicada y también en caso de desastre natural por la misma razón".



El analista Santiago Escobar no cree que el ministro de Defensa sea claro y transparente respecto de la adquisición de los tanques Leopard 2 por parte del Ejército y se declara "no" convencido por esa compra. "Si uno mira la ficha técnica de los equipos actuales, adquiridos hace muy poco, se da cuenta de que son muy aptos, y que están en servicio en países como Italia, Noruega y Brasil", subraya el especialista.



Escobar opina que "si la decisión de dar de baja a los Leopard 1 se debe a un mal mantenimiento, eso ameritaría una investigación sería y profunda para determinar responsabilidades. Me refiero a una auditoria técnica y no a una investigación de papeles". Subraya que "las declaraciones del ministro Ravinet, en el sentido de que la compra de los Leopard 1 no fue una buena decisión y que posiblemente hubo coimas de por medio" sólo refuerzan la necesidad de que esa investigación tenga lugar.



Tampoco concuerda Escobar con que "esto se camufle con referencias a equipos de la Guerra de Corea. Todo el mundo sabe que los Leopard 1 tuvieron sus primeros prototipos a mediados de los 60, y que fueron mejorados en muchos aspectos. Debieran ser equipos plenamente operativos. Una cosa es que tengamos disponibilidad financiera y otra es que botemos la plata. Si efectivamente necesitamos reemplazar Leopard 1, aunque sea uno, alguien debe responder claramente porque".



José Higuera de Jane’s coincide con Escobar en la necesidad de investigar las dificultades surgidas con el mantenimiento de los Leopard 1, "para determinar la magnitud y la exacta naturaleza del problema y determinar vías de solución para el mismo. La modernización del Ejército pasa por la ampliación y consolidación de su base tecnológica, y problemas como este no pueden ser considerados menores. Necesidades reales y potenciales, como la capacidad de operar conjuntamente con las otras ramas de la defensa nacional, y de inter-operar con fuerzas de otros países en el marco de operaciones internacionales así lo demandan".



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