Los generales en retiro Hernán Ramírez Rurange y Eugenio Covarrubias, ex directores del DINE, negaron haber dirigido los operativos de búsqueda del malogrado oficial, dejando entrever que el también general (r) Víctor Lizárraga, que alguna vez fue el segundo jefe del organismo, habría adoptado medidas para acallar el crimen, que podrían ser interpretadas como obstrucción a la justicia.
El ministro en visita Claudio Pavez, a cargo de esclarecer el asesinato del coronel de Ejército Gerardo Huber, interrogó el martes de esta semana al ex jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), general (r) Hernán Ramírez Rurange, quien dejó su cargo en diciembre de 1991, días después que se descubriera el tráfico ilegal de armas a Croacia.
La diligencia se llevó a cabo bajo la más absoluta reserva en dependencias del Hotel Militar, donde el ex uniformado prestó declaración ante el juez por cerca de dos horas y media.
Según trascendió, uno de los principales puntos que Ramírez Rurange se encargó de aclarar fue que él abandonó su cargo el 14 de diciembre de 1991, por lo que no habría tenido ninguna participación en las tareas llevadas a cabo por la DINE tras la desaparición de Huber.
El malogrado uniformado desapareció desde la casa de descanso de su amigo Elwin Tapia, ubicada en el Cajón del Maipo, el 29 de enero de 1992 y fue encontrado muerto el 20 de febrero de ese mismo año, en el sector de La Obra, en el mismo sector.
Las ‘pesquisas’ del DINE
A sólo un día que se perdiera el rastro del coronel, miembros de la inteligencia militar descerrajaron e incautaron todo lo que contenía una caja de seguridad que mantenía Huber en dependencias de la Dirección de Logística de Famae.
Según los antecedentes recabados por el ministro Pavez, la víctima habría guardado documentos relacionados con las ventas de armas de Famae al exterior, una agenda, un taco, y 20 mil dólares en efectivo.
Tras el hallazgo del cuerpo, funcionarios del Batallón de Inteligencia (BIE) cercaron el sitio del suceso y habrían impedido el accionar de la Policía de Investigaciones por un par de horas, sin tener atribuciones para ello. En esa línea, existen sospechas que ello se hizo con el fin de alterar el lugar y dificultar la investigación.
El BIE dependía administrativamente del subdirector del DINE, que en esa época era el general Víctor Lizárraga, quien personalmente junto al entonces jefe del Batallón, brigadier (r) Manuel Provis, emprendieron la búsqueda del hijo menor del uniformado mientras este se encontraba desaparecido, para trasladarlo a Santiago con fines poco claros.
Lizárraga, responsable
Por otra parte, el ministro ya había interrogado al jefe del DINE durante 1992, el general (R) Eugenio Covarrubias, quien dijo que estaba «de vacaciones» durante el período en que Huber estuvo desaparecido, por lo cual tampoco tenía responsabilidad en las acciones que se llevaron a cabo.
En ese contexto, es que el encargado de la supuesta búsqueda de Huber habría sido Lizárraga, quien viajó urgente desde Israel para tomar las riendas del procedimiento.
El uniformado ha caído en contradicciones con Provis -que este viernes volverá a declarar ante el juez en calidad de inculpado-, sobre los verdaderos alcances de las visitas a la familia de Huber, lo que hace sospechar de ambos al ministro Pavez.
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