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Los entretelones de la operación en que Chile vendió armas en plena guerra

Tanto el subdirector de la época, como el entonces gerente de Finanzas de Famae han reconocido que la transacción de armas a Ecuador, mientras este país mantenía un conflicto bélico con Perú, se realizó sin documentos oficiales de por medio, ni resolución alguna que autorizara el envío. Algunos de los fusiles que se enviaron llevaban incluso el escudo chileno.


Según las declaraciones judiciales a las que tuvo acceso El Mostrador.cl, no sólo personal del Ejército chileno tuvo conocimiento del embarque de armamento que se remitió a Ecuador a fines de enero de 1995, en pleno desarrollo de la llamada Guerra del Cóndor, que enfrentó a dicha nación con Perú. En esta operación también habría participado la Fuerza Aérea y miembros de la torre de control del aeropuerto internacional de Pudahuel.



El entonces director de Famae, general (r) Luis Iracabal Lobo recordó que el envío se efectuó el día 31 de enero de 1995, por lo que a las 00.00 horas de ese día llegaron al aeropuerto internacional Arturo Merino Benitez, dos aviones C-130 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, con el fin de trasladar los productos que Ecuador había comprado, los cuales correspondían a fusiles, subametralladoras SAF, cargadores, lanzagranadas, municiones 9 mm, raciones alimenticias, entre otros elementos.



El ex uniformado detalló que una vez que los aviones aterrizaron en el aeropuerto fueron cargados con el material antes mencionado, lo cual se realizó en su presencia, estando además presente el oficial del Ejército ecuatoriano, coronel Fernando Velasco. Además, se hallaba en el lugar personal de la Fuerza Aérea chilena. Unos días antes se había comunicado con Iracabal un general de la Fach de apelllido Meirelles (Marcos), para indicarle el día y la hora en que llegarían los aviones. En cuanto al trayecto de ingreso a Chile, aún cuando desconoce qué ruta se utilizó, el militar dijo tener entendido que las naves sí trataron de esquivar los límites peruanos para no ser detectadas.



50 personas en labores de carga



En cuanto a la cantidad de personas que trabajaron en las faenas de carga de material, el ex director de Famae precisó que fueron alrededor de 50 personas, contando a todo el personal que laboró en ellas, los que en su mayoría eran dependientes de Famae y otro tanto del área de Material de Guerra del Ejército.



Respecto a cómo se consiguió la autorización para ingresar los aviones C-130 de Ecuador, Iracabal explicó que ésta se obtuvo a través de la Dirección de Inteligencia de la FACH, cuyo mando estaba a cargo del general (Marcos) Meirelles. Dicho contacto lo efectuó un alto personero de la FACH de quien dijo no recordar el nombre, pero que le señaló que estaba llamando de parte del comandante en jefe de la FACH.



Por su parte, el coronel (r) Claudio Rubio -ex gerente de Ingeniería de Famae- afirmó que las personas que estaban en conocimiento (de la venta de armas a Ecuador) fueron el jefe del Estado Mayor, general Richard Quass, general Florencio Tejos y el Consejo Superior de Famae, asumiendo que también lo estaba el comandante en jefe del Ejército como, asimismo, parte del personal del Banco de Chile, sucursal San Diego, en Chile; el comandante de la FACH del Grupo 10 a la época del envío, personal de guardia del Grupo 10 y de la torre de control del aeropuerto internacional Arturo Merino Benitez, además de los oficiales ecuatorianos que estaban cumpliendo cursos de capacitación en Chile.



Rubio dijo que una vez en Ecuador y por instrucciones de Luis Iracabal, se contactó con el general ecuatoriano Patricio Lloret, a quien debía saludar y preguntarle por algún inconveniente y si se había recibido todo bien y entregarle un sobre con documentación enviada por Iracabal, de cuyo contenido no tenía conocimiento. Asimismo, estando en presencia de Patricio Lloret, éste último le indicó que sí quería saludar al ministro de Defensa, general (José) Gallardo, a lo cual le respondió afirmativamente, por lo cual concurrió a su oficina, donde sostuvo un encuentro muy protocolar, pero en el cual le agradeció a nombre de su país, por la ayuda consistente en el material de guerra y raciones de combate que se habían enviado.



Escudo chileno



Al referirse a este aspecto del negocio, el ex albacea del general (r) Augusto Pinochet, Óscar Aitken, sostuvo el pasado 13 de diciembre que durante su viaje a Ecuador, entre el 10 al 12 de febrero de 1995, se enteró que el envío había sido el 31 de enero de 2005, en aviones de la Fuerza Aérea ecuatoriana.



El también ex asesor legal de Famae precisó que el coronel Rubio, con quien viajó a la vecina nación- se guardó de informarle el detalle de cada uno de los elementos que se mandaron, pero sí supo que era un elevado número de fusiles y que para colmo estas armas iban con el escudo de Chile y el número de serie de las que ya habían sido asignadas a los regimientos. Ante lo cual él formuló la siguiente pregunta: ¿y si caen estos fusiles en manos de los peruanos?, la cual no tuvo respuesta.



Según Aitken, Rubio le comentó que en la base aérea de Pudahuel había decenas de uniformados, tanto militares como aviadores, al momento del despacho, entre ellos el general Iracabal.



Falta de autorizaciones



En relación a las autorizaciones, permisos o decretos que avalaran esta venta de armas a Ecuador, el ex gerente de Finanzas de Famae, José Sobarzo Poblete, sostuvo el 25 de diciembre de 2005 que nunca tomó conocimiento de la existencia de las autorizaciones correspondientes para efectuar la venta de armas, como, por ejemplo, Certificado de Destino Final y Autorización de la Subsecretaría de Guerra.



Respecto a si el dinero producto de la venta de armas se facturó o no, el ex funcionario afirmó categóricamente que por Fabricas y Maestranzas del Ejército NO, aclarando que la persona que, en esos momentos, se encontraba a cargo de la gerencia de Finanzas de Famae y relacionada con algunos documentos relativos a la venta de armas a Ecuador era Sergio Urzúa Orellana.



En cuanto a los responsables del envío de armas a Ecuador, por parte de Famae, Sobarzo consideró que la responsabilidad recae en el director de la época, general Luis Iracabal Lobo, en tanto por parte del Ejército, desconoce quién autorizó la venta. En esa medida aclaró que "la empresa Famae Limited no mantenía contabilidad y los documentos bancarios los manejaba directamente el director de Famae".



Por su parte, el ex subdirector de la empresa castrense, brigadier (r) Patricio Díaz Araneda, sostuvo que en cuanto a la existencia de documentación que avalara el envío de armas a Ecuador, nunca tuvo en sus manos o a la vista, Decretos, Resoluciones o Autorizaciones, tanto chilenas como extranjeras.





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Contacto:



jcuevas@elmostrador.cl




Vea además:



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