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Procesan a Paul Schaefer por homicidio de agente desertor de Dignidad

Magistrado Jorge Zepeda encausó a otros dos colonos como cómplices del mortal envenenamiento de ex miembro de Patria y Libertad que también colaboró con la DINA. Consideró que éste fue un crimen de lesa humanidad por el contexto en que se cometió, independientemente de los antecedentes de la víctima.


El ministro en visita Jorge Zepeda, quien investiga los delitos cometidos al interior de la ex Colonia Dignidad, procesó al líder del enclave Paul Schaefer y dos colonos por el crimen de un colaborador que intentó desertar en 1974.



El anciano recluido en la Cárcel de Alta Seguridad fue imputado como autor, mientras en calidad de cómplices fueron mencionados Kurt Schnellenkamp y Rudolf Collen por el crimen de Miguel Ángel Becerra Hidalgo.



La víctima fue antes del golpe militar militante del grupo subversivo Patria y Libertad, posteriormente colaborador de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y luego agente irregular de la labor de inteligencia implementada en la ex Colonia Dignidad, donde se le asignó la denominación de "Uno".



El individuo había planteado públicamente sus intenciones de abandonar el predio controlado por ciudadanos alemanes e incluso le había advertido a un hermano que temía que sus superiores no estuviesen de acuerdo con su decisión, pues manejaba mucha información sobre sus actividades que no era deseable que se conociera.



Los hechos que culminaron con la eliminación de Becerra, de 33 años, se sucedieron entre los días 26 y 29 julio 74 en el interior de la ex Colonia Dignidad, cuando fue envenenado con pesticidas.



El examen químico-toxicológico de las muestras de sus vísceras del Servicio Médico Legal indicó que la causa de muerte fue por la ingestión de elementos órgano-fosforados, sustancias altamente tóxicas y capaces de producir el deceso de una persona.



De acuerdo a la investigación del juez Zepeda, Becerra fue envenenado y su cadáver puesto en su propia camioneta. El vehículo fue más tarde subido a un camión y trasladado a los alrededores de Parral. Tras bajar la máquina menor, fue conducida y abandona cerca de Longaví, con el fin de simular una muerte accidental o que la misma se produjo lejos del enclave.



El magistrado consideró que éste se trata de un crimen de lesa humanidad, porque está relacionado y fue ejecutado por quien entendía el contexto amplio y general en que ocurrió, esto es, formando parte de un ataque sistemático y generalizado contra parte de la población civil sobre una base política.



El contexto fue el conflicto producido en Chile a la fecha del hecho y no obsta para ello que la víctima haya sido informante de los agentes, puesto que lo que resulta determinante fue que el ataque haya sido inhumano en su naturaleza y carácter y que cause gran sufrimiento.



En el fallo difundido este jueves se menciona que Becerra llegó al enclave con su hijo José Miguel, de 13 años al momento de la tragedia, quien permaneció
cautivo en el recinto de las cercanías de Parral hasta 2005.

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