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«Si estoy de acuerdo con Escalona lo apoyaré con todo y si no se lo diré»

Dirigente del Nuevo Socialismo deja en claro: »No somos una disidencia ni nada de eso, los medios de comunicación nos han bautizado como tal y eso no me gusta porque si estuviéramos en algo parecido yo no participaría. No es un grupo anti-Escalona sino que una posición que quiere contribuir a la colectividad y al gobierno de Michelle Bachelet».


Al ex ministro socialista, Germán Correa, le molesta que se diga que la nueva corriente "Grandes Alamedas" es la disidencia del Partido Socialista (PS). "Si estuviéramos en algo parecido yo no participaría", asegura quien desde hace más de un mes ha tomado parte en reuniones clave para darle vida a este sector, el que está integrado por militantes de la Megatendencia, el Tercerismo, el Colectivo de Identidad Socialista, el Nuevo Socialismo y algunos ex Nueva Izquierda, la sensibilidad que lidera el senador Camilo Escalona.



Correa manifiesta que el nuevo movimiento, que encabeza la diputada Isabel Allende y que se formó a raíz de las últimas elecciones internas, tiene como objetivo principal aportar propuestas e ideas a la colectividad, la que si bien -según dice- no se encuentra en un momento catastrófico, si tiene problemas de conducción ya que, a su juicio, la misma carece de fuerza.



Sin embargo, el ex secretario de Estado deja en claro que el mencionado grupo, aun cuando tiene posiciones definidas en materias de interés nacional, posee matices y como tal él es una persona muy autónoma, lo que significa que si encuentra razonable lo que haga la directiva la va a apoyar y si lo hace mal se lo dirá directamente.



-¿Cuáles son los objetivos de esta nueva corriente que nació al interior del PS?
-Yo no diría que se pueda hablar de una nueva tendencia. Este grupo se ha venido reuniendo desde las elecciones pasadas, e incluso en el último Consejo General, que hubo a mediados de agosto, nos juntamos con los presidentes comunales y regionales que también apoyaron esta lista.



Hemos seguido vinculados como sector y uno de los temas que hemos discutido es en orden a si esto es un movimiento o una tendencia, y aunque aún no hay nada definido, lo que si sabemos es que el conjunto de personas que estamos tenemos ciertas posiciones y preocupaciones comunes con respecto al PS y también en torno a cómo colaborar más con la Presidenta Michelle Bachelet y la Concertación.



-¿Cuáles son los temas que esperan instalar en la agenda política?
-Nosotros nos hemos estado reuniendo y analizando diversos temas. Igual tenemos matices, pero yo soy una persona bastante autónoma y como tal si en un momento estoy de acuerdo con Escalona lo voy a apoyar con todo y si no, se lo voy a plantear derechamente, y creo que esa libertad que todos debemos tener al final contribuye a un ejercicio responsable de los liderazgos.



-¿Cómo calificaría el momento que está viviendo el PS?
-No es un momento catastrófico, pero nuestra preocupación es cómo logramos fortalecer y sacarlo de ciertas inercias para que haya una contribución mucho más potente y decisiva y no solamente a nivel de cúpulas, sino que también en las bases. Nuestra disposición es seguir colaborando en todo aquello que nosotros coincidamos y levantar posiciones en los temas de contingencia nacional.



No somos una disidencia ni nada de eso, los medios de comunicación nos han bautizado como tal y eso no me gusta porque si estuviéramos en algo parecido yo no estaría. No es un grupo anti-Escalona sino que una posición que quiere contribuir a la colectividad y al gobierno de la Presidenta, Michelle Bachelet.



«Somos una minoría bastante potente»



-Algunos dirigentes, como la diputada, Isabel Allende, y el senador, Jaime Gazmuri, han descalificado a la mesa directiva de Escalona, diciendo que es débil. ¿Usted coincide con ello?
-Yo creo que el problema de este mesa es que representa sólo a una de las listas que competió en las elecciones. Si bien es cierto, la nómina de Escalona acumuló el 46 por ciento de los votos, sin embargo la candidatura de Isabel logró el 38 por ciento y no es una cifra despreciable; entonces es una minoría bastante potente que no está en la mesa.



-Pero en algún momento hubo acercamientos para que se integrarán
-Sí, pero al final no nos reconocían nuestra fuerza y eso no corresponde.



-Respecto a las relaciones entre el PS y el resto de los partidos de la Concertación, ¿le preocupa el distanciamiento con la DC?
-A veces se producen dinámicas, en las que la responsabilidad no solamente la tiene el PS… No sé, a veces creo que hay una ansiedad de presidencialitis en mucha gente cuando estamos recién empezando el gobierno de Bachelet, el que además es corto, y por lo tanto requiere gran dedicación y concentración de esfuerzo.



Hay gente que levantó el tema presidencial y eso de alguna manera distrajo la atención y los esfuerzos que tenemos que hacer son hoy para conseguir que la gestión de la mandataria sea tan buena o mejor que la de Ricardo Lagos. Entonces, eso es lo que nos debe preocupar y no esta presidencialitis aguditis que nos está cruzando y que genera dinámicas de competencias anticipadas.



-¿Usted esperaría un PS más amigable con los socios del pacto?
-Obvio porque tenemos una larga tradición. Cada vez que uno se encuentra con los demócratas cristianos en distintas circunstancias, claramente tenemos vínculos que van más de lo político. Creo que tenemos una historia compartida que generó confianzas, afectos, que superó brechas históricas que sentían la izquierda chilena y el mundo del centro político y eso hay que preservarlo.



Estas alianzas políticas son como los matrimonios: uno los tiene que alimentar con afectos y con gestos permanentemente. Ahora, si uno anda poniendo mala cara desde que se levanta en la mañana es obvio que el matrimonio no va a andar bien.



-¿Cree que al interior de la Concertación los presidentes de los partidos se han peleado los liderazgos, ya que está Escalona que es muy cercano a la Presidenta y, por otro lado, está la senadora Soledad Alvear, que fue precandidata presidencial de la Concertación?
-Uno a veces ve atisbos de esas cosas, lo que al final lo único que genera es afectar el gobierno. Aquí hay que guardar la calma…los fenómenos de construcción de liderazgos en la sociedad son muy diferentes al pasado y no por mucho gritar hoy día y levantar posiciones duras, y que incluso pueden parecer como poderes detrás del trono y ser casi opositores al gobierno, va a significar que esas personas van a recibir el apoyo ciudadano.



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