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Procesan a oficiales de Tejas Verdes por secuestros y torturas tras golpe

La desaparición de dos opositores al régimen y crueles apremios a otro les adjudica a los uniformados responsables del regimiento de la Quinta Región el ministro Alejandro Solís. Entre los encausados se encuentran Manuel Contreras Sepúlveda, Mario Jara Seguel, Nelson Valdés Cornejo, Patricio Carranca Saavedra, Klaudio Kossiel Horning y Vittorio Orvietto Teplizki.


El ministro Alejandro Solís sometió este viernes a proceso a los ex responsables del regimiento de Tejas Verdes como autores del delito de secuestro calificado y torturas poco después del golpe militar de 1973.



Por la desaparición de dos opositores al régimen fueron encausados Manuel Contreras Sepúlveda, Mario Jara Seguel, Nelson Valdés Cornejo, Raúl Quintana Salazar, David Miranda Monardes, Patricio Carranca Saavedra, Klaudio Kossiel Horning y Vittorio Orvietto Teplizki.



El dirigente poblacional y militante del Partido Comunista (PC) Miguel Heredia Vásquez (23) fue detenido el 26 de diciembre de 1973 por efectivos de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) desde su trabajo, la posta del hospital Barros Luco.



Posteriormente, fue conducida a la escuela de especialidades de la institución y desde allí trasladado aproximadamente el 9 de enero de 1974 al campo de prisioneros emplazado en la unidad militar de la Quinta Región.



Similares acontecimientos sufrió Félix Vargas Fernández (31), miembro de la guardia personal del Presidente Salvador Allende. En enero de 1974, fue privado de libertad sin mediar proceso judicial y trasladado desde Santiago a Tejas Verdes, en San Antonio.



Además de todos los oficiales anteriormente mencionados, fue procesado Jorge Núñez Magallanes por el delito de tortura cometido en la persona de Anatolio Zárate Oyarzún.



Empleado de Pesquera Arauco, la víctima fue detenida el 11 de septiembre de 1973 en San Antonio y dejado bajo arresto domiciliario. 10 días más tarde, fue llamado a su lugar de trabajo, detenido y conducido a Tejas Verdes hasta el 30 de octubre.



Allí fue puesto con la frente apoyada en un muro, manos atadas y piernas separadas. Recibió golpes en diferentes partes del cuerpo con elementos contundentes y se le aplicó corriente eléctrica en el ano, boca, nariz y pezones.



Anatolio Zárate también fue obligado a mantener posiciones forzadas para provocarle dolor localizado de alta intensidad y el apremio conocido como "la paloma" le causó una fractura en su columna.



Según consta en el fallo, además fue víctima de seis falsos fusilamientos y obligado a escuchar las torturas de otros detenidos mientras esperaba las suyas.



Debido a lo anterior, presenta un estrés postraumático crónico, secuelas emocionales y psicológicas derivadas de las torturas y el secuestro.

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