Publicidad

«Ricardo Ortega ha sido el artífice del reencuentro de la familia aérea»

El ex uniformado y ex preso político se reintegró a la FACh sólo hace dos años tras una gestión del general Osvaldo Sarabia. Galaz conoció al padre del nuevo jefe de la entidad aérea, otrora subsecretario de Allende, y asegura que éste fue »marginado de toda actividad» después del golpe. Alaba a Ortega y lo emociona ser uno de los invitados a la ceremonia de cambio de mando, en noviembre próximo.


Se emociona el comandante (R) Ernesto Galaz cuando recuerda que sólo hace dos años pudo volver a la Escuela de Aviación gracias a la gestión que hizo el actual jefe de la FACh, general Osvaldo Sarabia, para reunir a la gran mayoría de los ex uniformados que fueron exonerados después del golpe militar y que sufrieron en carne propia la tortura por parte de sus camaradas de armas, seguida de la cárcel y el exilio.



Los ojos del ex oficial están a punto de estallar en lágrimas cuando él mismo pregunta qué día será el cambio de mando, donde según fuentes de la FACh, también estará entre los invitados y podrá por tercera vez volver a la escuela que lo formó y que tanto lo llena de emoción cuando habla de ella.



Galaz estuvo detenido junto a los generales Alberto Bachelet y Sergio Poblete, además de los capitanes Raúl Vergara (actual subsecretario de Aviación) y Jorge Silva, quien se encuentra en Londres. Luego de estar preso por espacio de cinco años en distintos recintos de la FACh y en la Cárcel Pública, el ex oficial inició un largo exilio que lo llevó a Bélgica, Roma, Berlín Oriental y la ex Unión Soviética.

Si bien no se acuerda mucho de los años de juventud del general Ricardo Ortega, quien en los próximos días asume el mando de la entidad aérea, Galaz recuerda muy bien cuando tuvo contacto con el alto oficial en 2002, cuando se dio inicio a las conversaciones para reintegrar a los exonerados a la FACh y de este modo cerrar heridas y concretar un proceso de reencuentro.



Galaz mueve las manos haciendo gestos elocuentes con los que pretende evidenciar que fue una larga lucha la que se dio para llegar a reintegrarse a la entidad aérea. "La idea de integrar a los exonerados fue bastante larga ya que cuando regresamos del exilio, en 1988, comenzamos a ver la fórmula de cómo la Fach podría reconocer a todos sus miembros en retiro como parte de la institución, ya que todos estábamos en los computadores como delincuentes", acota molesto.



"Fue una lucha grande que dimos con los generales Vega, Rojas y Ríos, quienes tenían muy buena disposición, pero nunca llegaron a un acuerdo para evitar esta discriminación tan odiosa en contra de los oficiales y suboficiales que habían sido en esa época leales a la Constitución y al Presidente Allende", agrega.



El acercamiento



Inmediatamente, el ex oficial cambia su rostro por uno más alegre y hace hincapié en que "solamente en la época del general Sarabia se toma la decisión de que haya un acercamiento absoluto y profundo". Fue el 2002, entonces, cuando asumió Sarabia, que conoció al general Ricardo Ortega, y "allí pude observar la calidad de persona que es y su planteamiento de una nueva visión que tiene que existir entre la sociedad civil y los uniformados y viceversa".



Indica que el actual jefe de la Fach tuvo una actitud consecuente y con criterio democrático. Y a continuación destaca que "Ortega, prácticamente, durante todo este período ha sido la mano derecha del general Sarabia y como tal ha sido un artífice de este reencuentro de la Fuerza Aérea con todo el personal en retiro que fue juzgado en 1973, específicamente con todos los que fuimos juzgados en el proceso contra Bachelet y otros", dice Galaz.



Explica que los altos oficiales "buscaron la fórmula para que la FACh sea una familia sin divisiones de esa naturaleza, e implementaron todo un sistema de acercamiento de los oficiales y suboficiales que estaban siendo discriminados y marginados de la institución".



Por este motivo, señala Galaz, "para nosotros es una muy agradable sorpresa advertir que hay toda una generación de oficiales en la FACh que viene surgiendo sin los traumas del golpe militar. Y más aún es una generación de oficiales que no está contaminada con todo lo que se vio cuando se le introdujo una ideología política determinada a los oficiales de las Fuerzas Armadas, con anterioridad al golpe".



Subordinado del padre de Ortega



Pese a que el comandante Galaz no fue amigo del padre del nuevo jefe de la FACh, general Ricardo Ortega Fredes, quien fue subsecretario de Aviación del gobierno de la Unidad Popular, sí tiene buenos recuerdos de él como su jefe.



Aunque reitera que "no puedo decir que haya sido amigo de él", comenta que "me tocó en varias oportunidades servir bajo su mando y puedo señalar que como general tenía mucho ascendiente sobre su personal. Tenía un don natural de mando sobre sus subordinados, y un carácter jovial que hacía que fuera muy asertivo en sus actuaciones, tanto a nivel personal como cumpliendo las funciones de su cargo".



Incluso, haciendo memoria, Galaz se acuerda de "una actuación de él que merece ser recordada en la época que era comandante en jefe el general Eduardo Iensen (1961-1964). En Peldehue hubo un ejercicio aéreo con motivo del aniversario de la FACh y desgraciadamente, por la explosión prematura de unas bombas, se cayó un avión y se murieron tres oficiales, uno de los cuales quedó colgando desde el paracaídas del avión".



Sigue el relato del ex oficial como si estuviera viendo los hechos: "Quien estaba a cargo de ese ejercicio era Ortega Fredes, quien tuvo una actitud de tremenda ponderación y sangre fría, ya que a pesar de la tragedia que significaba el accidente logró estabilizar la situación y restablecer el orden luego del caos que se genera cuando una cosa de esa naturaleza ocurre frente a una multitud de espectadores. Eso demuestra el carácter y el don de mando que tenía el general Ortega".



¿Su hijo puede haber heredado aquello?
-No quiero pensar que hayan estas transmisiones genéticas, pero sí es seguro que los hábitos se heredan entre padres e hijos, como es el caso de Michelle con el general Alberto Bachelet y de Ricardo Ortega con su padre. Las condiciones de sus padres fueron el ejemplo para la conducta y la vida posterior. En este caso se refleja en lo institucional y a lo mejor se refleja también en lo político.



-¿Cuándo se encontró con el general Ortega, le señaló que había conocido a su padre?
-Sí, le recordé a su padre y le señalé los gratos recuerdos que tengo de él, a quien he recordado con mucho afecto.



-Después del golpe, ¿no le sucedió nada al padre del general Ortega?
-No, nada, pero eso sí fue marginado de toda actividad, es decir, ignorado por todos sus compañeros de armas, eso está claro. No había fórmula de inmiscuirlo en cualquier situación que ellos pretendían implementar, pero reitero que el general Ortega fue excluido de todo tipo de regalías de la que hicieron uso los oficiales en retiro de esa época. Porque tras el golpe, gran parte de los oficiales fueron llamados a servicio y gratificados con cargos de embajadores o de otro tipo, pero el general Ortega quedó marginado de todo eso, como si estuvieran cobrándole una deuda por haber sido parte del gobierno de Allende.



¿Nunca los fue a ver mientras estuvieron detenidos?
-No tuvo ninguna relación con nosotros, ni con el general Bachelet. Él era subsecretario de Aviación , tan funcionario como era Bachelet, a quien le tenían una odiosidad sin sentido.



-El próximo jefe de la Fach cuando se produjo el golpe era un joven teniente.
-Sí, por lo que he conversado con él estaba en Estados Unidos cuando fue el golpe, donde estuvo más de 20 ó 25 días. por lo que no tuvo afortunadamente nada que ver. Digo afortunadamente porque para los oficiales jóvenes en ese tiempo no era cuestión de elegir lo que hacían sino que de obedecer so pena de ser expulsados y encarcelados. Prueba de ello es que todos los oficiales que estaban presos fueron quienes no quisieron aceptar el golpe.



"Es una tozudez"



-¿Usted cree que al general Ortega no le queda por hacer nada más en el tema de la reconciliación pensando que aún hay ex oficiales que no quieren regresar a la familia aérea?

-Ese es un asunto tan particular. Hay mucha gente, no sólo en la FACh sino que en la sociedad chilena, que sigue viviendo la época del 73, no quiere entender que han pasado casi 40 años. No sólo en Chile han existido cambios sustanciales sino que en el mundo entero donde se han caído hasta muros ideológicos. Es tan diverso el mundo de hoy que no es posible, con los parámetros de hace 40 años, querer juzgar lo que acontece hoy. Los individuos que manejan instituciones son otras generaciones, con otros pensamientos y dimensiones.



"Resulta incomprensible que haya gente tan traumatizada que quiere seguir viviendo esa época. Ese trauma se vive en diversas dimensiones. Hay quienes están indignados con el mundo, hay otros que no quieren relacionarse con las instituciones, que son los menos, y están fuera de Chile. Además, a mi juicio cuesta un poco entender a Chile cuando se está lejos".



¿Cree que el nuevo jefe de la FACh lo podrá lograr?
-Ortega no tendría problemas en acercarse a ellos, sino que el problema está en la actitud de aquellos exonerados hacia la FACh. En el extranjero los agregados aéreos tienen instrucciones de acercarse a la gente que perteneció a la FACh, esto de negarse a ser parte de la institución es una tozudez extraña y difícil de comprender porque todas aquellas personas que pretenden evitar este contacto hicieron uso de la ley de exonerados (la normativa que fue dictada por el Estado en beneficio de todos aquellos que vivieron el exilio y no sólo para los uniformados).



_____________________________





Vea además



»El general Sarabia se la jugó»



Artículos relacionados



Exonerados de la FACH asistirán a ceremonia aniversario de la institución (20-3-2006)


Publicidad

Tendencias