Aunque la vicepresidenta gremialista advierte que el tema de las candidaturas internas aún no se aborda formalmente y que sería »torpe» de su parte ser ella misma quien evaluara si tiene o no posibilidades para ser precandidata de su partido, admite entre risas que competir con su ex compañero de partido, Sebastián Piñera, podría constituir un incentivo.
Desde que se empezaron a mencionar nombres de los posibles candidatos gremialistas para competir con el empresario Sebastián Piñera, con miras a las presidenciales del 2009, el de la vicepresidenta de la tienda, senadora Evelyn Matthei, fue uno de los que surgió espontáneamente en la UDI.
Si algo tiene es experiencia política, incluso podría ser considerada la réplica de Margareth Thatcher a la chilena. La actual legisladora por Coquimbo, hija del general (R) de Aviación y ex integrante de la Junta Militar Fernando Matthei, es considerada por sus pares, tanto de la Concertación como de la Alianza, como una mujer dura e incisiva, inteligente y capaz.
Para ella, sin embargo, ser una política entre hombres no es fácil, ha debido demostrar que se la puede para llegar a donde está. Por eso entiende, tal vez más claramente que otros, que el problema de la Presidenta Michelle Bachelet no es que no tenga liderazgo, sino que no tiene experiencia política. Sobre éste y otros temas conversó con El Mostrador.cl.
-¿Cómo ve el escenario presidencial en la UDI?
– No se ha conversado formalmente y quiero dejar claro que me voy a referir a mi visión personal, que no necesariamente es la del partido. Yo considero que a la UDI le haría muy bien hacer el ejercicio de ver cuáles son sus posibles cartas presidenciales y solicitarles formalmente que inicien precampaña.
-Que a su juicio serían…
– Dentro de esos precandidatos, obviamente, están Jacqueline van Rysselberghe, Pablo Longueira -si decide que quiere participar- y Hernán Larraín. Yo siento que le haría muy bien al partido que ellos empiecen a recorrer el país. Eso es algo que tiene que ser conversado dentro del partido y en algún momento se tiene que tomar una decisión. Lo que pasa es que, en realidad, todos encontrábamos que no era prudente conversar del tema hasta que nos recuperáramos un poco de la bajada de Pablo. Pero creo que pronto llega el momento de que esto lo tengamos que conversar en serio entre nosotros.
-¿La UDI está en desventaja debido a que Sebastián Piñera ya está en campaña?
– No, yo creo que no perdemos nada. De hecho, yo nunca quise que nosotros nombráramos un candidato con tanta anticipación. Yo era de las que pensaba que no debíamos nombrar a Pablo como el candidato, que debiéramos tener figuras mostrándose, que es distinto, pero no nombrar un candidato. Porque creo que a dos años no tiene absolutamente ningún sentido. Al contrario, tú te expones a tener una sola figura a la cual le van a disparar, a hacer zancadillas, a poner en la mira… y así se desgasta. Así que yo no siento que estemos perdiendo en absoluto, estoy muy tranquila.
-Hablando de figuras mostrándose, ya se ha visto a los senadores Hernán Larraín y Jovino Novoa, por ejemplo, que han tomado un nuevo impulso como figuras del partido. ¿Eso sería parte de lo que usted cree que debe hacerse?
– Absolutamente, eso es. Y me parece fantástico que Jovino Novoa esté adquiriendo protagonismo y es estupendo que Hernán Larraín haya aumentado tan fuertemente en la evaluación que publicó La Tercera. Todo esto es parte de lo que desearía que se hiciera, pero en forma explícita.
-Se ha hablado de que Larraín cambió su estilo. ¿Siente que eso lo ha favorecido?
– Hernán no ha cambiado su estilo. No sé a qué se refieren cuando dicen que ha cambiado su estilo. Lo que yo he visto de Hernán es lo mismo que vi cuando fue presidente del Senado y lo que he visto durante mucho tiempo: Que es una persona juiciosa, ponderada, tranquila, ordenada para trabajar… Ese es el Hernán Larraín que he conocido antes y ahora. Lo que probablemente sucede es que ahora la gente lo está viendo más, aparece más en la prensa, pero es natural dado su cargo como presidente de partido.
-En ese mismo sondeo en que Larraín sale tan bien evaluado (40%), usted figura tres puntos por sobre el senador (43%). ¿Ha pensado en ser una de las figuras que la UDI debería mostrar como eventual candidata presidencial del partido?
– Siento que sería muy torpe de mi parte evaluar eso yo. Sé que estoy bien en algunas encuestas, pero eso no necesariamente significa que yo pueda ser una carta presidencial. Sería una torpeza enorme de mi parte hablar de que sí o que no. Estas cosas se tienen que hablar dentro del partido, de la directiva, con la Comisión Política, el grupo de diputados y senadores, de alcaldes. En el fondo, lo que se requiere es una gran conversación.
-Entonces… ¿le gustaría ser la candidata de la UDI?
– A mí me fascina la música, la lectura, me encantan los deportes, estar con mi familia. Yo conozco el poder, sé lo terriblemente absorbente que es, sé lo duro que es, lo que sufre la familia. Eso no me lo cuentan, lo viví. De tal manera que si me preguntan ‘¿me gustaría? No, no me gustaría’. Si me preguntan ‘¿quiere decir que de ninguna manera? No, nunca he dicho: No, de ninguna manera’.
Bachelet carece de experiencia política
-¿Influye en su postura el hecho de que la Presidenta Michelle Bachelet sea tan criticada?
– Yo creo que en la figura de Michelle Bachelet se están mezclando distintos aspectos, como el de ser mujer. Veamos este punto… Ella no sólo es mujer, sino que ha hecho un caso de gobierno ser mujer. Designó ministerios paritarios, subsecretarías paritarias, se preocupó de que hubiera equidad de género en las intendencia, etc. Margareth Thatcher era igualmente mujer, pero era una estadista que resultó que era mujer; lo mismo Golda Meier. Es muy distinta la forma de enfrentar el ser mujer de Michelle Bachelet con respecto a las otras mujeres que mencioné. Cuando se actúa como presidenta mujer, haciendo alarde de que eres mujer, entonces también tienes que estar afecta a las críticas que se te puedan hacer. A Margareth Thatcher nunca nadie la criticó por ser mujer, al contrario, la criticaban por ser dura.
El segundo tema es que a Michelle Bachelet le tocó heredar una Concertación en declive y eso no es culpa de ella. Es una Concertación en que las peleas, las enemistades, suspicacias, desconfianzas, se han ido acumulando a lo largo de 17 años y a estas alturas a ella le tocó la herencia. No creo que un hombre hubiera podido controlar eso tampoco. No es falta de liderazgo. En el fondo, es la mala suerte de haberse hecho cargo de un gobierno cuando ya el conglomerado estaba con una fuerza centrífuga feroz. Y, en tercer lugar, muchos de los problemas que le tocó enfrentar también son heredados.
-En la UDI sostienen que Bachelet carece de liderazgo y que por eso el Gobierno se le está yendo de las manos ¿usted no coincide con esa postura de su partido?
– Yo no creo que sea falta de liderazgo, creo que es falta de experiencia. Ella es una mujer inteligente que sabe lo que quiere. Pero cada vez creo más que la política es un oficio que se va aprendiendo con errores, aciertos y mucho tiempo de haberla vivido. Es cierto que ella fue ministra de Salud y Defensa, pero cuando fue ministra de Salud dejó el ministerio cuando empezó el conflicto y en Defensa nunca tuvo conflictos. Y empezó a irse para arriba como burbuja y, por lo tanto, ella nunca tuvo que enfrentarse a una situación de solución de conflictos. La mayor muestra de falta de experiencia, de oficio, fue cuando nombró su primer gabinete.
-Se dice que Bachelet llegó a la Presidencia de la República gracias a las encuestas, Jacqueline van Rysselberghe ha dicho que ese es un elemento que la UDI va a tener que considerar a la hora de elegir a su representante para las presidenciales del 2009 ¿Coincide con ella?
– Obviamente que no se pueden desechar, pero también es obvio que no se puede escoger sólo sobre esa base. Como todo en la vida, tiene que haber un equilibrio entre liderazgo y encuestas. Si tienes una persona que es un gran líder, pero que no logra entusiasmar a un grupo grande de personas, es difícil nombrarlo como candidato (a). Ahora, si sólo se dejan guiar por las encuestas también hay que tener cuidado, porque a veces las respuestas son de cariño, de caer bien, pero finalmente si te preguntaran si votarías por esa persona, que marca tan bien en las encuestas, para Presidente (a), tal vez dirías que no. O ‘me cae bien, pero no’. Todos conocemos casos de personas que estaban muy bien en las encuestas pero que han perdido elecciones.
-Según la encuesta que hemos aludido, Piñera se pegó un bajón grande, y en ese escenario los posibles candidatos de su partido, usted entre ellos, no quedan muy lejos del abanderado de RN…br>
– Pero si yo siempre he dicho que Piñera es ganable.
-¿Usted se vería compitiendo con él en una primaria?
– Yo me imagino a Hernán compitiendo con él (Piñera), a Longueira, a Jacqueline van Rysselberghe y qué quieres que te diga…¡¡¡Me encantaría. O sea… si hay algún aliciente (para ser precandidata) es competir con él!!! -dice muerta de la risa-.
-¿Ve posible que finalmente la UDI optara por apoyar a Piñera y desistir de llevar un candidato propio?
– No, no lo veo posible. No en la primera vuelta.
-Hay gente que insiste en que es muy difícil que la UDI apoye más de un mes a Piñera.
– Yo, realmente, no veo ninguna posibilidad de que no lleguemos con un candidato a la primera vuelta, independientemente de si el candidato de Renovación es Piñera o no. La Constitución permite la primera y segunda vuelta. Y la primera es una primaria, pero una primaria legal en que puede votar todo el mundo, no una primaria arreglada. Me parece mucho más razonable que la primaria sea la primera vuelta.
-¿Cree que la UDI lo está haciendo tan bien como para tener una opción real de llegar al Gobierno?
– Yo encuentro que lo está haciendo espectacularmente bien. Creo que hemos dado una señal de madurez dentro del partido. En algún minuto se pensaba que podría haber divisiones internas, pero realmente estamos funcionando en forma coordinada con muy buenas relaciones personales. También hemos dado muestras de mucha madurez en nuestra relación con Renovación Nacional. Y hemos estado haciendo una oposición de peso, por lo que siento que lo estamos haciendo súper, súper bien.