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Juez ordena buscar con detector de metales arma de Huber en río Maipo

Para llevar adelante la diligencia con el GOPE de Carabineros, el ministro Claudio Pavez espera cartografías e imágenes aerofotogramétricas de la zona del Cajón del Maipo. Estrategia procesal del ex uniformado apunta a probar que Huber se suicidó con su pistola Walter PPK y que no se trató de un homicidio, como hasta ahora lo tiene acreditado el magistrado.


El ministro en visita Claudio Pavez, que sustancia el proceso por el homicidio del coronel Gerardo Huber, ordenó al Grupo de Operaciones Especiales de Carabineros (GOPE) buscar el arma Walter PPK que perteneció a Gerardo Huber en las inmediaciones del puente El Toyo en el cajón del Maipo, donde el malogrado oficial fue hallado muerto en febrero de 1992.



La decisión del magistrado de la Corte de Apelaciones de San Miguel obedece a un concienzudo análisis de casi cinco meses, que se enmarca en la petición de una diligencia que solicitó el ex jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) general (R) Eugenio Covarrubias.



La estrategia procesal del ex militar apunta a acreditar, si finalmente el arma es encontrada, que la muerte de Huber fue un suicidio -tesis sostenida por jueces anteriores a Pavez hasta 2005- y no un homicidio, como tiene acreditado hasta ahora el magistrado.



Covarrubias -"el Cova"- se encuentra procesado junto a otros cuatro ex altos oficiales del Ejército, los generales (R) Víctor Lizárraga y Carlos Krumm; el ex jefe del Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE) Manuel Provis Carrasco, y el coronel (R) y amigo de Huber, Julio Muñoz, por el delito de asociación ilícita para obstruir a la justicia.



Todos arriesgan una pena superior a diez años, de ahí la premura por acreditar las circunstancias de la muerte del ex ingeniero politécnico.



Revisión



Hace algunos meses Pavez decidió cerrar el sumario, con lo que previa acusación y plenario (algo muy similar a un juicio oral) viene la sentencia de primera instancia.



Sin embargo, a petición de la abogada Johanna Heskia, patrocinante de la familia del coronel, resolvió reabrirlo para agotar las diligencias.



Hay en este sentido una norma legal que opera en el antiguo sistema de persecución penal de los delitos y que obliga al magistrado a investigar tanto a favor como en contra de los procesados con el mismo celo. De allí la decisión adoptada por Pavez.



La diligencia ordenada por el magistrado no fue una decisión tomada de la noche a la mañana. Tardó casi cinco meses. Y esto porque si bien en un principio había rechazado la realización de la pesquisa, finalmente cambió de opinión, quizás por una de esas corazonadas de quien tiene experiencia en la investigación criminal.



En ese proceso ofició al Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) para evaluar la viabilidad de la diligencia que debía realizarse con un detector de metales. Este departamento especializado de la policía uniformada respondió que llevar a cabo la petición tenía medianas posibilidades de éxito.



Pavez, entonces, requirió cartas geográficas de la zona en cuestión, las que fueron aportadas por el propio Covarrubias, se indicó. Paralelamente, solicitó a la autoridad correspondiente imágenes aerofotogramétricas, las que debieran ya estar en su poder para que fije una fecha concreta para la diligencia.



Los vínculos



En diciembre de 1991, Huber se vio involucrado en el tráfico ilegal de armas a Croacia, pertrechos militares que fueron descubiertos en Budapest, Hungría, y que determinaron en Chile la apertura de un sumario a cargo del entonces ministro Hernán Correa de la Cerda.



En enero de 1992, fue interrogado y posteriormente arraigado por Correa de la Cerda, antes de que viajara a Israel. Para evitar declarar cuando el caso estaba en su momento más álgido, presentó un certificado médico aduciendo mareos a raíz de un supuesto estrés y depresión.



Pese a estar autorizado para viajar a Puerto Varas, el fallecido coronel se fue a la casa de su compadre, Elwin Tapia, en el Cajón del Maipo. La noche del 29 de enero dejó la residencia en el Nissan plomo de Tapia, luego de que su familia saliera, horas antes, a buscar a su hijo José Ignacio.



A eso de las 23 horas, cuando Tapia aún se encontraba en casa de su prima, notó que Huber no llegaba. Se preocuparon y regresaron a su residencia a ver qué sucedía y hallaron las luces encendidas, la puerta abierta, pero no estaba ni Huber ni el auto. Se contactaron con Carabineros y a las tres de la madrugada hallaron el automóvil en el puente El Toyo.



Transcurrieron tres semanas hasta que el 20 de febrero de 1992 el cuerpo de Huber apareció en el lecho del Río Maipo con el cráneo destrozado. La causa estuvo caratulada durante 13 años como suicidio, hasta que el ministro Pavez la modificó a homicidio calificado pocas semanas después asumir el caso, en septiembre del año pasado.



Bajo la alfombra



Durante la investigación, el ministro Pavez aclaró una serie de hechos que estuvieron bajo la sombra durante más de 15 años.



Por ejemplo, estableció quiénes fueron los agentes del BIE de la época que abrieron la caja fuerte que Huber tenía en su oficina de logística institucional. Se trata de Egon Isler y Jaime Concha. Qué hallaron, será siempre una gran interrogante.



Otro de los pasajes hasta ahora desconocidos del proceso, aunque se trata de un hecho conexo a la muerte de Huber, es el suicidio del chofer que tuvo durante su permanencia en el Ejército, Blas Merino, ocurrido en 1995.



A partir de una presentación de la abogada querellante Joanna Heskia, el magistrado descubrió un hecho que llama la atención sobre la muerte del ex uniformado.



Primero, que los carabineros que llegaron al sitio del suceso eran de Padre Hurtado, pero fueron llamados y avisados desde el retén de Santa Rosa de Chena. Nunca en el expediente se interrogó al personal de la unidad policial que colindaba con la Escuela de Inteligencia del Ejército (EIE).



Otro detalle es que llegó un informe policial que descarta la tesis del suicidio, ya que las manos del ex militar no presentaban nitratos que siempre están presentes en hechos de esta naturaleza.

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