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El malestar que recorre a la Conadi por designación de Rodrigo Egaña

Fuertes cuestionamientos entre los consejeros del organismo, algunos de los cuales fueron nombrados por la propia Presidenta, ha generado este giro de la política en el sector. Algunos lo consideran un by pass a una institucionalidad que, en todo caso, ha resultado superada por los hechos.


Un primer frente de conflicto tiene desde ya el nuevo comisionado indígena, Rodrigo Egaña. Y este no viene de ningún grupo radical, sino desde la propia institucionalidad estatal, pues varios consejeros de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) critican la nueva figura.



El rechazo se basa principalmente en que fueron completamente marginados de la decisión, lo que en opinión de algunos contradice a la propia ley indígena, que señala que cualquier política pública del sector debe ser consultada a la entidad. La molestia se extiende a la mayoría de los 16 representantes, entre los que se cuentan tanto consejeros electos por las comunidades, como los designados por la Presidenta.



Por ello, no están dispuestos a reconocer el cargo asumido por Egaña, hasta que no se reúnan con la Presidenta Michelle Bachelet y ésta les aclare los motivos para no tomarlos en cuenta, así como los objetivos concretos de la decisión.



De hecho, este miércoles convocaron una reunión extraordinaria del Consejo, donde buscarán apresurar la entrevista con la mandataria, pues "debemos reconocer que el Gobierno nos pasó por encima", asegura Zenón Alarcón, consejero aymara.



Lo mismo opina el consejero presidencial Adolfo Arrieta, que considera inexplicable la exclusión de la Conadi. Incluso el consejero mapuche José Santos Millao asegura que ni siquiera se informó de la medida al presidente de la Conadi, Wilson Reyes, lo que a su juicio deja en claro la falta de peso que arrastra el organismo dentro del aparato del Estado.



Frente a esto, Reyes señala que no ha habido ningún incumplimiento: "A mi no me pueden avisar decisiones de la Presidenta de la República. Es difícil que me avisen la designación de cargos relevantes, ya que mi rol apunta a fortalecer políticas públicas".



A parte del rechazo a la forma en que el Ejecutivo manejó la designación de Egaña, la molestia también apunta a lo que consideran la inutilidad de la iniciativa, pues estiman que tras casi 18 años de conversaciones con la Concertación, las demandas de los pueblos originarios están lejos de cumplirse, y ya pasó la hora de las mesas de diálogo y las discusiones.



"Lo que tiene que hacer el Gobierno es conjugar, a través de las instituciones, la fórmula para llevar las demandas a la realidad. Y eso pasa por señales muy concretas, lo que implica decisiones de alto nivel de la Presidenta y del equipo económico del Gobierno", explica Alarcón.



Tarea "pesadita"



Egaña, calificado como un "histórico de la Concertación", y que por lo tanto encaja perfecto con el perfil para los convocados al "segundo tiempo" de Bachelet, conjuga habilidades técnicas y políticas propias de un alto gerente del aparato público.

Ingeniero Comercial UC, ex subsecretario de la Presidencia de la administración Lagos, se fogueó en operaciones políticas complejas cuando llevó el tema de Ralco. De carácter reservado, todo lo que son virtudes ante sus pares puede ser no tan apreciado por el mundo indígena, donde el origen étnico es un asunto sensible.



Aunque sus tareas inmediatas incluyen impulsar el diálogo con las comunidades y la aprobación en el Parlamento del reconocimiento constitucional de éstas, en La Moneda se sabe, aunque no se admite públicamente, que resolver el conflicto mapuche es "bastante complejo", ya que incluso en otros países que llevan la delantera en este sentido, no se han logrado soluciones definitivas.



El contexto que encuentra Egaña es que desde hace más de dos años que las conversaciones están congeladas. Esta intermitencia puede tener un alto costo, ya que al existir múltiples liderazgos, sobretodo dentro de las comunidades mapuches, resultará un verdadero trabajo de hormiga obtener credibilidad y ser considerado un interlocutor válido, con la confianza que eso implica.



Bien lo sabe Jaime Andrade, ex coordinador de políticas indígenas y ex director de la Conadi, quien asegura que la tarea de Egaña será bastante "pesadita", aunque considera muy relevante para lograr éxitos el respaldo político con el que cuenta el ex subsecretario.



Andrade considera que no ha sido posible construir una masa crítica de dirigentes del oficialismo que asuma el tema, a lo que se agrega una respuesta más bien débil del actual Gobierno. Y asegura que el cargo tiene sentido sólo en la medida que exista una mejora de la institucionalidad que abarque todos los ámbitos, por lo que "lo que se abre ahora es un debate a fondo de la participación y reconocimiento indígena, y un esfuerzo en impulsar su participación política".




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