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Ex rector Riveros encabeza reestructuración de Universidad La República

Luego de meses de incertidumbre, el masón y propietario del instituto, Fernando Vicencio, inyectará recursos y ordenará la casa estudios. Rol de Luis Riveros, quien además es uno de los dueños de la agencia acreditadora Akredita, abre interrogantes sobre »incompatibilidad» entre ambas funciones.


Un clima de alivio se vivía el lunes en las dependencias de la Casa Central de la Universidad de la República (Ulare). El rumor que había recorrido los pasillos por varias semanas y que se veía como la carta de salvación a la gran crisis económica y de gestión vivida por el plantel el último año, al fin llegaba a su fin: Fernando Vicencio, rector y principal accionista del Instituto Profesional Los Leones, asumió las riendas del plantel convirtiéndose así en el nuevo socio mayoritario.



Su entrada se traduce en una inyección de recursos que le cae del cielo a la Ulare -y que de paso devolvió el alma al cuerpo a profesores, alumnos y socios- ya que sólo en sueldos impagos a los docentes, se estima una deuda que bordea los $ 800 millones y un déficit total cercano los $ 6.000 millones.



Para paliar esto, Vicencio contempla, entre otros puntos, comprar los pasivos de la universidad y liberar la confort letter o carta de fe que entregó la Gran Logia para el plantel pudiera realizar una operación de leaseback, que tiene como garantías algunos bienes inmuebles.



Además del tema económico, también hay optimismo frente a la línea que impulsará el profesor normalista. Además de estar ligado a la Gran Logia de Chile, se comprometió a no realizar cambios valóricos ni en las características éticas y objetivos del plantel. En suma, la Universidad de La República seguirá siendo la Universidad de La República.



De hecho, los socios, que son alrededor de 90 y que en su mayoría están ligados a la masonería, continuarán formando parte de la entidad, aunque de los siete integrantes del consejo directivo cuatro serán designados por el también ingeniero comercial.



Los trámites que debe finiquitar para legalizar toda la operación son básicamente dos: hacer las modificaciones por escritura pública en tribunales y luego realizar las tramitaciones necesarias en el Ministerio de Educación (Mineduc), lo que se calcula estaría listo en julio.



¿Labores incompatibles?



Pero las acciones del grupo de Vicencio no se harán esperar. De hecho, como primer paso para salvar el alicaído centro de estudios, su nuevo líder constituyó un consejo de reestructuración, que será encabezado nada menos que por el ex rector de la Universidad de Chile Luis Riveros, y cuya tarea se enfocará en crear un plan de contingencia para mejorar la calidad administrativa, académica y de gestión del plantel.



Además, suena firme el nombre de Ubaldo Zuñiga, ex rector de la Universidad de Santiago (Usach), que junto a Riveros comparte roles en la agencia Akredita, entidad privada que certifica la calidad de carreras y programas de estudio. Entre otros, forman parte de sus filas Manfred Max-Neef, ex rector de la Universidad Austral y, Jaime Pozo, ex rector de la Universidad de La Serena, además del diputado de Renovación Nacional (RN) Maximiano Errázuriz.



Por el momento, el ex rector de la Chile es la carta segura en el consejo de reestructuración, pero su gestión podría enfrentar un dilema, ya que al ser parte integrante de un centro de educación superior y, al mismo tiempo, dueño de una agencia de acreditación, podría haber conflictos de intereses, tomando en cuenta que la República no está acreditada.



Frente a esto, el diputado Carlos Montes (PS), asegura que "sería totalmente incompatible que un profesor que además sea dueño de una agencia acreditadora, termine acreditando a la propia universidad. No puede ser correcto".



E incluso, considera que también existe un problema de incompatibilidad a la hora de acreditar a "su competencia", ya que "hay que ver los límites que se plantean al respecto porque esto no está contemplado en la ley y sería un vacío legal que habría que perfeccionar. También creo que no corresponde que un señor como Maximiano Errázuriz (RN), diputado que participó en las discusiones de la ley, termine siendo parte de una agencia acreditadora. Creo que el límite de la incompatibilidad hay que precisarlo mucho más para que el sistema tenga mayor posibilidad de perdurar y no se vea afectado por influencias inadecuadas".



Frente a esto, Riveros precisa que no existe ningún tipo de incongruencia, ya que "las cosas están a nivel de las asesorías, de participación en consejo académico, de manera que no son cargos que demanden responsabilidad de tipo administrativo".



Y aclaró que en el caso de que Akredita fuera la encargada de dar el visto bueno al centro de estudios, él se inhabilitaría de sus funciones en la agencia. Y al consultarle si bajo ese prisma no podría actuar como rector de la universidad, aseguró que podría hacerlo, pero que dependía de las circunstancias y condiciones del momento.

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