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Piñera toma palco ante la imparable crisis en la UDI

Convertido más que nunca en la única figura de la derecha con posibilidades de llegar a La Moneda, en el entorno del empresario no todo tiene el dulce sabor de la venganza. Es que el incendio, que en el gremialismo siguen apagando con bencina, puede terminar por afectar la imagen completa del sector, y por ende, su opción.


Quién iba a decir que el escenario político podría cambiar tanto en la derecha. Mientras Sebastián Piñera se reúne con el presidente peruano Alan García, en lo que en su círculo de hierro definen como una gira propia de un jefe de Estado; Joaquín Lavín se debate entre la defensa familiar que ha hecho de su yerno Isaac Givovich, en la disputa con Carolina Plaza, y la molestia generada en su propio partido al publicitar su rechazo a la acusación constitucional contra Yasna Provoste. El entorno del empresario toma palco de lo que ocurre en la UDI, pero no por eso deja de preocuparse.



El hecho de que el detonador del "caos" que estalló en calle Suecia haya sido ni más ni menos que Joaquín Lavín sacó más de alguna sonrisa furtiva en RN, admiten en el entorno de Piñera. Pero con el paso de los días ha comenzado a crecer la intranquilidad porque en el piñerismo existe la convicción de que el rendimiento electoral de la UDI está estrechamente ligado al de la Alianza. Ecuación que afecta, quiéranlo o no, al abanderado de Renovación.



A eso responde el que tanto los dirigentes de RN como el piñerismo estén siguiendo de cerca los movimientos de sus aliados. El diagnóstico es el mismo en uno y otro equipo: la UDI debe ordenar su casa y cuanto antes mejor. Por eso que la directiva encabezada por Carlos Larraín tenía un objetivo claro antes de llegar a Suecia 286, ayer lunes, a la reunión del Comité Ejecutivo.



En la cita -que se inició pasadas las cinco de la tarde y se prolongó por una hora- los representantes de RN -Carlos Larraín, Lily Pérez, Manuel José Ossandón y Claudio Eguiluz- le habrían planteado a sus pares gremialistas -Hernán Larraín, Darío Paya y José Antonio Kast- que es importante no empantanarse en el escenario que se generó con la disputa Givovich-Plaza y con las diferencias entre Lavín y los diputados por el tema de la acusación, a fin de terminar con la controversia pública que le puede hacer muy mal al sector.



Deja vu



Para el piñerismo si la pelea interna de la UDI se prolonga por mucho tiempo afectará a la Alianza en su conjunto, aún cuando haya quien crea que a corto plazo RN podría sacar ventaja de la situación, sobre todo ante la proximidad de las elecciones municipales.



Otro elemento que destacan es que claramente a Lavín "se le pasó un poco el tejo" con el tema de la acusación, por lo que RN debería exigirle a sus aliados que pongan orden. Y no falta el que recuerda que fue el propio Lavín quien viendo peligrar su candidatura presidencial por las permanentes disputas entre los entonces presidentes de la UDI, Pablo Longueira, y RN, Sebastián Piñera, -en el marco del caso Spiniak- no dudó en descabezar ambos partidos.



En el actual escenario las cabezas en juego serían las de los larraínes. Y aunque nadie se atreve a decir que Piñera debería devolver el golpe porque estiman que ese fue "uno de los grandes errores" de quien en esa época era el líder indiscutido de la derecha, sí le dejan la responsabilidad de exigir orden a Carlos Larraín.
Ello porque existe el temor de que si la situación se mantiene tal como está en la UDI, el electorado que no es naturalmente de derecha y que evaluaba la posibilidad de votar por la Alianza en los futuros procesos electorales eche pié atrás, porque según lo ven en el piñerismo "la gente no distingue entre RN y la UDI, sino que ve que el sector se está peleando de nuevo".



La peor crisis de la UDI



La frase que mejor grafica el estado de ánimo en la UDI es la que sin dudar lanzó un honorable que se niega a creer que Lavín haya sido el autor de uno de los episodios más complicados que ha atravesado el partido. "Esta es la peor crisis en la historia de la UDI", se lamentó un diputado que tiene la convicción de que la alcaldesa de Huechuraba está yendo demasiado lejos al anunciar que está evaluando querellarse por injurias en contra de quien fuera su mentor.



Es de no creer la mala racha que enfrenta el ex edil capitalino, justo cuando parecía que regresaba en grande a la vida partidaria y los más optimistas lavinistas no descartaban que su reposicionamiento lo llevara a una tercera candidatura presidencial.



Y mientras los dirigentes gremialistas hacen "control de daños" e intentan acallar las críticas internas todo parece indicar que este episodio tiene para rato. Entre otras cosas, porque de tener algún efecto la postura de Lavín en relación con la acusación y ello se tradujera en que algún diputado la rechazara, aunque fuera solo uno, el jefe de la bancada, José Antonio Kast, renunciará irremediablemente al cargo…Y así, suma y sigue.

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