Publicidad

«Buena parte de nuestra mala imagen está bien ganada»

 El 11 de marzo el parlamentario UDI por Magallanes debería asumir la presidencia de la Cámara Baja en el marco del acuerdo al que llegaron el oficialismo y la derecha. En ese contexto admite que sus pares han contribuido con sus actuaciones a la negativa percepción que la ciudadanía tiene de los parlamentarios, sobre todo a raíz del episodio más reciente del bono para bencina. Además, adelanta que como presidente de la Cámara «voy a dar señales de austeridad» y refuta que Piñera vaya a hacer una «campaña sucia».


Su carácter no lo delata, pero ya se está preparando para asumir la presidencia de la Cámara de Diputados y está feliz de ser quien represente a la UDI en una responsabilidad de esa envergadura. Por lo pronto, tiene claro el sello que quiere imponerle a su gestión, en la que espera darle «garantías» a todos los sectores, porque no olvida que para ser electo presidente requiere tanto del voto de la derecha como del oficialismo. A Rodrigo Álvarez se le ve con ganas de trabajar, al punto que desde ahora anuncia que «me gustaría iniciar un proceso de modificación potente a nuestro reglamento», el que según aclara no ha sido modificado en muchas décadas.

A Álvarez, de 42 años, también le preocupa la imagen que se han ganado los diputados y admite que el 2008 fue un mal año para la Cámara, en ese sentido. Por eso que respalda «firmemente» la propuesta de su par DC Patricio Walker -que duerme en el Congreso- de entregarle a un organismo externo la determinación de las asignaciones de los parlamentarios. En cambio, es claro en precisar que no está de acuerdo con la iniciativa de limitar la posibilidad de reelección. «No estoy de acuerdo en que, legal y constitucionalmente, se prohíba la reelección indefinida. En lo que sí estoy de acuerdo es en que los partidos nos pongamos rangos extraordinariamente más fuertes para permitir que alguien vaya a la reelección», precisa.

Además defiende a su candidato presidencial. Aludiendo a una entrevista concedida por Juan Pablo Hermosilla, miembro del grupo Océanos Azules de Eduardo Frei, Álvarez niega que Sebastián Piñera vaya a realizar una «campaña sucia». Incluso contraataca a quienes hacen ese planteamiento, asegurando que es la Concertación la que le está negando la sal y el agua al presidenciable opositor, al prohibir que se reúna con alcaldes oficialistas.

-Si las cosas se dan como se acordó en enero del 2008 usted asumiría la presidencia de la Cámara en marzo y Jovino Novoa la del Senado. ¿En este contexto como ve este año 2009 para su partido?

-Lo veo muy positivo por tres razones. La primera, es porque si bien no tenemos un candidato de nuestras filas, sí es el candidato de la Alianza que ha sido apoyado por la UDI. (Piñera) se encuentra muy bien posicionado en las encuestas, creo que está haciendo una muy buena campaña y tiene un muy buen futuro para este año, junto con el convencimiento de la UDI de que vamos a llegar a la Presidencia de la República. Segundo, evidentemente es un motivo de responsabilidad y de alegría para nosotros el que, por primera vez en la historia, los presidentes, tanto de la Cámara como del Senado, van a ser de la UDI. Esto significa la capacidad de demostrar el estilo que podemos tener cuando conducimos distintos poderes del Estado. Y, en tercer lugar, es un año en que la UDI tiene un gran desafío parlamentario: mantener su posición de partido más grande del país, reelegir a los parlamentarios que optaron por eso y elegir a un grupo importante de nuevos diputados y senadores. Por lo que veo un año difícil, como todos los años electorales, duro, pero muy interesante.

-En el caso de la presidencia del Senado hubo una polémica bien intensa con RN, pues desconoció el acuerdo. ¿Cree que todo termine bien?

-Esa negociación fue totalmente distinta a la de la Cámara. Pero creo que si bien ha habido ciertos momentos de tensión entre la UDI y Renovación Nacional, todo fue en un marco de mucho mayor unidad y responsabilidad de lo que podía haber sido el debate hace algunos años. Hace cinco o seis años, esta situación, hubiera provocado probablemente una confrontación mucho mayor tanto pública como personal. En este caso no ha sido así. Nosotros como UDI hemos considerado siempre que existía un acuerdo que llevaba a la presidencia del Senado a un militante de nuestro partido y ese es Jovino Novoa. Y junto con el convencimiento de que existía ese acuerdo, usamos un argumento casi tan lógico como decir que acá había, en el marco del acuerdo, cuatro puestos que debían ser llenados por los independientes, la UDI y RN, y no parecía lógico que en ninguno de esos cuatro puestos estuviera un militante de la UDI.

 -Usted aludió al estilo de la UDI ¿Cuál es el estilo que usted va a imponer como presidente de la Cámara?

-Quiero darle a este cargo un estilo de bastante contacto con la gente y con las regiones. Por eso una de mis propuestas es, como presidente de la Cámara, estar en las 15 capitales regionales en los primeros tres meses de gestión, reuniéndome con los CORE, intendentes, gobiernos regiones y alcaldes, para ver cómo la Cámara de Diputados puede seguir ayudando a las regiones. Este año va a ser económicamente difícil, así es que también voy a buscar dar señales de austeridad por parte de la Cámara. Algo también muy importante es que dentro de la mala imagen de la política en general, también hay un componente de mala imagen de los diputados. Yo creo que a veces se debe a razones reglamentarias y a procedimientos legislativos, por lo que me gustaría iniciar un proceso de modificación potente a nuestro reglamento, que tiene varias décadas sin ser tocado. Por otra parte, como presidente pretendo dar garantía a todos los sectores. No olvido que voy a ser elegido con votos de la Alianza y de la Concertación y, por lo tanto, también pretendo dar garantías muy importantes a sectores oficialistas. Y, por último, voy a tratar de hacer cumplir con la máxima energía las atribuciones de la Cámara en defensa de su propia dignidad. Me refiero, por ejemplo, a que se cumpla nuestra labor legislativa adecuadamente, lo mismo respecto a nuestra labor investigadora, que se respondan nuestros oficios… Por lo tanto, que se respete profundamente la labor que hace la Cámara.

-¿Qué pueden esperar el gobierno y la Concertación de su presidencia dado que este es un año electoral y en épocas así tiende a polarizarse más el mundo político?

-Total y absoluto respeto a nuestro reglamento, a nuestra Constitución y a la ley. Espero que uno de mis sellos como presidente sea el que nunca nadie pueda objetar mi conducción de la Cámara, desde el punto de vista reglamentario, constitucional o legal. Y eso le da, supongo, plenas garantías a la Concertación y al gobierno. También espero tener una muy buena relación personal con todos los jefes de bancada de los partidos de la Concertación y, además, con el gobierno y, en particular, con la Presidenta cuando se dé el caso. Por lo pronto, en las primeras semanas de marzo vamos reunirnos con el ministro Viera-Gallo para ir formando una agenda de trabajo. También se puede esperar el convencimiento personal de la importancia de iniciar un proceso de mejoramiento de la imagen de los diputados. No hay que olvidar que, en Chile, antes que Presidente de la República, de la Corte Suprema, del Senado, hubo presidente de la Cámara de Diputados. Este es un poder digno, muy antiguo, que hoy día recibe el reproche de la ciudadanía, en parte justificadamente, en parte no. Por lo que lo que la Concertación también puede esperar de mi gestión es mi convencimiento de que todos juntos, como Cámara, tenemos que hacer esfuerzos para mejorar nuestra imagen. Y no sólo por la conveniencia de un año electoral, sino porque creo que es un poder extraordinariamente importante para el funcionamiento del Estado.

Mea culpa

-¿Cuál es el mea culpa que usted como diputado hace por la mala imagen que ha adquirido la Cámara?

-Yo creo que, en primer lugar, hay una muy mala imagen de la política a nivel mundial y nacional. Esta mala imagen la refleja, casi como ejemplo, la Cámara y el mea culpa que uno debiera hacer es no haber tenido mucho más claras esas señales e intentar hacer una serie de cambios. En su momento la propuesta del diputado Patricio Walker respecto de que todas las asignaciones fueran determinadas por una comisión independiente, nos hubiera ahorrado el bochorno del bono de la bencina. Segundo mea culpa, no haber tomado en cuenta que era imprescindible una modificación de reglamento y de nuestras prácticas. Por otra parte, no deja de ser un problema para cualquier presidente que asuma, el hecho de que buena parte de nuestra mala imagen está bien ganada, pero hay parte que no está muy bien ganada y no hemos sabido salir a defender eso. Si uno lee estudios de productividad legislativa, fiscalización e incluso asistencia, comparativamente nuestra Cámara es superior a la mayoría de las Cámaras del mundo. No se trata de ‘mal de muchos consuelo de tontos’, para nada, pero se trata de poner también las cosas en su lugar. Y si a eso se le agrega que ha habido algunos espacios que han sido muy rentables para los diputados, en términos personales y de popularidad, pero muy malos para la imagen de la Cámara, ahí tenemos otro mea culpa. 

-Aún cuando no están en la misma línea, iniciativas como la de Walker o el límite a la reelección son muy bien acogidos cuando uno habla con los parlamentarios, pero cuando llega el momento de votar estos proyectos se caen. ¿Cómo explica eso?

-Son dos proyectos distintos. Para ser sumamente preciso, para que la ciudadanía no se haga ideas distintas de lo que uno está planteando…La propuesta del diputado Walker se refiere a las asignaciones y ese es uno de los temas que yo creo que más le molesta a la gente. Ese proyecto lo apoyo firmemente a diferencia del límite a la reelección. Yo no estoy de acuerdo en que, legal y constitucionalmente, se prohíba la reelección indefinida. En lo que sí estoy de acuerdo es en que los partidos nos pongamos rangos extraordinariamente más fuertes para permitir que alguien vaya a la reelección. Si bien no creo en la norma legal que prohíbe la reelección, me parece que eso deber ser decisión de la gente, sí creo que los partidos debiéramos ponernos más límites.

-Ahora usted va a postular por Providencia. ¿Se cumplió una etapa?

 -Se cumplió una etapa y también que yo creo que es necesaria la renovación de liderazgos en las distintas zonas. Doce años es más que suficiente, al menos en mi caso personal, para haber sido diputado por la tierra que, evidentemente, más quiero en Chile, que es mi distrito de Magallanes que es donde nací, donde me eduqué. Pero me parece que hay etapas que se van cumpliendo, tenemos un buen candidato UDI de reemplazo, y creo que era imprescindible tomar otros rumbos. Sí, se van cumpliendo ciclos y yo, en mi caso personal, así lo sentía.

-Juan Pablo Hermosilla, del grupo Océanos Azules de Frei, afirmó a El Mostrador que la de Piñera va a ser una «campaña sucia».

-Para nada. Yo creo que éste va a ser un año duro, desde el punto de vista de confrontaciones, porque van a haber muchos temas muy relevantes para la ciudadanía que van a estar en discusión. Porque va a ser un año de crisis económica en que está en riesgo el empleo de la gente, en que va a haber dificultades; probablemente, también va a salir el resultado de muchos fallos y materias en relación a EFE o a Transantiago, es decir, que va a ser un año en que va a haber debate. Pero eso forma parte de la naturaleza de la política, más aún en un año electoral. Otra cosa es que se vaya a hacer una campaña sucia. Yo no creo que Sebastián Piñera haya hecho ni vaya a hacer una campaña que pueda ser calificada de esa forma. Lo que sí, yo veo a la Concertación muy empeñada en criticar absolutamente en todo a Sebastián. Incluso en negarle la sal y el agua, como ha sido esta decisión de no permitir que alcaldes se reúnan con él.

Artículos relacionados:

“La de Piñera va a ser una campaña sucia” (23 de Febrero de 2009)

 

Publicidad

Tendencias