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«El proyecto estaba hecho para venganzas políticas»

El parlamentario se escucha aliviado luego de que fracasara una iniciativa presentada entre gallos y media noche que amenazaba con eliminar a los díscolos del oficialismo. También a los independientes. Aquí explica los alcances de una moción que contaba con la aprobación de muchos en la Concertación y en la derecha.


El diputado de ChilePrimero, Esteban Valenzuela, manifestó hace pocos días su rechazo total a las declaraciones del secretario general de su partido, Jorge Schaulshon, cuando éste dijo que Sebastián Piñera «es el líder que Chile necesita». El «Teo», como se le conoce desde tiempos universitarios, afirma que su partido nació como «alternativa a la derecha y la Concertación». Por tanto, para él las alianzas deberían ir por otro lado: el PRI de Zaldívar, el Partido Ecologista y los díscolos. Aunque el tema le preocupa, Valenzuela en estos días está molesto por otro asunto, que involucra directamente al gobierno. Ayer el pleno de la Cámara de Diputados, afortunadamente dice, rechazó un proyecto -al cual el Ejecutivo le había puesto suma urgencia- que pretendía, a juicio del parlamentario, terminar con los díscolos en el Congreso. «Una iniciativa con nombre y apellido, un traje a la medida», dice. ¿Los involucrados? Marcos Enríquez-Ominami y René Alinco.

En entrevista con El Mostrador, Valenzuela desmenuza el intrincado proyecto y desnuda lo que había detrás de la moción legal propiciada por el presidente del PS y senador Camilo Escalona y su par, Juan Pablo Letelier.

-¿Cuáles son los alcances de este proyecto?

-El martes pasado apareció con suma urgencia, discusión inmediata y sin ninguna advertencia, el patrocinio del Ejecutivo a un proyecto de algunos parlamentarios, entren ellos Renán Fuentealba, para iniciar la tramitación de una moción de los senadores Juan Pablo Letelier y Camilo Escalona, que pretendía poner más restricciones a la posibilidad de que militantes de partidos renunciasen a un partido y pudiesen presentarse en las elecciones parlamentarias. Pretendía aumentar de dos meses, que es lo que hoy existe, a 6 meses, el plazo antes del cierre de la inscripción de candidatos, para que las personas renunciaran a un partido político y se pudieran presentar por otra colectividad o como independientes. Sólo lo hicieron  para las parlamentarias; aunque algunos sintieron vergüenza del «traje a la medida» por la omisión de las elecciones municipales.

El diputado por Rancagua explica que para este año, por ejemplo, el plazo para las inscripciones era hasta el 10 de septiembre, lo que significaba que hasta el 10 de julio las personas podían emigrar de un conglomerado. Pero Valenzuela dice que tuvieron un obstáculo: «Por problemas de constitucionalidad, tuvieron que colocar un artículo transitorio, dejándolo en 4 meses (Mayo) antes del cierre del proceso (Septiembre), ya que seis meses (Marzo) sería ilegal (no se puede legislar sobre el tiempo ya transcurrido)». Y agrega: «Al acortar no a Julio sino que a Mayo el plazo, como lo pretendía este proyecto, si ellos no renunciaban (Enríquez- Ominami) a sus partidos en Mayo, y seguían militando, no podrían ser candidatos, pues dependerían exclusivamente de la colectividad. Esa es la pillería».

-Usted ha dicho que se trata de un acto grotesco.

-Claro, primero la suma urgencia y que sea sólo para los parlamentarios y no para las elecciones en general, o sea, no habla de las elecciones municipales ni de la presidencial. Claramente es un traje a la medida. Es un proyecto que no se hace cargo de lo siguiente: los partidos en Chile no tienen primarias obligatorias, como ocurre en Estados Unidos. Lo segundo es que el sistema binominal hace que los partidos estén hasta última hora negociando cupos, por tanto, personas que confían en ir de candidatos por sus partidos, finalmente no son incluidos.

El ministro Pérez Yoma prometió ese proyecto y nunca lo ha enviado.

 Oligarquías partidarias

Para Valenzuela, la jugada oficialista que tuvo el respaldo de muchos parlamentarios de derecha, deja al descubierto cómo la exclusión, razón que se ha convertido en una bandera de guerra para justificar el pacto con el Partido Comunista, se diluye rápidamente.

-¿Qué cree que se buscaba con este proyecto?

-Esto es un caldo de cultivo y estaba hecho para las venganzas políticas, la exclusión de diputados díscolos, críticos, disidentes, como quieras llamarlos. Por la vía de sustituirlos a última hora o de entregar los cupos de los «conflictivos», genera -bajo el concepto de la disciplina- una lógica perversa y agudizada por el sistema binominal. Se trata del fortalecimiento de las oligarquías partidarias y de los grupos oficialistas que dominan los partidos, los cargos y tienen el poder. Sin respeto a las minorías en los partidos, que es la tendencia que se ha dado los últimos cuatro años.

-¿Por qué habla de un proyecto a la medida, con nombre y apellido?

-La Concertación siempre ha prometido primarias y finalmente no las hacen abiertas. Esto es para deshacerse de Marcos Enríquez y René Alinco.

El proyecto fue aprobado en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara, ¿cómo fue la votación?

-En la comisión sólo me opuse yo y se abstuvo José Antonio Kast. A favor votaron Denisse Pascal Allende, María Antonieta Saa, Andrés Egaña, Alfonso De Urresti, Gonzalo Duarte, Sergio Ojeda, Marisol Turres y Germán Becker. Nuestro reclamo junto a Álvaro Escobar y otros, es que personas de la UDI, como Darío Paya y muchas voces de la Concertación, como Laura Soto, Eugenio Tuma y Rodrigo González, cuestionaron el proyecto y afortunadamente se hizo una mayoría que lo rechazó en la Sala.

-Usted ha dicho que esta es una moción de los senadores Camilo Escalona y Juan Pablo Letelier, entre otros, ¿a quién le adjudica la autoría?

-A la mano negra y el poder invisible de la dictadura perfecta. Fue bien penoso, porque cuando argumenté mis reparos, en la Comisión se reían y llamaron a votar pronto, apurados. El ministro Viera-Gallo tampoco se presentó a explicar los alcances y por qué le ponían suma urgencia.

-Usted ha reiterado el tema de la suma urgencia, ¿por qué le molesta tanto?

-Cuando en Enero se celebró la reforma constitucional que abría la posibilidad de la inscripción automática de los jóvenes, nosotros dijimos: esto es un show. Porque el gobierno estaba incluyendo lo del voto de los chilenos en el extranjero y no ha presentado aún el proyecto de ley de reforma orgánica que reglamenta explícitamente el cómo el Registro Civil va a entregar el nuevo padrón automático, etc. Y eso es lo que ha ocurrido, no le ha puesto urgencia el gobierno y no va a ver inscripción automática durante este año, como no ha habido acuerdo para terminar con el binomial ni voluntad política de elegir los gobiernos regionales o los consejeros por voto popular.

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