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María Olivia Monckeberg prende el foco sobre los magnates de la prensa

Ya lo hizo con las empresas públicas, con las universidades y el Opus Dei. Ahora le toca a quienes controlan los medios de comunicación. La periodista, ganadora del Premio Nacional, relata su antigua fricción con Álvaro Saieh, el dueño de  Copesa, que será protagonista  de las páginas de su próxima investigación, la que estará a la venta en noviembre.


Corría Enero de 2001.  María Olivia Monckeberg, distinguida hace dos días con el Premio Nacional de Periodismo, trabajaba como jefa de Comunicaciones en el Instituto Nacional de Estadísticas. En la imprenta de Ediciones B estaba su primer libro escrito en solitario, «El Saqueo de los grupos económicos al Estado chileno». Antes, en 1986, junto a Pamela Jiles y María Eugenia Camus, había editado «Crimen Bajo Estado de Sitio», sobre los profesionales comunistas degollados el ’85, un tema que incomodaba al régimen militar en el poder, y que entre la sociedad civil concitaba el más amplio repudio.

Pero ya entrada la transición las cosas son diferentes y la investigación toca a los civiles. A lo más selecto del empresariado. Durante días recibe recados de Jorge Schaulsohn, ex diputado PPD y asesor del consorcio periodístico Copesa. Quería darle un recado de parte de su flamante dueño, Álvaro Saieh.

«Llegó hasta mi oficina  pidiéndome que le cambiara el nombre al libro o que sacara el capítulo de Saieh o que lo entrevistara para que diera su versión. Me dijo que él no era saqueador, que a él no le importaba tener poder, que había hecho su fortuna en tiempos de la Concertación y no de la dictadura. Lo cual es bastante falso», relata María Olivia Monckeberg, aclarando que en el libro no dice que el dueño  de Corpbanca se haya quedado con alguna empresa pública.

«Pero Saieh fue director de muchas empresas públicas. Participó en comisiones donde se diseñaron los planes para privatizar empresas públicas, además estuvo en diversos tipos de negocios en que se favoreció bajo la dictadura y después estuvo en la re privatización del Banco Osorno y La Unión, que así se llamaba en ese entonces. Pero, sobre todo, sus contactos con los militares le permitieron dar sus primeros pasos importantes, de tal manera que estuvo muy bien situado para esa privatización del Banco Osorno. Luego se vio favorecido con los créditos del Estado y con las renegociaciones al final de la dictadura, que favorecieron al grupo que adquirió La Tercera, dentro de los que él era entonces uno más», aclara.

Mal periodismo

Su respuesta a la solicitud de Schaulsohn fue una rotunda negativa. «Me extrañó que viniera Schaulsohn, a quién conocía desde antes, expresamente de parte de Saieh. Yo se lo había comentado a algunos amigos míos y seguramente se filtró un borrador», comenta. En abril de 2001 finalmente se publicó  «El Saqueo de los Grupos Económicos al Estado Chileno«. Fue un éxito de ventas y de lectores a través de versiones piratas.  Pero sobre todo, los datos contenidos en él serían confirmados por la investigación de la Cámara de Diputados sobre la privatización de empresas públicas en 2005.

Después vendrían «El Imperio del Opus Dei en Chile» (2003), «La privatización de las universidades. Una historia de dinero, poder e influencias» (2005), y el más reciente «El Negocio de las Universidades en Chile» (2007). «El periodismo de investigación va de la mano de la obsesión y la motivación. Yo siempre digo que mis libros me persiguen, cuando los sueltas son de la sociedad, pero te siguen llegando los ecos y te ayudan», explica, revelando que gracias a su primer libro sobre la privatización de la educación superior, le fueron llegando datos que contribuyeron a formar el segundo.

Por estos días María Olivia Monckeberg ultima los detalles de lo que será otra molestia para el empresariado, específicamente para quienes controlan los medios de comunicación. «El libro se llamará Los Magnates de la Prensa, no puedo contar mucho más, sólo que saldrá en noviembre por Random House», dice.

Pero inevitablemente volverá a incomodar a Álvaro Saieh, de quien recibe señales desde mucho antes de salir a la venta «El Saqueo….», cuando trabajaba en el diario La Época. «Yo era parte del equipo del diario e hicimos algunos trabajos investigativos, sabía que él le reclamaba a Emilio Filippi, el director. No tenía nada que ver con la propiedad  pero como muchos otros, llamaba en calidad de avisador, real o potencial, cuando algo no le parecía», revela.

Ahora que el premio le ha dado completa legitimidad, Monckeberg, galardonada también por la Niemann  Foundation de la Universidad de Harvard  en 1984, se atreve a adelantar algunos juicios que seguramente estarán contenidos en su próximo libro: «Los grandes medios no están haciendo buen periodismo, se podría hacer mucho mejor. Hay gente que se ha quedado en ellos y  lo hace por necesidad. Pero hay otros que se han acostumbrado».

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