Dirigiéndose a sus adherentes en el centro de operaciones que montó su comando en el Palacio Concha y Toro, el diputado ex PS dijo que «a los que quieren negociar les digo fuerte y claro con la mejor dicción que no hay nada que negociar. No quiero cargos ni prebendas, no negociaremos».
El candidato presidencial independiente Marco Enríquez-Ominami anunció esta noche que no entablará negociación alguna para endosar el respaldo de alrededor de 18% que obtuvo en las elecciones de este domingo.
Dirigiéndose a sus adherentes en el centro de operaciones que montó su comando en el Palacio Concha y Toro, el diputado ex PS dijo que «a los que quieren negociar les digo fuerte y claro con la mejor dicción que no hay nada que negociar. No quiero cargos ni prebendas, no negociaremos».
Y agregó que si sus adversarios «quieren los votos de quienes votaron por nosotros, tan solo escuchen sus demandas».
Enríquez-Ominami también apuntó sus dados a los timoneles y dirigentes de la Concertación, al responsabilizar a las cúpulas partidarias de haber «capturado la política y también el Estado», por lo que pidió sus renuncias.
«Se requiere una señal clara y honesta (…) y si realmente se crreen sdervidores públicos, es hora que renuncien».
Lo que sí dejó claro ME-O es su rechazo a la opción de Piñera, a quien calificó como «el candidato del mundo conservador» que «representa un retroceso histórico para Chile».
«No es el cambio, es un espejismo», dijo, agregando que el presidenciable de la derecha «es la forma más triste del statu quo y representa la realidad más cruel del mercado».
Enfatizó eso sí que Frei y Piñera «se parecen demasiado» y que la diferencia entre ambos radica sólo en «los grupos sociales que los apoyan».
Acompañado de su esposa, Karen Doggenweiller, Marco Enríquez dijo que igualmente iba a celebrar su tercer lugar en esta primera vuelta en la casa de su jefe de campaña Max Marambio.
