La información apareció durante los alegatos de esta mañana en la Octava Sala de la Corte de Apelaciones, donde se vieron los recursos de amparo presentados por el mencionado profesional, encausado como autor del homicidio del ex Mandatario y el médico de la DINA Pedro Valdivia (cómplice).
Un antecedente hasta ahora desconocido se reveló esta mañana durante los alegatos en la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, donde se analizaron los recursos de amparo presentados por los doctor Patricio Silva, procesado como autor del homicidio del ex Presidente Eduardo Frei Montalva y el ex doctor de la DINA, Pedro Valdivia.
Y es que la relatora del tribunal, apoyándose en los antecedentes de la causa, señaló que Silva, antes de participar en la segunda operación a Frei, llamó a la comandancia en jefe del Ejército y a través de su ayudante habló con Pinochet para relatarle lo que venía. Ante el ministro a cargo del caso, Alejandro Madrid, el profesional confirmó el hecho, señalando que llamó para informar debido a la relevancia del personaje político y para pedir autorización para participar en la cirugía.
La información fue confirmada por el abogado querellante Álvaro Varela y su colega del Consejo de Defensa del Estado (CDE) durante la audiencia.
Varela, en la misma línea, indicó que hasta ahora no se explica por qué Silva tiene en un hoja de vida en el Ejército una “comisión extrainstitucional” a la Comandancia en Jefe castrense. El jurista recordó que la expresión aludida siempre fue utilizada para explicar la destinación a los servicios represivos de la dictadura militar. Y en este sentido se configura, dijo Varela, la cercanía suficiente de Silva con el mundo castrense para constituirse en un eslabón necesario para la muerte de Frei.
A renglón seguido, Varela insistió que la habitación de Frei fue preparada por un ex suboficial de inteligencia del Ejército, uno de los 8 que fueron impuestos a Enrique Duval, director de la Clínica Santa María, donde Frei murió en enero de 1982. El profesional confirmó este hecho en una declaración ante el juez Madrid.
Apuntando a la aplicación de venenos, Varela sacó a colación la declaración del químico Francisco Oyarzún Sjöberg -quien reside en Estados Unidos- uno de los amigos de su colega que trabajó en la DINA y uno de los fabricantes del gas sarín, Eugenio Berrios.
Según Oyarzún, “escuchó” en el laboratorio de Vía Naranja de Lo Curro, donde trabajaba Berrios y el norteamericano Michael Townley, que podrían usarse pócimas letales para deshacerse de personas que pudieran atentar contra la estabilidad del régimen de Pinochet. Y Frei en 1981, antes de morir, era precisamente aquello.
Inocencia objetiva
El defensor de Silva, Luis Valentín Ferrada, aseguró que su cliente no pudo haber participado de la muerte de Frei, debido a la cercanía que los unía como personas. En ese sentido, recordó que fue el propio Frei que lo nombró subsecretario de Salud durante su gobierno (1964-1970).
Indicó que realizó todo lo posible para tratar de curar a Frei, pero no participó en la primera operación, sino que sólo entró al quirófano, pero sí en la segunda intervención, cuando Frei tenía una grave infección interna. En este sentido, recordó que se le extrajo 1.8 litros de pus.
La línea argumental de Valentín Ferrada apuntó a que el antiguo sistema de persecución penal de los delitos, en el cual se instruye el caso Frei, es abiertamente inconstitucional, debido a que olvida las garantías constitucionales, ya que utiliza las “presunciones fundadas” como una prueba para procesar.
En tanto, el abogado del CDE, Rodrigo Quintana, insistió en que la llamada de Silva Garín a Pinochet -“la acción de informar”, la denominó- no se justifica y aparece como una sospecha en torno a la participación del médico en la operación.
“Este hecho resulta completamente inexplicable”, dijo Quintana.
Al cierre de esta nota los magistrados analizaban cómo resolverían la acción judicial y se espera aún los alegatos para el amparo presentado por el ex m´dico de la DINA Pedro Valdivia.
