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Politzer peso pluma

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Cuesta entender por qué un libro que aspira a ser un retrato fidedigno de la ex Presidenta, sale mucho antes de que cumpla al menos un año fuera del poder. Menos si viene de una periodista de larga trayectoria en los medios y en los círculos políticos. Tiene cabos sueltos y muestra a una mujer sin defectos ni matices, cuyo gran logro parece haber sido vencer al machismo.


“Bachelet en Tierra de Hombres” tiene la crónica más detallada que se ha publicado hasta ahora sobre el desastre que provocó Transantiago dentro de La Moneda.

Patricia Politzer escribe cuarenta páginas con datos y escenas que no se habían contado, o permanecían dispersas en los más de 300 artículos que según la autora se escribieron en  la prensa acerca del tema durante el primer año de gobierno. También son destacables el relato de la caída de Andrés Zaldívar y Belisario Velasco y el  apoyo de Michelle Bachelet a Andrés Velasco en la pugna con Osvaldo Andrade.

Aún así, después de leerlo es inevitable preguntarse si era necesario sacar a la venta un libro sobre la ex Presidenta  Bachelet, tan sólo  cinco meses antes de que cumpliera un año fuera del poder. Porque donde se espera haya espesor e interpretación más cruda y aséptica o un poquito menos apasionada,  sobra la lisonja gratuita: “Bachelet tiene un intelecto superior”; “Su figura con parca y gorro dirigiendo la operación adquirió la fuerza del hombre pisando la Luna”.  Y  más de una obviedad: “Ella comprende como nadie sus dolores, desafíos y esperanzas”.

Después de todo Patricia Politzer no es una recién llegada a los círculos del poder. O una periodista mendigando fuentes. Como dice su reseña biográfica “su brillante carrera la ha llevado a ser entrevistadora y analista política en los principales medios de comunicación”. Fue presidenta del Consejo Nacional de Televisión. Además estuvo literalmente dentro de La Moneda como directora de la Secretaría de Comunicación y Cultura (SECOM) en el gobierno de Ricardo Lagos

Por cierto en el capítulo de Transantiago no hay ninguna mención a una posible responsabilidad directa en el diseño fallido del Transantiago.

No es del Red Set

Politzer ocupó con Lagos el  mismo cargo que tuvo  con Bachelet el periodista Juan Carvajal,  quién en este libro es descrito como el operador más hábil del entorno de la Presidenta. El que  hablaba con los medios y les repartía tesis en off.  Al sótano se fue Víctor Maldonado quien no aparece siquiera mencionado, aunque más de algún reportero político lo identifique como importante en el diseño que dejó a la ex Presidenta en la cima de su popularidad.

[cita]Parece más bien la historia  producida por una ONG,  de un palestino en la franja de Gaza que logra salir adelante a pesar de la adversidad.[/cita]

Con la trayectoria de Patricia Politzer podía esperarse una crónica de alto vuelo, con tensión al estilo de Roman Polanski en The Ghost Writter, inspirada en el gobierno de  Tony Blair, o de  un capítulo de West Wing. Pero no hay casi nada de eso.  Parece más bien la historia  producida por una ONG,  de un palestino en la franja de Gaza que logra salir adelante a pesar de la adversidad:

“Supo desde el comienzo que la vida era dura ¡si apenas pesó un kilo ochocientos gramos cuando nació! sin embargo fue capaz de vivir con una energía tal como para llegar a La Moneda”. (…)

“Cada vez más sola luchaba entre sus deseos personales de una vida privada familiar y amorosa, y entrar a una batalla política donde no sólo tendría que derrotar a otros candidatos sino desbaratar las máquinas partidarias que intentarían manipularla romper con las creencias ancestrales de una cultura anclada en las dominación masculina, demostrar que una mujer es capaz de gobernar el país”.

Michelle Bachelet queda como adicta al secretismo. Hay que suponer que pudo ser por la traición a su padre, Alberto Bachelet. O la que llevó adelante el militante PS Jaime López, su ex pareja. Puede ser más fácil entenderlo sabiendo la manera de operar que tenía el PS en la RDA, donde la ex Presidenta vivió y fue una disciplinada  militante en el exilio.

También es un poco ingenuo decir que Bachelet “no es del Red Set” para explicar por qué no conocía a René Cortázar. Sabiendo que esa definición más que política es cultural y la ex Presidenta la tiene en su ADN.

Una santa

En este libro, la ex Presidenta es espontánea, muy humana para enfrentar  a las personas y comprender lo que el país necesita, características que sin duda ayudan a explicar su popularidad. Pero jamás duda, no titubea, ni menos aparece abatida. No tiene defectos.

Todo lo malo es culpa de los políticos, del machismo atávico o de las circunstancias. En este sentido hubiera sido mejor que Patricia Politzer hiciera de escritor fantasma para escribir un libro del tipo “Los años en Downing Street” de Margareth Thatcher.

El apuro por sacar el libro antes de que los hechos y las personas hayan decantado lo suficiente, provoca que algunos episodios queden como cabos sueltos o sin la profundidad esperable, como la salida del ex canciller Alejandro Foxley, que se fue “para dedicarse a otras actividades” sin que se mencionen las fuertes fricciones con Fernando Ayala, el director de Protocolo y hombre de confianza de Bachelet en política exterior.

Para un lector medianamente informado tampoco es muy creíble que Ricardo Solari se haya ido a los cuarteles de invierno después de no ser nombrado ministro. Cuando se sabe que el militante PS siguió tejiendo redes e incluso estuvo en el directorio de Alsacia, una de las empresas operadoras del Transantiago.

Pero la premura de tener el libro en las estanterías  puede entenderse como la saludable intención  de la autora por alegrar a los lectores debajo del quitasol. O exportar al mundo un retrato  de la ex presidenta  aprovechando el impulso que dieron los mineros a la Imagen País.

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