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El estilo que Guido Girardi quiere dejar atrás

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Tiene un alto porcentaje de rechazo entre los ciudadanos, pero quiere dejar en el pasado las prácticas que lo hicieron uno de los emblemas del político clientelista. Volvió detrás de uno de los temas que lo hicieron conocido: el medioambiente. Claro que deberá demostrar que recuperó la motricidad fina y sus modales ya no serán los mismos.


Si fuera una serie, la historia de Girardi corre fuera de los cánones tradicionales de la política criolla. La parte más conocida arranca  en  Cerro Navia con un plano a sus calcetines verdes sobre traje oscuro recorriendo una feria. La última temporada se inicia el pasado martes 8 de marzo, en la Confitería Torres. Están  casi todas las figuras de la Concertación acompañándolo. Con un efusivo abrazo Jorge Pizarro confirma el acuerdo  político que  unge a Girardi en Presidente del Senado. Por eso hoy Guido Girardi se convertirá en una de las personas con más autoridad en el país pese a que su índice de rechazo según la encuesta CEP de noviembre de 2010, llegó al 57%. La gira en la que acompañó a Piñera por Europa y Medio Oriente fue un precalentamiento en los ritos protocolares del poder, además de una oportunidad para encontrar puntos políticos en común con el Presidente, con quien ya los une el parentesco a través del suegro de Girardi, Jorge Echeñique.

Hombre muerto caminando

“Es una oportunidad que le da la vida política”, dice uno de sus amigos. Como buen protagonista de su propia serie, Guido Girardi tiene su épica. El drama que hará sintonizar al televidente. Hace cuatro años, el 2007,   algunos le dieron por  muerto políticamente al aparecer vinculado en un escándalo de facturas falsas de la empresa Publicam relativas a platas de campaña. Resultó el más perjudicado, pese a que había otros políticos como la senadora de RN Lily Pérez, Carolina Tohá, y el propio Sebastián Piñera.

También estuvo clínicamente muerto cerca de un minuto, según quienes lo visitaron en el hospital en 1997, luego de un accidente automovilístico. Corría a exceso de velocidad para llegar a tiempo a fiscalizar la contaminación en el lago Rapel  y chocó  de frente con un camión. Quedó con un riñón menos y secuelas múltiples, entre ellas una mano izquierda reconstruida y con problemas de motricidad.

“Guido duerme poco porque lee hasta tarde sobre evolución, a Richard Dawkins, o sobre protección de especies marinas. Fue el primero en hablar de ecología, libertades sexuales y defensa del agua. Pero en la mañana está llamando para bajar candidatos a concejales.  En esto le ha faltado motricidad política fina”, dice Nolberto Salinas, abogado PPD y ex marido de Carolina Tohá.

Un solitario rodeado de gente

Girardi partió en los patios de Medicina en la Universidad de Chile como un ambientalista de izquierda. Formó el movimiento cultural y ecologista, “Pehuén” en los años 80, y entre el año 84 y 85 fue presidente del Centro de Alumnos de Medicina de la Universidad de Chile.

Muy cercano desde su niñez a Gonzalo Martner, cuando este ingresa  al Partido Socialista fracción Núñez, Girardi y la mayoría de la gente del Movimiento “Pehuén” también lo hacen. Desde allí apoyan a Jorge Arrate en su lucha con Eric Schnake por la presidencia de la tradicional colectividad de la izquierda. Pero cuando se crea el PPD, Girardi participa como uno de sus fundadores. Luego decide quedarse en éste y transformar la inicial opción instrumental del partido en una alternativa política permanente

Según sus detractores, Girardi “siempre fue un solitario en política, no tiene pares, tiene colaboradores”. Él se ha defendido señalando que ha preferido una opción política ciudadana y no la rigidez tradicional de los partidos.  Como prueba argumenta ser uno de los fundadores de la línea verde del PPD y de trabajar con gente de la sociedad civil.

Es en los temas Salud y Medioambiente donde Girardi y sus hombres adquieren notoriedad copando puestos en la administración del Estado, como Gonzalo Navarrete, Hernán Sandoval y Patricio Rodrigo.

Sin embargo, el círculo inicial en el que también se contaba Daniel Fernández, actual vicepresidente ejecutivo de Hidroaysén, se disgregó, y cada cual tomó su camino.

El club de La Mansión de la Novia

Según sus detractores Girardi durante los gobiernos de la Concertación instaló una red de colaboradores en el Estado cuyo número es difícil de precisar. “Ha ayudado a muchos, pero también es capaz de destruir a muchos otros, y se ha relacionado con muy malas personas. Hay muchos que están dispuestos a ir a quemar La Moneda por Girardi, porque viven de él, son zánganos: si les matas a la reina, se quedan sin nada», dijo Dante Leoz, uno de sus ex colaboradores implicado en el caso Publicam, en una entrevista que concedió a El Mercurio.

[cita]»Guido duerme poco porque lee hasta tarde sobre evolución, a Richard Dawkins, o sobre protección de especies marinas. Fue el primero en hablar de ecología, libertades sexuales y defensa del agua. Pero en la mañana está llamando para bajar candidatos a concejales.  En esto le ha faltado motricidad política fina», dice Nolberto Salinas, abogado PPD y ex marido de Carolina Tohá.[/cita]

Leoz se refería al tema de los operadores que aparecieron vinculados a Girardi en el caso de las facturas falsas y en la repartición de cartas de saludo a sus electores con fondos del Congreso. Gran parte de la gente que Girardi logró instalar en el Estado estaban dentro de los servicios de Salud y en las reparticiones donde el jefe a cargo era militante PPD. Ahora, que la Concertación dejó el gobierno, muchos de esos ex funcionarios ya no pagan las cuotas que aportaban cuando trabajaban para el Estado.

Pero Girardi sigue teniendo poder. “En todas las municipalidades donde hay un  PPD y en los CORE donde todavía logra influir en las decisiones que se toman, él tiene la mitad del partido”, dice uno de sus ex colaboradores.

El mismo que recuerda el episodio que protagonizó con Felipe Harboe durante una comisión política del partido en 2008. Harboe era entonces Subsecretario del Interior y había llegado hasta el cargo gracias a las gestiones de Girardi. Con ese aval el senador “le dio una orden a Felipe, pero Harboe se negó diciéndole que a él lo había nombrado la Presidenta. Se dijeron un par de garabatos, Harboe se paró y se fue”, dice la misma fuente. El actual diputado por Santiago se excusó de opinar para este reportaje.

Otro de los que se distanció del próximo presidente del Senado es el abogado Alfredo Morgado, luego de que Girardi no lo apoyara lo suficiente en su candidatura a concejal por Santiago en las últimas municipales

La serie sobre Girardi  debería tener una locación obligada. El restaurante La Mansión de la Novia.  En este local de calle Agustinas con Cumming. Girardi y su círculo de hierro de no más de 5 personas entre ellos el ex secretario general del partido, Alejandro Bahamondes y el concejal por Huechuraba Sergio Escobar,  entre otros que se sumaban a las largas comidas con Seremis y concejales, en las que se sellaban acuerdos y tomaban decisiones.

Los abogados verdes

Girardi se hizo conocido gracias a sus apariciones en los medios. Era director del Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (SESMA) y los electores lo veían como un justiciero vestido de blanco, clausurando locales insalubres, independiente de si eran públicos o privados, ente ellos la cocina del Club de la Unión y una caldera del Ministerio de Obras Públicas. Además de oponerse a otorgar el permiso ambiental para una planta de residuos peligrosos en Pirque, perteneciente a la Papelera.

“Si quieren que la apruebe, que me lo pidan por escrito”, dijo en su oportunidad en abierta alusión a las presiones provenientes de La Moneda.

Su poder en este tema se vio disminuido en la administración Bachelet

desde que Ana Lya Uriarte (PS) estuvo a cargo del Ministerio de Medioambiente y según testigos de la pugna entre ambos “se pelearon porque Girardi quiso meter a su gente y Uriarte no lo dejó”.

Por estos días Girardi  ha aparecido en contra de la instalación de centrales  termoeléctricas, causa que tiene gran adhesión ciudadana. Barrancones fue un triunfo para ellos al ser relocalizada y ahora les queda la pelea por anular Castilla en la III Región.

Detrás de esa lucha medioambiental está el abogado Lorenzo Soto, quien figura también como uno de los asesores parlamentarios de Girardi. Según ha declarado el senador, el abogado tiene un vínculo laboral con él “con la única condición que no represente empresas”, pero no es responsable de todo lo que hace Soto.

Este ha sido cuestionado por cobrar un porcentaje del dinero que se obtenga por mitigación en juicios en que representa a organizaciones ciudadanas. Soto se ha defendido diciendo que le está permitido hasta un 50% del total.

Fue Soto el que en marzo del año pasado, intentó convencer a la bancada socialista de firmar un requerimiento ante el Tribunal Constitucional contra las salmoneras en representación de la CONAPACH, “pero no tenía fundamento jurídico, era por el apuro de anunciarlo a los medios”, dice uno de los abogados que lo analizó, y la influencia  de Girardi no fue suficiente  para convencerlos. El PS no se sumó, pero el requerimiento se presentó igual, y fue rechazado por extemporáneo.

Otro de los abogados que acompaña a Girardi desde los primeros tiempos en su cruzada medioambiental es Patricio Rodrigo, de la Corporación Chile Ambiente y secretario ejecutivo del movimiento Patagonia Sin Represas. El abogado es de los militantes históricos del PPD que formaban la comisión de medioambiente del partido, igual que Daniel Fernández – Vicepresidente ejecutivo de Hidroaysén-, con quién Girardi “mantiene el diálogo” según dice uno de sus cercanos. Patricio Rodrigo, muy conocido en el mundo de los ambientalistas,  fue sondeado en su oportunidad por Sebastián Piñera cuando el entonces empresario quiso conseguir la certificación de su Parque Tantauco en Chiloé.

Después de observarlo en la gira presidencial, algunos testigos dicen que es evidente que Guido Girardi “es otro”. No se va a desgastar presentando un proyecto de ley para que las personas que fueron elegidas representando a un partido, dejen el cargo si repentinamente renuncian a la colectividad.  Esto en su minuto lo hizo Girardi como respuesta a Álvaro Escobar que no se fue de la Cámara luego de abandonar el PPD tal como Girardi se lo pidió.

Quienes lo conocen aseguran que  está más que consciente que la Presidencia del Senado es un cargo de Estado y la agenda no es la misma. Ahora quiere implementar toda la tecnología que sea posible para transparentar y acercar su gestión a los ciudadanos”, dice uno de sus colaboradores.

Pero sin olvidar que su carrera política fue por fuera del cauce de la cooptación. Que la hizo a base de defender la causa de los homosexuales,  de los consumidores, de formar la bancada verde y los consejos ciudadanos y, casi siempre, muy a contrapelo de lo políticamente correcto. Y en eso no es el típico político concertacionista aunque haya subido con ella.

Sus detractores, entre ellos sus propios aliados, le reprochan su bajo compromiso con las instituciones y muchos lo acusan de deslealtad política. Están seguros que es un asistémico e individualista, con una autoestima insuperable o una ambición desmedida, fuera de toda lógica democrática.

Ahora que quiere ser autoridad 2.0 está por verse si en la en la cima sigue siendo el mismo que va día por medio a las ferias, o con payasos a visitar niños en   hospital Sótero del Río. O el político que forjó lealtades en la cuneta y sigue cuidando fieramente a los suyos.

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