Recalendarizar el año escolar, suspender la tramitación de los proyectos enviados por el Ejecutivo sobre créditos universitarios, transparentar la discusión y cerrar toda posibilidad de otorgar recursos del Estado a «instituciones que lucran infringiendo la normativa vigente», son los puntos que considera la contrapropuesta que hicieron llegar los representantes del movimiento estudiantil al ministro Felipe Bulnes.
Una serie de «condiciones» para dar inicio a un «trabajo fructífero» son las que plantean los representantes del movimiento estudiantil en su contrapropuesta que hicieron llegar al ministro de Educación, Felipe Bulnes, luego que la semana pasada expresaran sus reparos al cronograma propuesto por el Ejecutivo para buscar una salida a la crisis educacional.
A través de una misiva, los dirigentes de la Confech y del Colegio de Profesores enfatizaron que están dispuestos al diálogo y «al trabajo en pos de una educación pública, gratuita y de calidad para terminar con el negocio, estafa y la segregación que se vive en Chile hasta el día de hoy».
Para ello, sin embargo, consideran necesario que se garanticen «simples condiciones» que garanticen «el diálogo fructífero y responsable que todas las familias chilenas están esperando».
Estas son, indican, que se postergue «el plazo estipulado para la reasignación de becas y créditos, además de recalendarizar el año escolar, comprendiendo que esto responde a una medida de presión para los estudiantes e instituciones educativas que se ven obligados a acelerar el cierre de semestre, afectando la calidad del proceso. Si se busca un diálogo constructivo, no podemos ser víctimas de presiones mientras se intenta construir eventuales acuerdos».
También consideran que «es prioritario suspender la tramitación de proyectos de ley relacionados con los créditos en educación superior, ingresados por el ejecutivo. No queremos que existan dobles agendas y existen muchas materias a discutir previos a estos temas».
Los dirigentes insisten además en la idea de transmitir en televisión el desarrollo de las conversaciones. «Debemos asegurar a las familias chilenas la debida transparencia del proceso, comprendiendo que este movimiento es de alcance social y es necesario que la ciudadanía conozca en detalle las posturas de los distintos actores y los resultados vinculantes que emanen de las discusiones. De esta manera, intentamos fomentar una nueva democracia, en la cual la ciudadanía se empodere y no le tengamos miedo a nuestras posturas y diferencias».
Finalmente, consideran que un tema fundamental se refiere a «la probidad del uso de los recursos públicos» y explican que esto se refiere a «no abrir la llave de recursos de todos los chilenos a aquellas instituciones que lucran infringiendo la normativa vigente, sin que antes estén las condiciones regulatorias pertinentes y así garantizar su correcto uso».
Finalmente, consideran que sólo cumpliéndose estos requisitos «podremos comenzar un trabajo fructífero, que empiece con la definición de temáticas a trabajar, que debe tener como ejes principales en primera instancia aquellos temas que hemos definido dentro de los más transcendentales, y a su vez lograr ir cerrando aquellos acuerdos que signifiquen avance para obtener resultados concretos en medida de la evolución del trabajo».
