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La Moneda se victimiza para salir del paso ante nuevas críticas a la Casen

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Con la clara intención de desacreditar la validez de los cuestionamientos, el ministro Hinzpeter optó por desviar la atención y victimizar a La Moneda. “No falta nada para que más adelante empiecen a cuestionar las cifras de crecimiento económico o desempleo, al final del día la izquierda se enfada mucho cuando a un gobierno de centro-derecha le va bien, esa es la verdad, las cosas hay que decirlas por su nombre, hay un obstruccionismo visto desde el primer día”, dijo.


Irónicamente, el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, estos días se encuentra fuera de Chile en un foro internacional junto a los máximos representantes de la CEPAL en El Salvador. Por ello, fueron otras voces del gobierno las que hoy trataron de salir al paso, una vez más, de los cuestionamientos públicos que hizo un reportaje de CIPER Chile sobre las gestiones de La Moneda para forzar una baja en los índices de pobreza que arrojó en julio la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (Casen). “Es una encuesta que se ha hecho con los mismos procedimientos, estándares e instituciones que en los gobiernos anteriores. Todo lo demás son opiniones subjetivas, de personas particularmente interesadas, muchos de ellos que fueron ministros del anterior gobierno”, respondió el titular de Interior, Rodrigo Hinzpeter.

La investigación difundida por Centro de Investigación Periodística (CIPER) precisó que entre el 12 y el día 20 —cuando se hizo el anuncio oficial en boca del propio Presidente Piñera— la CEPAL entregó a la cartera que dirige el ministro Lavín, dos informes con los resultados de la encuesta Casen, entre los que hay una diferencia: el primero desestimó la pregunta “y11” sobre ingresos de los desocupados de las familias, arrojando un nivel de pobreza del 15%, igual que el año 2009, mientras que el segundo —a petición del gobierno— la incluyó, con lo que la cifra bajó a 14,4%.

La investigación puntualiza las gestiones gubernamentales para agregar las respuestas a dicha pregunta, que permitieron a La Moneda mostrar públicamente la baja de 0,7% de la pobreza durante la administración Piñera.

Sin embargo, en vez de despejar las dudas, el ministro Hinzpeter optó por tratar de desacreditar la investigación periodística. “¿Sería tan amable de decirme cuáles son las fuentes que cita CIPER Chile? (…) Tiene fuentes anónimas, se ha hecho empeño por desacreditar todos los logros de nuestro gobierno, que la reforma educacional es insuficiente, que la reforma tributaria es insuficiente, que la cifras de la Casen no son reales, me prefiero quedar con las informaciones oficiales y no hacerme cargo de trascendidos que lo único que hacen es desacreditar este trabajo”, fue su primera reacción en circunstancias que el reportaje plantea nombres, fechas y correos electrónicos para sustentar las críticas.

Acto seguido, Hinzpeter desvió la atención apuntando a que todo responde a una estrategia política desde sectores de izquierda. “No falta nada para que más adelante empiecen a cuestionar las cifras de crecimiento económico o desempleo, al final del día la izquierda se enfada mucho cuando a un gobierno de centro-derecha le va bien, esa es la verdad, las cosas hay que decirlas por su nombre, hay un obstruccionismo visto desde el primer día”, añadió.

En La Moneda los nuevos cuestionamientos a la Casen cayeron como piedra, porque más allá de las frases del ministro del Interior, lo cierto es que en el mes y once días que ha transcurrido desde que se conoció la encuesta y el gobierno anunció con bombos y platillos su éxito en la reducción de la pobreza en un 0,7%, no han podido aplacar las dudas sobre el posible manejo o acomodo de las cifras.

El mismo día que Piñera y Lavín dieron a conocer la Casen, el propio ministro Lavín reconoció en la conferencia de prensa que las cifras publicadas no contenían el margen de error que toda encuesta requiere, ya que las oscilaciones que se registran dentro de este, no son consideradas un cambio significativo. “Todavía no están ajustados”,  dijo el ministro en ese minuto, sembrando así un manto de dudas sobre la seriedad de la medición, ya que no había como comparar que la baja de 0,7% fuera significativa.

Durante las semanas siguientes, han surgido columnas de opinión, críticas de académicos como fue el caso de Dante Contreras que en un foro del CEP hizo públicas sus dudas e incluso una carta firmada por 30 reconocidos economistas nacionales. En ella advertían sin tapujos que se había sobrepasado el límite al permitirse que quedara en tela de juicio este instrumento. Esto, pues se trata de una medición que al Estado le cuesta dos mil millones de pesos y que permite definir las políticas públicas para el futuro.

Lo cierto es que el momento en que se dio a conocer la Casen la encuesta del Centro de Estudios Públicos estaba en pleno trabajo de campo y junto al discurso público de haber logrado lo que el gobierno de Bachelet no pudo, desde el palacio de Gobierno se hizo un intenso despliegue comunicacional para ganar el gallito de los titulares de combate a la pobreza.

Para el ministro Hinzpeter ninguno de los cuestionamientos resulta válido como para que el gobierno “de pábulo a una discusión seria e insistió en que su mayoría responden a intereses creados por razones políticas. “El tema es claro, no es la primera vez, recuerden los subsidios, las listas AUGE, al final la gente y los chilenos no son lesos y se dan cuenta cuando hay una persistencia majadera de la izquierda”, sentenció.

Más allá de estas declaraciones, Hinzpeter no aclaró ninguno de los cuestionamientos, al punto que ni siquiera asumió que la entrega de información no fue todo lo completa que se requería para evitar cuestionamientos. De hecho, siguió con el libreto de apuntar a razones políticas y victimizar a la administración Piñera: “imagínese lo que le puede doler a un sector que durante décadas le han dicho al mundo que ellos son los más capaces para derrotar la pobreza, en los países que han gobernado no han mostrado pericia para lograrlo y viene un discurso de centro-derecha y es más competente, eso les duele”.

Mientras Hinzpeter pedía “calma, seriedad” y menos apasionamiento ante los logros del gobierno, en el Ministerio de Desarrollo Social imperaba el silencio ante la ausencia de Lavín, quien hoy debería volver de su viaje a El Salvador.

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