Publicidad
Miles de estudiantes marchan cuestionando a los presidenciables y presionan por salida de Beyer La Moneda siente sellado el destino del ministro de Educación

Miles de estudiantes marchan cuestionando a los presidenciables y presionan por salida de Beyer

La exitosa y multitudinaria manifestación de ayer comprobó la fuerza que tiene el movimiento estudiantil, que además sirvió para dos cosas importantes: desmarcarse de los candidatos presidenciales y reiterar sus demandas fundamentales, como la gratuidad sin matices. Otra de las demostraciones fue directamente hacia el Senado, que deberá definir en segunda instancia la acusación constitucional contra el ministro Harald Beyer el próximo miércoles.


Era un desafío y la primera demostración de fuerza del movimiento estudiantil este año.

Los manifestantes cifraron en cerca de 150 mil personas los asistentes en Santiago y aunque estaban optimistas, la respuesta multitudinaria que tuvo la marcha superó las expectativas.

Al interior del movimiento comentan que uno de los objetivos que se buscaba con la movilización, era poner una presión importante sobre la Concertación y sabían que el número de asistentes para dar una muestra de poder, era fundamental. Todo esto en una semana en que el discurso de Michelle Bachelet sobre la principal demanda de la educación, la gratuidad, levantó profundas diferencias con los dirigencia política y llevó al ex presidente de la FECh, Gabriel Boric, a decir que con las palabras de la ex mandataria “se marca un claro quiebre con el movimiento estudiantil”.

“Teníamos que salir fuerte con el tema de fin al lucro –con y sin recursos del Estado, y gratuidad–. Dejar en evidencia que Bachelet ha regresado a Chile y que las demandas son las mismas”, señala un dirigente estudiantil.

[cita]Para Marco Moreno, cientista político de la Universidad Central, la marcha de ayer fue una acción “reivindicatoria de los sectores movilizados” y de su crítica al sistema de representación política. “También en contra de las propuestas que se hacen de espaldas al movimiento ciudadano. Es una crítica transversal que evidentemente se amplifica en el caso de Bachelet porque viene llegando y ha hecho intervenciones en torno al tema del lucro, pero es transversal”.[/cita]

Esa misma intención se leyó en la calle: en las pancartas y los gritos de los asistentes, que mencionaban a Piñera, pero que también hacían llamados a Bachelet: “Sra. Bachelet: si quiere volver a gobernar, saque a las vacas sagradas que tiene detrás”, se leía en uno de los carteles en medio de la marcha, que intentó todo el tiempo de desmarcarse de todos los candidatos presidenciales. Otros gritos se escucharon durante el trayecto, como: “volveremos volveremos, volveremos a tener, esa educación gratuita, que nos quitó Pinochet ¡Y Bachelet!”.

Para Marco Moreno, cientista político de la Universidad Central, la marcha de ayer fue una acción “reivindicatoria de los sectores movilizados” y de su crítica al sistema de representación política. “También en contra de las propuestas que se hacen de espaldas al movimiento ciudadano. Es una crítica transversal que evidentemente se amplifica en el caso de Bachelet porque viene llegando y ha hecho intervenciones en torno al tema del lucro, pero es transversal”.

“Las reivindicaciones clásicas siguen siendo prioritarias, más aún, cuando hemos escuchado cantos de sirena que intentan reinterpretar nuestras demandas. Los estudiantes no vamos a permitir eso. Vamos a exigir que cuando hablemos de educación gratuita, sea educación gratuita para todos porque eso es un derecho. No vamos a aguantar que ningún candidato repita nuestras consignas dándole un contenido diferente”, dijo Andrés Fielbaum, presidente de la FECh

La vocera de la ACES, Eloísa González, recalcó el carácter autónomo del movimiento. Y señaló que en ese sentido “ningún candidato se puede arrogar el derecho de hablar por el movimiento estudiantil, ni siquiera en decir que va a representar las demandas e inquietudes del movimiento estudiantil, porque hemos sido nosotros los que hemos estado constantemente movilizados”.

También como una presión a la Concertación, la marcha al interior del movimiento estudiantil era mirada como una forma de hacer tomar definiciones a los parlamentarios que aún no tenían claridad sobre la acusación constitucional contra el ministro Harald Beyer, que debe ser votada en segunda instancia en la Cámara Alta el miércoles. “Los senadores de la Concertación iban a estar atentos al tema hoy (ayer) para ver cómo se comportaba la calle. Si salía poca gente no se iban a sentir presionados. Esto hizo lo contrario”, comenta una fuente al interior del movimiento.

Según Diego Vela, presidente de la FEUC, lo que sucedió en la jornada de ayer –que fue exitosa a nivel nacional– es el reflejo del poder que tiene la ciudadanía y que solo reafirma que no vamos a seguir tolerando que se vulneren los derechos. Es también un llamado a que los senadores cumplan sus derechos, representen y sepan ponderar los antecedentes y el ministro no siga en su cargo por sus faltas que han sido no sancionar a las universidades que lucran, la omisión continua al lucro y poner a los estudiantes de la Universidad del Mar en una situación peor a la que han vivido”.

Las cartas están echadas

En La Moneda sabían que la marcha de ayer iba a ser masiva, que la convocatoria sería mayor a los intentos de manifestaciones de los últimos meses e incluso, algunos en el Ejecutivo se aventuraban a pronosticar que el movimiento estudiantil congregaría unas 50 mil personas. Es más, en la víspera se comentaba en Palacio que “va a ser masiva, pero no pacífica”, apuestas que al final fueron erradas.

La convocatoria duplicó los cálculos del gobierno y el vaticinio de violencia tampoco se cumplió a cabalidad. Durante todas la jornada imperó el silencio en La Moneda, en las oficinas se monitoreaba el transcurso de la manifestación, se evaluaba quien asumiría la vocería –Interior, Segegob o la Intendencia– dependiendo de la magnitud de los hechos y al final, se resolvió no llevar el tema a Palacio y dejar en manos del Intendente, Juan Antonio Peribonio, los balances de rigor.

Eso sí, en paralelo ayer en la tarde en el comité político habitual de los jueves que encabeza el Presidente Sebastián Piñera –con el ministro del Interior, Andrés Chadwick; de Hacienda, Felipe Larraín; la vocera, Cecilia Pérez; y de la Segpres, Cristián Larroulet– se hizo un análisis más político de los hechos. En el gobierno tomaron nota que ningún sector político podía atribuirse algún tipo de triunfo con la marcha, ni siquiera los parlamentarios opositores que impulsan la acusación constitucional contra Harald Beyer, porque lo que quedó en evidencia más que otras veces incluso, fue el acento “antisistema” de la manifestación.

Por lo mismo, en el gobierno no atribuyen a la marcha de ayer un peso específico –a diferencia del que evidentemente tiene para la oposición– para el futuro de la acusación contra Beyer. Es que el pronóstico en palacio es el peor y confiesan que “las cartas ya están echadas”, conclusión a la que se llegó ayer en la tarde después del despliegue de gestiones y conversaciones que durante martes y miércoles el Ejecutivo llevó a cabo en el Congreso con la oposición tratando de revertir la eventual destitución.

En Palacio se convencieron que la oposición actuará en bloque en el Senado y que, por tanto, “ya no hay nada más que hacer”. Hasta último momento en el gobierno pensaban que la senadora DC, Soledad Alvear, podría inhabilitarse, pero el jueves la parlamentaria formalmente zanjó el tema, disipó las dudas y anunció que sí votara, cerrando así el último flanco que restaba en los senadores de oposición.

En ese escenario, en La Moneda se mantiene abierta la puerta a una posible salida de Beyer antes de la votación, a fin de evitar la destitución, pero sobre todo –confiesan en el gobierno- para cerrar este capítulo que se tomó la agenda y empañó lo que hasta antes que ingresa el libelo a la Cámara de Diputados el 20 de marzo, habían sido unas buenas semanas para el gobierno en términos de control de la agenda.

Nadie se amarra en La Moneda con una fórmula o decisión, pero sí precisan que el tema se evaluará estos días, que no se puede estirar la decisión más allá del domingo y que en ella hay que barajar varios factores. Ante un escenario de inevitable derrota para el gobierno de Piñera, la decisión que Beyer renuncie antes o “pelee hasta el final en el Senado” pasa por sopesar el mal menor: tratar de sacar dividendos a pesar de la destitución en cuanto a la actuación de la oposición en este episodio o que el ministro de Educación de un paso al lado, antes del miércoles, como gesto para que se retire la acusación y así sellar una suerte de tregua política entre oficialismo y oposición, ya que con este caso todas las negociaciones, conversaciones, temas pendientes en el Congreso han quedado “en fojas cero”. 

Publicidad

Tendencias