«Hay impunidad en ese sentido, porque ésos sí son responsables. Estaban en conocimiento de lo que estaba ocurriendo y en posiciones de poder, y ahí no ha llegado la mano de la Justicia y es muy difícil que llegue, porque el que ejecutó, el que percutó (el disparo) era ‘el otro'», sostuvo el ex Presidente.
El ex Presidente Ricardo Lagos afirmó este viernes que ha llegado el momento de elaborar una nueva Constitución que sustituya la de 1980, instaurada bajo la dictadura de Augusto Pinochet, y de la cual, dijo, se ha beneficiado la derecha.
En una entrevista con Radio Cooperativa, el ex mandatario consideró que la redacción de una nueva carta magna ayudaría a cerrar las heridas del golpe de Estado.
«Me parece que una buena forma de poder entender una mirada para adelante en los 40 años (del golpe) es decir: ‘sentémonos con una hoja en blanco y empecemos a redactar una nueva Constitución'», señaló.
Lagos instó a los partidos políticos a ponerse de acuerdo para abordar este tema: «La derecha tiene que entender que no puede seguir profitando de la ventaja que le da el partir de una carta constitucional que fue ilegítima en sus orígenes».
Lagos defendió que la reforma de 2005 retiró del texto todos los «enclaves autoritarios» menos el sistema electoral binominal y la ley de quórum calificado, que exige un elevado consenso para modificar o derogar algunas leyes en el Congreso.
El ex mandatario también comentó la efervescencia política y social que se generó en Chile durante los últimos días con motivo de la conmemoración de los 40 años de la asonada militar encabezada por Pinochet.
«Acá hubo una responsabilidad de la sociedad civil», sostuvo Lagos refiriéndose al Golpe de Estado como «cívico-militar», expresión que dijo sería «mucho más exacta, porque en verdad hubo una civilidad que no solamente quería el golpe y lo celebró, sino que lo empujó».
«Ya tras el derrocamiento de la Unidad Popular, en plena dictadura, hubo civiles que tuvieron cargos de responsabilidad muy altos: ministros, subsecretarios. ¿No sabían? Cuesta imaginarlo», indicó el ex jefe de Estado.
«Hay impunidad en ese sentido, porque ésos sí son responsables. Estaban en conocimiento de lo que estaba ocurriendo y en posiciones de poder, y ahí no ha llegado la mano de la Justicia y es muy difícil que llegue, porque el que ejecutó, el que percutó (el disparo) era ‘el otro'», subrayó.
«Chile se atrevió esta semana a mirar el pasado, lo más profundo de lo que nos pasó: ver dónde están los chilenos y chilenas que hacían de la tortura una actividad burocrática rutinaria, y que a las 10 y media de la mañana hacían una pausa para el café (…) Ahí uno tiene que ver qué le pasó al alma profunda de Chile que generó a todo un grupo de personas que eran capaces de aquello y lo siguen negando», concluyó.
