Consultado por quién había ganado la interpelación, el titular de Salud aseguró que «quien gana es Chile, gana mi partido que es el partido de los enfermos».
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que la interpelación a la que fue sometido en la Cámara de Diputados por parte de parlamentarios de la Concertación sirvió para mostrar «la tremenda obra» que el Presidente Sebastián Piñera puso en marcha durante su administración en materia de salud.
Tras prácticamente tres horas de interpelación, en las que el diputado DC, Víctor Torres, le interpeló respecto de distintas materias referidas a su cartera, principalmente, respecto de la millonaria deuda hospitalaria y el retraso en los trabajos de construcción de hospitales en el país, Mañalich dijo que en los poco más de 100 días para terminar el gobierno es oportuno hacer un balance.
A raíz de esto mencionó los logros realizados en esta administración en comparación con lo realizado durante el gobierno anterior, destacando que en el gobierno de Michelle Bachelet se construyeron en hospitales 116.000 metros cuadrados, mientras el actual gobierno ha construido 630.000 metros cuadrados.
Mañalich agregó que la red pública se dotó de 605 camas adicionales, mientras el actual gobierno ha agregado 5.620 camas; y 156 pabellones quirúrgicos, contra 38 en la gestión anterior. Se invirtieron en infraestructura US$280 millones anuales, mientras hoy la inversión es de US$600 millones, además de otros US$600 millones por vía de concesión de grandes hospitales.
A eso agregó la incorporación de 4.184 especialistas, contra 1.300 en el gobierno anterior; las 69 patologías del Auge, se aumentaron a 80 y el percápita en salud primaria se incrementó de $2.420 a $3.735 al año 2014, es decir, un 45% de aumento.
Consultado por quién había ganado la interpelación, Mañalich aseguró que «quien gana es Chile, gana mi partido que es el partido de los enfermos», quienes -dijo- ven el esfuerzo realizado por esta administración por fortalecer y reparar la red de salud pública afectada tras el terremoto de 2010 pero además el ‘terremoto de la obsolescencia’ de los últimos 50 años, en los que no se construyó ningún hospital en la capital.
