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Peña le responde a Bachelet por crítica de que en el Frente Amplio no hay «irrupción de gente de clase media o clase obrera»

Peña le responde a Bachelet por crítica de que en el Frente Amplio no hay «irrupción de gente de clase media o clase obrera»

«Y sí, es verdad que, como dijo la Presidenta, no abundan en el Frente Amplio los hijos de la clase obrera. Eso sí. Pero ese no es un defecto del Frente Amplio: es la modernización, Presidenta, la que sustituyó la clase obrera por grupos medios, individualizados y aspiracionales, y la lucha de clases, por la competencia por el estatus», criticó el rector de la UDP.


En su columna semanal, Carlos Peña se refirió a la comentada frase de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, acerca del Frente Amplio: «Son hijos de personas militantes de los otros partidos tradicionales”, expresó la Mandataria.

Según el rector de la UDP, «la frase de la Presidenta podría querer decir que la generación del Frente Amplio es fruto de la marea modernizadora que empujó la generación de la Nueva Mayoría. En este sentido, sus miembros serían hijos, descendientes de la Concertación».

En esa línea, agrega que «el origen generacional del Frente Amplio, en el sentido que se acaba de indicar, no permite explicar el contenido de las ideas que esgrime, ni evaluarlas (las ideas tienen un valor independiente de las causas que las generan); aunque sí algunos de sus rasgos culturales», consigna El Mercurio.

«Hay, por lo pronto», continúa Peña, «en el Frente Amplio, al revés de quienes integraron la Concertación, una distinta forma de experimentar, por decirlo así, el tiempo. Para la Concertación, el tiempo actual es una meseta, una suerte de culminación en la que lo fundamental está, de algún modo, contenido. Y sería cosa de esperar que lo que ese tiempo anida se desenvuelva. Para el Frente Amplio, como les suele ocurrir a las nuevas generaciones, el tiempo actual es una puerta abierta en la que todo es posible. Tiempo clausurado en un caso, apertura del tiempo en el otro. El tiempo está a la espalda en un caso, el tiempo está por delante en el otro».

Sigue: «Esa distinta forma de experimentar el tiempo (y de racionalizar su transcurso) es lo que explica la severidad con que se juzga por parte del Frente Amplio el pasado reciente y, en especial, el proyecto modernizador. Se le ve como el fruto de una inexplicable lenidad, una traición a los propios ideales, el resultado de una extraña connivencia con el proyecto de la dictadura. Para quien el tiempo es una puerta abierta hacia el futuro, la historia es el fruto de la voluntad. De ahí entonces que esta generación mire hacia atrás y lea el acontecer como el fruto de voluntades torcidas. Si algo está mal es porque se renunció a mejorarlo».

Luego, el abogado puntualiza que «el Frente Amplio cree que hay política democrática allí donde la voluntad colectiva puede moldear la historia y cambiar su transcurso. Lo que hoy día se llama realidad y que la técnica se apura en describir, no sería más que una voluntad que se naturalizó, y la política del Frente Amplio sería el esfuerzo por sustituirla y lograr que alguna vez la suya sea la que se naturalice».

Y concluye: «Y sí, es verdad que, como dijo la Presidenta, no abundan en el Frente Amplio los hijos de la clase obrera. Eso sí. Pero ese no es un defecto del Frente Amplio: es la modernización, Presidenta, la que sustituyó la clase obrera por grupos medios, individualizados y aspiracionales, y la lucha de clases, por la competencia por el estatus».

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