«Lo que yo pensé como presidente es que construir una planta termoeléctrica a carbón en la segunda década del siglo XXI era un error, y en consecuencia lo que hice fue a través de un ex presidente de la Sofofa, compartir esa opinión con el presidente de Suez, quien en cinco minutos contestó que estaba totalmente de acuerdo», afirmó el candidato presidencial de ChileVamos.
El candidato presidencial de ChileVamos, Sebastián Piñera, negó haber pasado por encima de la institucionalidad ambiental cuando, durante su gobierno, frenó el proyecto de la termoeléctrica Barrancones con un llamado telefónico a los responsables de la iniciativa, en momentos que ésta había generado un gran rechazo de la ciudadanía.
El tema lo abordó en el ciclo de diálogos con candidatos presidenciales organizado por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), después que el presidente de la entidad gremial, Bernardo Larraín Matte, comparara ese episodio con el reciente rechazo, por parte del Comité de Ministros, del proyecto minero Dominga.
“Permítame discrepar de Bernardo Larraín. En el caso de Barrancones no se tocó y siempre se respetó la institucionalidad. Lo que yo pensé como presidente es que construir una planta termoeléctrica a carbón en la segunda década del siglo XXI era un error, y en consecuencia lo que hice fue a través de un ex presidente de la Sofofa, compartir esa opinión con el presidente de Suez, quien en cinco minutos contestó que estaba totalmente de acuerdo y que él iba no solamente a no construir esa planta sino que no iba a construir nunca más una planta termoeléctrica a carbón en ninguna parte del mundo», dijo el ex mandatario en declaraciones consignadas por Emol.com.
Agregó que “la institucionalidad fue respetada, pero la institucionalidad no es lo único.
Yo como Presidente recuerdo muy bien que con ocasión del terremoto y del rescate de los mineros también pedí ayuda a empresarios chilenos, a gobiernos extranjeros y empresarios extranjeros para que protegieran los empleos, para que colaboraran con las víctimas y eso se hace sin violentar la institucionalidad, como si estuviéramos enviando funcionarios públicos a hacer esas presiones».