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Peña compara actitud de Bachelet con la defensa del Papa al obispo Barros: «Es una forma de irresponsabilidad disfrazada de ecuanimidad y de justicia» Académico cuestiona decisión de La Moneda de mantener a Villalobos al frente de Carabineros

Peña compara actitud de Bachelet con la defensa del Papa al obispo Barros: «Es una forma de irresponsabilidad disfrazada de ecuanimidad y de justicia»

«En la decisión de la Presidenta hacia Villalobos se observa igual actitud que la que tuvo el Papa frente al caso Barros cuando al responder los reclamos por la conducta de este, exigió pruebas de culpabilidad, como si él, el Papa, estuviera eximido de evaluarlo, y algo así correspondiera, en cambio, a un procedimiento judicial a cargo de un tercero», apunta el rector de la UDP.


En su habitual columna, el abogado Carlos Peña se refirió a la decisión de la Presidenta Michelle Bachelet de mantener en el cargo al director general de Carabineros, Bruno Villalobos.

«Es difícil imaginar una situación más extraña que la del general Villalobos. Después de los desastres de la institución bajo su mando -fraudes varios cometidos bajo sus narices e imputación de otros- sigue en su cargo como si nada, sin recibir el menor reproche por parte del Gobierno», comienza el texto, publicado en El Mercurio.

Una de las causas de esto, según el rector de la UDP, es la presunción de inocencia o, si se prefiere, de la espera de la verdad judicial.

«Hoy se la esgrime en todas las relaciones sociales, como si fuera una inmunidad de los funcionarios frente a la evaluación o una excusa de las autoridades para no emitir juicio crítico respecto de sus dependientes. La esgrime el Gobierno frente al general Villalobos, la esgrimió el Papa frente al obispo Barros, la esgrimió Piñera frente a sus funcionarios que incurrieron en conductas ilícitas», critica.

Y agrega: «Todos ellos la esgrimen incorrectamente».

«Esa garantía no es una regla que se pueda hacer valer en todo tipo de relaciones sociales. Y es que una cosa es la aplicación de una pena penal, para la que es razonable exigir las máximas garantías, y otra cosa es la responsabilidad derivada de las funciones de un cargo donde no se trata de aplicar una pena, sino de decidir simplemente si acaso la persona de que se trata posee las aptitudes o la disposición para ejercerlas bien. O, para decirlo de otro modo, una cosa es la imputación de un delito, para lo cual es razonable esgrimir la presunción de inocencia, o, como dijo el general Villalobos, esperar la verdad judicial, y otra cosa muy distinta es verificar la ineptitud, la lenidad o la falta de disposición o carácter de alguien para ejercer una cierta función», acota.

Y vuelve a Bachelet: «En la decisión de la Presidenta hacia Villalobos se observa igual actitud que la que tuvo el Papa frente al caso Barros cuando al responder los reclamos por la conducta de este, exigió pruebas de culpabilidad, como si él, el Papa, estuviera eximido de evaluarlo, y algo así correspondiera, en cambio, a un procedimiento judicial a cargo de un tercero».

«Uno de los desafíos de los próximos años es evitar ese síndrome que es una forma de irresponsabilidad disfrazada de ecuanimidad y de justicia», concluye.

 

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