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«El argumento fundamental (del Ejecutivo) ha sido de que en todos aquellos colegios que reciben subvención del Estado, el Estado pone las reglas. Entonces me parece que sería una contradicción que esto fuera atribuible a los colegios particulares pagados», afirmó Carlos Veas, secretario ejecutivo de la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE).
Durante la madrugada de este jueves, la sala del Senado aprobó el proyecto de ley «Aula Segura». Una iniciativa que sufrió varias modificaciones luego que Gobierno y oposición se reunieran en la Comisión de Hacienda para llegar a un acuerdo que permitiera dar luz verde al proyecto.
Uno de esos cambios fue que la iniciativa también regirá en colegios particulares pagados. En el proyecto original introducido por el Gobierno, solo se incluía a establecimientos municipales y particulares subvencionados.
La noticia no cayó bien en los colegios privados, y en ese sentido, el secretario ejecutivo de la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE), Carlos Veas, sostuvo que «si el Estado no financia los colegios privados, entonces no debiera inmiscuirse de la forma como lo está haciendo».
«El argumento fundamental (del Ejecutivo) ha sido de que en todos aquellos colegios que reciben subvención del Estado, el Estado pone las reglas. Entonces me parece que sería una contradicción que esto fuera atribuible a los colegios particulares pagados», afirmó Veas.
«El Estado no tiene mayor injerencia en los colegios particulares pagados, porque el Estado no pone un peso en esos colegios, entonces esos colegios debieran tener la autonomía de la que gozan hasta ahora», agregó.
El secretario ejecutivo de la FIDE, organización que reúne a 800 colegios, 300 de ellos pagados, espera que este punto en particular pueda ser revertido en la Cámara de Diputados, ya que -a su juicio- «no corresponde, según la argumentación que ellos mismos han ebarbolado durante muchos años».
Sobre los tipos de violencia, el vocero de la FIDE especificó que en los establecimientos particulares pagados que forman parte de la organización no se ha identificado porte de armas por parte de los estudiantes, aunque reconoció que «sí hay una violencia que va desde la violencia simbólica hasta las agresiones y matonaje».
