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Crédito: Agencia UNO
El dirigente de ultraderecha acusó al ministro de RRRE de dar “señales confusas” y dijo que “debería pensar seriamente si le acomoda seguir en el cargo”.
El canciller Roberto Ampuero no lo está pasando nada de bien por estos días. Más debilitado que nunca, tras el rechazo del Gobierno a suscribir el Pacto Migratorio de la ONU, el martes tuvo un duro round en la Comisión de RREE con el senador Ricardo Lagos Weber. Y ahora es blanco de duras críticas incluso desde la derecha.
El ex candidato presidencial José Antonio Kast se lanzó en picada en contra del canciller, luego de sus confusas declaraciones de la mañana, cuando fue consultado varias veces y no aclaró si el Gobierno mantendrá el rechazo al pacto en la reunión de la próxima semana de la ONU, o si introduciría reservas.
Finalmente, desde La Moneda tuvieron que salir a precisar que el Gobierno sí asistirá a la cita y lo que sigue pendiente es si en definitiva se pronunciará por la abstención o el rechazo del documento migratorio internacional.
Para Kast, la performance de Ampuero representa “nuevamente señales confusas desde el Gobierno. Es el drama de no querer quedar mal con nadie. Un día dice que rechaza el #PactoMigratorio, al otro día quiere firmarlo. ¿Hasta cuándo con estas debilidades y confusiones?”.
A juicio del ex diputado, “Chile tiene que dar una señal clara en contra de la inmigración ilegal y rechazar la injerencia de organismos internacionales en nuestra soberanía. Primero esta Chile y después la ONU. Si el Canciller no lo ve igual, debería pensar seriamente si le acomoda seguir en el cargo”.
Más tarde, el líder de Acción Republicana compartió en Twitter un video con la canción de Los Prisioneros “Nunca quedas mal con nadie” en obvia alusión al titular de RREE.
Las declaraciones de esta mañana de Ampuero en La Moneda, donde se reunió con el comité estratégico y luego sostuvo un encuentro con el Presidente de la República, Sebastián Piñera, no han sido su único traspié en esta coyuntura donde han quedado en evidencia sus discrepancias evidentes con Palacio, el choque de posiciones con el Ministerio del Interior y su nulo peso político para imponer sus criterios.
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