El convencional –que espera asumir el cargo en conjunto con Hernán Larraín Matte por tres meses cada uno– consideró que las relaciones entre los constituyentes de su sector y la UDI no quedaron tan dañadas después de la tensa negociación para llegar a nombres de consenso. Celis tomó distancia del sector más duro de la derecha dentro de la Convención y subrayó que «mi primer deber es el de ponerme a disposición de la presidenta y del vicepresidente de la Convención para lograr que este proceso sea exitoso». Asimismo, dijo esperar respaldo de su sector, pero también de la UDI, de constituyentes del Partido Republicano y del Colectivo del Apruebo, que le dieron sus patrocinios. Todo, en medio de las advertencias de inadmisibilidad que hizo la constituyente del PC Bárbara Sepúlveda, respecto a la dupla de la derecha.
Después de varias controversias entre las dos almas de la derecha en la Convención Constitucional (CC), Vamos por Chile definió llegar a una vicepresidencia adjunta con una dupla: Raúl Celis de RN y Hernán Larraín Matte de Evópoli. Esperan estar en el cargo por tres meses cada uno, siendo la fórmula para destrabar el enredo ante la negativa de la UDI a patrocinar a Cristián Monckeberg, y con la idea del gremialismo de alzar a Larraín Matte como opción.
Una definición que no ha estado exenta de cuestionamientos, pues la constituyente Bárbara Sepúlveda (PC) puso en duda la legitimidad de esta dupla. «Lamento aguarles la fiesta, pero el artículo 37 del Reglamento de la Convención señala expresamente que la dupla debe ser paritaria. Por lo tanto, esta dupla debe corregirse o declararse inadmisible», dijo, agregando que una renuncia al cargo además no estaba reglamentada.
Raúl Celis replicó que «durante los más de seis meses que llevamos de Convención, la interpretación que se ha hecho es que los cargos internos son renunciables, sin perjuicio de que no haya una regulación expresa de ellas», y que esa interpretación la llevaron a la Secretaría del órgano constituyente, que la habría compartido.
En entrevista con El Mostrador, Celis ahondó en las dificultades de este acuerdo y la disposición suya de tener una vicepresidencia colaborativa con la actual presidenta, María Elisa Quinteros, y el vicepresidente, Gaspar Domínguez, tomando distancia de la posición que ha tenido la derecha más dura.
-¿Cómo se toma el desafío de estar en una vicepresidencia adjunta?
-Como un periodo de mucha responsabilidad, en que mi primer deber es el de ponerme a disposición de la presidenta y del vicepresidente de la Convención para lograr que este proceso sea exitoso.
-Detrás de este acuerdo hubo conflictos, se demoraron casi una semana en llegar a un punto común en los nombres. ¿Cómo se dio este acuerdo y cuál es el balance que hace de las negociaciones?
-Creo que cometimos muchos errores internos en todo este procedimiento, que nos obliga a mejorar sustancialmente las coordinaciones internas, la convivencia al interior de los colectivos de centroderecha y de Vamos por Chile.
El problema comenzó a destrabarse luego de que la UDI, generosamente, nos entregó 4 patrocinios que nos faltaban, y con esos 4 patrocinios nosotros logramos reunir los 24 necesarios. Dentro del colectivo RN-Evópoli, una vez reunidos los 24 patrocinios, los convencionales acordamos que lo más razonable era que Evópoli también tuviera representación y por eso nos pareció prudente dividir el periodo.
Pero, más allá de contar con la vicepresidencia, lo importante creo yo es que la presidenta y el vicepresidente de la Convención sepan que van a tener en nosotros unos colaboradores para la tarea que ellos desempeñen.
-¿Cómo vio la actitud de la UDI, que en algún momento se negó a darle los patrocinios a Cristián Monckeberg? ¿Fue una pasada de cuenta?
-Yo creo que no es bueno, después de lo que ha ocurrido, entrar a retroceder en el análisis de las conductas del pasado. Creo que mucho más importante es mirar hacia adelante y ver cómo podemos mejorar estos desencuentros que se han producido en nuestro bloque y que también han ocurrido en otros sectores políticos. Pienso que nuestro foco debe estar en cómo mejorar más, que en ir repasando cada uno de los distanciamientos que podamos haber tenido en estos primeros 6 meses de la Convención Constitucional.
-¿Cómo quedaron los ánimos después de esto en Vamos por Chile? ¿Qué rol jugaron los partidos a nivel central?
-A mí me parece que las relaciones entre los convencionales del sector no quedaron demasiado afectadas, y en buena medida porque el asunto fue puesto en conocimiento de las directivas de los partidos, de manera de no involucrar en demasía a los convencionales. Y las directivas creo que jugaron en eso un papel muy importante, porque permitieron destrabar el conflicto sin que estuviese la discusión exclusivamente radicada en los convencionales constituyentes.
-¿Cuál es la ventaja para la centroderecha de estar en esta vicepresidencia adjunta?
-Pienso que el espíritu de estas vicepresidencias –y esto lo conversamos antes de su creación con el convencional Jaime Bassa– era lograr el mayor pluralismo posible dentro de la mesa, y ese espíritu a mí me parece adecuado. Ese es el sentido último de la creación de estas vicepresidencias adjuntas: que exista la mayor diversidad posible dentro de la mesa de la CC. Nuestro aporte fundamentalmente va a ser realizar los mayores esfuerzos para que este procedimiento termine de forma satisfactoria, para que podamos redactar dentro del plazo la nueva Constitución Política.
-¿Pero cree que puede ayudarle a su sector, a la centroderecha, a afianzar lazos?
-Desde luego. Nosotros dentro de la Comisión 1, a la que pertenezco, de Sistema Político, tenemos una muy buena relación interna. Los debates son bastante desideologizados y esto mismo ocurrió antes en las comisiones transitorias. Lo que quiero decir es que, cuando hay grupos más pequeños, es mucho más fácil el entendimiento con otros sectores, y yo espero que también en este grupo más pequeño, conformado por todas las vicepresidencias adjuntas que se unen a la presidencia y vicepresidencia, el diálogo sea mucho más fluido.
-¿Cómo proyecta la relación de su sector con la UDI y el Partido Republicano, que ha sido de altos y bajos?
-Yo la proyecto como una obligación de mejorar, una obligación de actuar de la forma más cohesionada posible para permitir que este procedimiento, en el que estamos todos involucrados, termine de la mejor manera posible. Nosotros fuimos elegidos convencionales con una misión, y esa misión o esa función es la de redactar un nuevo texto constitucional. Entonces, lo que yo espero es que estemos todos nosotros detrás de ese objetivo, de redactar el mejor texto que sea posible, y en eso tengamos una unidad.
-¿Espera una colaboración de la UDI y del Partido Republicano en su gestión como vicepresidente adjunto?
-Por supuesto. Yo voy a ser vicepresidente de todos los sectores que nos patrocinaron con sus firmas, por tanto, yo me debo a Renovación Nacional, a la UDI, a independientes, a las personas del Colectivo del Apruebo, a todos y cada uno de quienes firmaron, apoyaron con su patrocinio, yo tengo la obligación de informarles y de representar a la mesa sus inquietudes.
-¿Y ellos de colaborarle?
-Yo espero, porque ya las tareas de convencional son enormes, de manera que yo espero la mayor colaboración también por parte de todos ellos en esta labor de vicepresidente adjunto.