En 2012, un artículo de Reportajes de La Tercera desató la ira del ahora abanderado presidencial de la UDI. En la oportunidad, el ex ministro dijo que pensaba recurrir al Consejo de Ética de los Medios para presentar su molestia. Sin embargo, a casi un año del incidente, en la página del organismo no aparece ningún indicio de estas amenazas.
La UDI tiene nuevo abanderado presidencial luego que Pablo Longueira fuese proclamado en reemplazo de Laurence Golborne. Su opción era resistida por una parte de la elite económica. El episodio más público y decidor de esta pugna fue bautizado como “N. de la R.” y enfrentó a Longueira —entonces ministro de Economía— con el principal medio de Copesa.
A raíz de un artículo de Reportajes de La Tercera el ex titular de Economía desmintió la información mediante una carta al director del periódico. El problema surge, pues acompañando la carta venía una Nota de la Redacción en la que se reconocía el error, pero se sostenía que Longueira tenía una “visión distorsionada de la realidad, públicamente conocida, que ha causado polémica en el pasado”. Eso, aludiendo al capítulo en el que Longueira afirmó que el fundador del gremialismo, Jaime Guzmán, le había hablado durante los tensos días del ‘Caso Spiniak’.
Cristián Bofill, director del diario, se disculpó públicamente con Longueira sosteniendo que el episodio había sido un malentendido. Pero el coronel gremialista no aceptó las disculpas y respondió afirmando que acudiría al Consejo de Ética de los Medios de Comunicación.
En el Consejo estuvieron atentos —después del episodio— por si algún asesor o simpatizante de Longueira presentaba un reclamo en contra del medio. La denuncia no aparece al buscarse bajo distintos filtros en la página web del consejo. Desde el organismo aseguran que ésta nunca se presentó, por lo que no existe ningún dictamen o resolución. La amenaza pública del presidenciable UDI quedó sólo en las aireadas declaraciones que recogió la prensa en el momento. Y es que en política una cosa es amenazar y otra muy distinta cumplir las amenazas.