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Latam, Piñera y el lamento de Carlos Heller

Latam, Piñera y el lamento de Carlos Heller

El 4,2% que Heller actualmente controla de la aerolínea quebrada vale prácticamente cero. El porcentaje equivale a la mitad de las acciones que le compró al Presidente Sebastián Piñera, hace 10 años, por más de US$450 millones. A eso hay que sumar que el 9% de Falabella hoy vale un tercio de lo que valía hace dos años. Latam y el retailer representan el 80% del negocio de Bethia, el holding familiar Solari-Heller, a través del cual administran sus inversiones.


A Carlos Heller le llueve sobre mojado. En dos años ha sufrido el desplome de su patrimonio. El 9,4% que controla de Falabella vale hoy alrededor de US$600 millones, un tercio de lo que valía en 2018. El derrumbe ha sido rápido. Hace seis meses valía US$1.300 millones y hace dos años casi US$2.000 millones.

Peor le ha ido con Latam. Un negocio en el que invirtió US$600 millones y que hoy vale prácticamente cero. Latam y Falabella representan el 80% de las inversiones de Bethia, la sociedad a través de la cual los Solari-Heller administran sus negocios.

Heller entró a Latam en 2010, cuando le compró su participación a Sebastián Piñera, que se vio obligado a vender cuando asumió como Presidente en su primer paso por La Moneda.

A Piñera le pagó un poco más de US$450 millones por el 8% de la aerolínea. La operación fue polémica, ya que la transacción la hicieron a través de Axxion, una sociedad del Presidente y eso le permitió al actual Mandatario ahorrarse alrededor de US$73 millones por concepto de impuestos por ganancia de capital.

A los dos años de entrar a la propiedad de Latam, Bethia pagó US$88 millones por un 1% adicional de la aerolínea. Así, a finales de 2012 controlaba cerca del 9% de la empresa y Carlos Heller tenía asegurado un asiento en su Directorio.

La empresa hoy está en quiebra, las acciones valen nada y Heller, ya perdió su lugar en el Directorio desde que entró Delta.

A ese escenario hay que sumar que la inversión generó muy pocos dividendos, ya que en los 10 años en que Bethia ha sido accionista de Latam, la aerolínea ha tenido importantes pérdidas en casi todos, por lo que ha repartido pocos dividendos desde que se concretó la fusión con TAM en 2012.

De toda esa cuantiosa inversión, Heller solo pudo recuperar US$122 millones cuando Delta Airlines entró a la propiedad de Latam, pagando un premio de 27% por acción comprada, con lo que Bethia pagó por el paquete de Piñera en 2010. También recuperó parte de su inversión original en 2016, cuando Qatar Airways compró el 10% de la aerolínea, pero por esa operación la empresa árabe pagó un 60% menos por acción de lo que pagó Delta.

También generó una ganancia de US$50 millones cuando vendió Blue Express, un negocio de logística que pasó a controlar cuando entró a la propiedad de Latam.

En el actual escenario de Chapter 11 en Estados Unidos, Bethia tendrá que decidir si quiere aportar en el proceso de “reorganización” de la compañía, como ya lo anunciaron los controladores (Familia Cueto) y Qatar Airways. Esto sería solo para no diluirse, ser parte de la nueva estructura que emerja del Chapter 11, apostando a que la firma será capaz de pararse, “volar” y, con eso, recuperar parte de lo invertido. Pero en el mercado lo descartan. Aseguran que Heller y Bethia no tienen caja para inyectar nuevos fondos y seguir siendo parte de la sociedad.

Una fuente cercana a la operación, citada en La Tercera, afirma que lo más probable es que los accionistas actuales desaparecerán y habrá otros nuevos, “que serán los que pongan plata fresca en este proceso”.

Además, cualquier cosa que haga el Estado de Chile para apoyar a Latam, necesariamente, no podrá incluir beneficios a los actuales accionistas ni tampoco a sus actuales acreedores.

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