Gastronomía
La serie The Bear ha sido reconocida por las recientes entregas de los Globos de Oro, los Critics Choice Awards y los Emmy. La ficción se adentra en el mundo de la gastronomía con personajes que cautivan con su humanidad, sus luces y sombras, y donde la cocina, más que un escenario, es un personaje.
Definitivamente la serie de FX El Oso se ha consolidado como una de las mejores de los últimos años. Y aunque a muchos nos pueda parecer algo extraño que se reconozca como comedia por su innegable tono dramático -aunque tenga m0mentos desconcertantes e hilarantes- la categoría sin duda le ha servido para arrasar en las últimas premiaciones.
Hace una semana se llevó los Globos de Oro a Mejor Serie de Comedia, Mejor Actor de Comedia para su protagonista Jeremy Allen White y Mejor Actriz de Comedia para Ayo Edebiri.
Este fin de semana se repitieron los galardones en los Critics Choice Awards y se sumó además el Mejor Actor de Reparto para Ebon Moss-Bachrach.
Y en los Emmy no se quedó atrás. Aunque las nominaciones eran por la primera temporada -estos premios se entregaron con cuatro meses de atraso por la huelga de actores y guionistas de Hollywood- obtuvo los principales premios de elenco, serie comedia y sumó varios reconocimientos como mejor guion, dirección, casting, edición de imágenes, edición de sonido y mezcla de sonido. En total, ganó 10 de sus 13 categorías.
¿Pero qué ha hecho que The Bear sea una de las mejores producciones del último tiempo? La serie se sumerge en el universo de la gastronomía, desde un caótico restaurante de barrio al mundo de la alta cocina, con personajes profundamente humanos, que cargan con su historia, sus inseguridades, sueños y frustraciones, en relaciones disfuncionales y complejas.
Creada, dirigida y escrita por Christopher Storer, la serie cuenta la historia de Carmen “Carmy” Berzatto (Jeremy Allen White), quien vuelve a Chicago tras trabajar en alguno de los mejores restaurantes del mundo para hacerse cargo de la sandwichería familiar The Original Beef, tras la trágica muerte de su hermano.
La tarea no es fácil. Las deudas, los problemas de infraestructura y un equipo complejo y rebelde se vuelven un verdadero desafío al intentar mejorar el estándar de servicio para rescatar el negocio, donde se necesita colaboración entre ellos y, sobre todo, confianza.
Su primera temporada sorprendió gracias a su rápida e ingeniosa manera de contar una historia que cautiva desde el inicio. La cocina y el caos se combinan para explorar a sus personajes con sus conflictos y emociones más profundas.
Reflexiones sobre salud mental, el duelo, miedos e inseguridades y salir de la zona de confort se entrelazan con situaciones inesperadas y algunas hasta absurdas, como una comedia negra con harto drama. Todo con un interesante manejo de cámaras, actuaciones memorables y una gran, pero gran banda sonora.
Otro punto fuerte es cómo logran reflejar al estresante y competitivo mundo de la gastronomía, que traspasa la pantalla. Los detalles son cuidados y precisos, que llevan a que como espectadores seamos testigos de una cocina (casi) real.
Se nota el trabajo del elenco y quienes están detrás de cámaras por insertarse en el mundo de los restaurantes. Por algo se trabajó también con profesionales del rubro, como el famoso chef Matty Matheson, quien no solo coproduce la serie sino que participa en varios episodios como el encargado de mantenimiento del restaurante.
La segunda temporada no es solo una evolución de los personajes, si no también de la serie y, por supuesto, de la gastronomía, al llevar su local de sándwiches a una remodelación mayor. Una transformación en la propuesta gastronómica que lleva a una remodelación personal en cada uno de sus trabajadores.
Las dos primeras temporadas se encuentran disponibles exclusivamente en Star+ y ya fue renovada para una tercera.
