El invierno se encuentra en pleno apogeo y todos sentimos, de una u otra manera, sus inclemencias, incluyendo por supuesto nuestras mascotas.
Luego de la lluvia, cuando los humanos sentimos el frío más fuerte que nunca y con los cambios de temperatura aparecen los clásicos resfríos, en el caso de nuestros amigos peludos también existen algunas enfermedades asociadas a esta época, para tener en cuenta.
En gatos, los lugares cerrados y con poca ventilación -muy habituales en invierno- son el ambiente perfecto para la propagación de la Rinotraqueitis Viral Felina. Entre sus síntomas destaca la conjuntivitis, las úlceras corneales, que son llagas abiertas en el ojo y secreción nasal.
En cuanto a los perros, una de las maneras más simples de saber si puede estar sufriendo un resfriado es fijándonos en su nariz. Esta nunca debe estar seca o agrietada, ya que los perros tienen el hocico frío debido a la humedad que se evapora del aire, por lo que, si no hay evaporación, el hocico se pondrá caliente.
Como siempre, el foco debe estar en prevenir y, ante cualquier síntoma o duda, lo mejor que se puede hacer es llevar a nuestra mascota al veterinario.
Mejor aún si lo hacemos de manera frecuente, para descartar más fácilmente cualquier problema que puedan tener, y de esa forma puedan pasar este y muchos más inviernos junto a nosotros.