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Mujeres al volante: Desafiando estereotipos en dos ruedas Movilidad

Mujeres al volante: Desafiando estereotipos en dos ruedas

Paola, Cecilia y Loreto decidieron atreverse, tomar un casco y moverse por la ciudad en dos ruedas. Y pesé a que sus historias y experiencias son muy distintas entre sí, todas coinciden en que atreverse, dejar de lado los prejuicios y aprender a manejar una motocicleta les cambió la vida.


Sin importar la edad ni la profesión, hay un grupo de mujeres en Chile que se atrevieron a tomar el manubrio y sentir la libertad y el empoderamiento que significa manejar una motocicleta. 

De acuerdo a la Asociación Internacional de Mujeres Motociclistas (WMA por sus siglas en inglés), en 2022 se estimaba que el 20% de los motociclistas son mujeres y el mayor porcentaje conductoras de vehículos de dos ruedas se encuentra en Europa (23%), Norteamérica (19%), Asia (13%), Latinoamérica (11%) y África (6%).

Es decir, cada vez más mujeres se atreven a dejar de lado los prejuicios y se animan a escuchar su espíritu aventurero hasta convertirse en amantes de las tuercas y la adrenalina de andar en motocicleta. Este es el caso de Paola, Cecilia y Loreto, tres chilenas amantes de las motocicletas que nos cuentan su historia:

Paola Castro y la sensación de libertad

 Paola es madre de tres hijos y decidió, a los 54 años, empezar a moverse en motocicleta, luego de la muerte de su madre y con el apoyo de su pareja. Hoy maneja una BMW F 700 GS.

“Mi pareja me dio una base de manejo hace cuatro años atrás y luego una amiga me metió en el grupo de mujeres motociclistas Big Trail”, dice.

En esa agrupación según detalla Paola “vi a muchas mujeres empoderadas y eso me ayudó a empoderarme a mí misma”, pero agrega que su experiencia como instructora de ski y su “alma aventurera” – como ella lo relata – fueron claves para aprender a manejar una motocicleta hace cuatro años atrás. 

Paola además, destaca el compañerismo de las integrantes de los grupos de mujeres motociclistas, señalando que le entregan consejos y mensajes de apoyo que la han ayudado durante el proceso de aprender a andar en motocicleta e incluso incentivando a que haga viajes largos. 

En ese sentido, la instructora de ski agrega que el vínculo que ha logrado con las otras motociclistas es muy importante. 

Paola también cuenta que le gustaría que su amor por las motocicletas fuera heredado por sus hijas, para que se apasionen tanto por los vehículos de dos ruedas como ella.

Cecilia Toro y una pasión desde niña

Desde pequeña Cecilia era cercana al mundo de las motocicletas, gracias a su primo mayor, quien era un apasionado de las dos ruedas y ocasionalmente la llevaba a dar paseos en moto, sin embargo admite que no se atrevió a manejar una de ellas hasta que la organización de transporte público en Santiago, tras varios ajustes, logró incrementar la seguridad para quienes optaban por la motocicleta como medio de transporte.

En ese sentido, la conductora explica que prefirió aprender a andar en motocicleta para poder llegar más rápido a su destino. 

Actualmente Cecilia conduce una BMW F 650 GS, la que eligió tras la recomendación de sus amigas motociclistas en 2015 y desde ese momento no la ha soltado. Cabe destacar, que previamente, la motociclista había hecho un par de cursos de manejo, pero para un estilo de motociclista chopper y después aprendió a andar en moto de la gama adventure. 

“Al principio costó mucho meterse en el mundo de las motocicletas, pero hoy en día ya es más aceptado gracias a los grupos de mujeres motociclistas”, explica Cecilia y añade que el club de mujeres motociclistas de BMW Motorrad ha sido un espacio donde se han podido destacar a las conductoras.

Loreto Macía y su lento acercamiento a las motocicletas

 “Al principio yo no quería nada con las motos y le dije a mi marido que si se compraba una me iba a separar porque teníamos tres niños chicos”, así de tajante era la opinión de Loreto acerca de los vehículos de dos ruedas, seis meses antes de darle una oportunidad al mundo tuerca. 

Tiempo después, se atrevió y se subió a una BMW R 1200 GS, modelo que usa actualmente para trasladarse diariamente, y decidió superar sus miedos y aprender a andar en motocicleta, actualmente asegura que no podría dejarla por nada del mundo. 

“La sensación de libertad, de velocidad, de empoderamiento que te da una motocicleta no te la da nada más”, y añade que “es un espacio donde estoy conmigo misma”, pero de todas formas disfruta de realizar viajes largos juntos con su marido o sus compañeras del club de motocicletas. 

“Estamos todas en las mismas, con miedos, pero el apoyo que nos damos entre nosotras es algo que -creo – no se da en grupos de hombres. Es algo mágico que se va dando”, concluye Loreto. 

Las tres mujeres coinciden en el cambio de vida que les dio andar en motocicleta, ya que les entregó más seguridad, libertad y las empoderó en su vida diaria. 

En ese sentido, hacen un llamado para que más mujeres se sumen a este estilo de vida y que tomen el manubrio sin miedo. 

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