La electromovilidad dejó de ser un concepto nuevo en nuestro vocabulario considerando que durante el 2023 se vendieron casi 14 millones de vehículos de nuevas energías (NEV) en el mundo. Chile no ha sido ajeno a esta tendencia, el año pasado se vendieron más de 1.500 autos 100% eléctricos (BEV) en todo el país, que sumado a otros tipos de tecnologías alternativas, llevaron a que las ventas superaran las 9.000 unidades en NEV.
Así también, se ha podido ver cómo las distintas regiones se han sumado de a poco a la electromovilidad, desde una mayor cantidad de autos eléctricos que transitan por sus calles hasta la instalación de puntos de carga, que ya suman 1.214 en la red pública. Aun así, los objetivos que tenemos en la industria automotriz junto con la estrategia que tiene el Estado, nos lleva a cuestionarnos si se está desarrollando la electromovilidad en regiones a los pasos que debería, y si estas nuevas tecnologías están efectivamente llegando a todo Chile.
En Europa, por ejemplo, en términos de regulación de infraestructura, utilizan la regla de los 60 km. Es decir, se debe instalar una estación de carga rápida de al menos 150 kW cada 60 kilómetros a lo largo de la red transeuropea de transporte (TEN-T). Qué importante son este tipo de medidas para masificar este tipo de movilidad.
A lo largo de nuestro país los puntos de carga públicos efectivamente están presentes, pero es importante preguntarse qué tan preparados estamos en otros aspectos que influyen en la adopción de una nueva movilidad. Es aquí donde el trabajo colaborativo entre instituciones y entidades de diferentes sectores es fundamental. Tanto el Gobierno como los establecimientos educacionales y distribuidores automotrices, debemos recorrer el mismo camino en la búsqueda de que la electromovilidad se popularice a una mayor velocidad que la actual.
Conectar de Arica a Punta Arenas en esta materia es una parte del desafío, que ya está en proceso, pero debemos entregar las herramientas correctas para que la electromovilidad sea sostenible en el tiempo. Para ello, las entidades privadas debemos cumplir un rol fundamental en el desarrollo, educación y crecimiento del capital humano, mediante la preparación de profesionales aptos para esta tarea.
Muchas veces el foco está en los futuros profesionales para tratar con las nuevas tecnologías que llegan al mercado automotriz, pero es indispensable sumar a quienes llevan años en el rubro. A través de la capacitación es posible desarrollar nuevas habilidades y conocimientos que se traducen finalmente en la entrega de una mejor experiencia para los usuarios.
Contar con el conocimiento sobre la tecnología empleada en los VE y los tipos de carga, además de la infraestructura de recarga y herramientas propias de la electromovilidad, permite y permitirá a los profesionales atender las necesidades de la industria en un escenario donde existe una mayor cantidad de vehículos eléctricos ya que, de acuerdo con cifras de la ANAC, en el primer semestre de este año el parque automotriz cuenta con 8.556 unidades nuevas de automóviles de nuevas energías.