La lógica apunta a que la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Harald Beyer, que se vota mañana en la cámara de diputados será rechazada. Si contra los pronósticos se aprueba, sería un gran triunfo para el movimiento estudiantil.
El problema es que si un ministro sale por no haber hecho con fuerza lo que tenía que hacer, le deja una tarea muy grande a quien lo sucede. Y esa tarea es investigar el lucro en todas las universidades, donde políticos de todos los sectores tienen intereses. Por eso la lógica apunta a que no se alcanzarán los votos para la acusación.
Al mismo tiempo, Bachelet habló de terminar con el lucro, crear nuevas mayorías y un gobierno ciudadano, guión repetido de la campaña de 2005. La contradicción es que si ella realmente entendió que el país cambió, que se requieren grandes transformaciones, la única manera de lograrlo es con políticos con mucha experiencia, que son los mismo de siempre, resistidos por los movimientos ciudadanos.
