Menopausia precoz: ¿Cuáles son los riesgos de tener lo que enfrenta Catalina Edwards?

Catalina Edwards conversó con revista Caras donde reveló uno de los problemas más íntimos que ha debido enfrentar en su vida: su menopausia precoz.

La periodista de Mega confesó que nunca había hablado del tema, pero que una de las razones por las que aceptó dar la entrevista -hace más de dos años que no daba una- fue porque consideraba importante sacar a la luz este tema de salud de muchas mujeres en Chile, pero del que poco se conversa.

«Mi hijo es un milagro. Yo casi no tenía ninguna posibilidad de tener hijos, había un porcentaje súper bajo de mamá, algo así como un 3%, incluso menos, con o sin tratamientos», contó. Y agregó: «Me diagnosticaron menopausia precoz a los 30 años y probablemente se desarrolló durante toda mi adolescencia. Me enteré recién estando casada, cuando me quise embarazar y no lo lograba».

Rodrigo Macaya, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes y especialista en endocrinología ginecológica y reproducción, explica que la menopausia es la fecha o edad en la que ocurre la última menstruación producto del cese de la función de los ovarios. Des esta forma «los ovarios dejan de funcionar porque se acaban los ovocitos y, cuando esto ocurre, ya no hay producción de estrógenos que estimulen al útero y lo hagan menstruar cada mes».

Según el especialista, «la menopausia llega normalmente entre los 48 a 50  años, sin embargo, a veces puede adelantarse varios años. Cuando esto ocurre alrededor de los 40 años, se habla de menopausia precoz, pero cuando ocurre antes de los 30 años, se habla de falla ovárica prematura».

Además, el médico advierte: «No hay cómo saber quien podría presentar una menopausia precoz. Esto está determinado por la cantidad de ovocitos con los cuales una mujer nace. Si estos se terminan antes, esto determinará una menopausia anticipada».

Afortunadamente para Cata Edwards, su menopausia precoz no le impidió tener a su hijo Juan Pablo, que hoy tiene seis años. Sin embargo, no fue fácil pues se preparó todo un año para poder realizar un solo tratamiento, «porque en el fondo no tenía más posibilidades». Y es que cuando lo intentó por segunda vez, ya no dio resultados: «Hicimos todo lo que pudimos, probamos varios tratamientos, pero yo ya no estaba generando óvulos, mi diagnóstico es súper lapidario».

Edwards reflexiona también en la entrevista sobre cómo vivimos las mujeres los controles que realizamos a nuestro órgano reproductivo. «Cuando vas al ginecólogo y eres chica los médicos asumen que está todo bien, por lo que no te piden exámenes que detectan una menopausia precoz. Hoy, debido a mi experiencia, en mi círculo de amigas le solicitan al doctor exámenes para sus hijas que tengan que ver con aquello», sostiene.

Pero además de disminuir considerablemente la posibilidad de tener hijos, la periodista reveló lo difícil que es experimentar cambios corporales que no deberían corresponder a esa edad.

«Vivir con una menopausia precoz significa vivir con un rollo emocional y físico. Cuando supe esto, dije tengo dos posibilidades, o me meto full en el deporte, que por cierto, siempre ha sido mi afición, o empiezo un tratamiento hormonal de reemplazo con una serie de medicamentos. Lo segundo lo descarté de inmediato porque tiene una serie de efectos colaterales», confesó.

El doctor Macaya explica que la principal diferencia entre una menopausia precoz y una normal es que la primera «adelanta en diez años los cambios propios que una mujer experimenta a los 50. Esto significa que, de no mediar algún tratamiento, la mujer presentará una pérdida anticipada de la densidad mineral ósea, deterioro en la calidad de la piel, sequedad vaginal, bochornos y sudoración, y eventualmente mayor riesgo cardiovascular. Claramente esa mujer necesita un control ginecológico adecuado y mantener una terapia al menos hasta los 50 años, momento en que naturalmente debiera haber presentado su menopausia».

Por otro lado, advierte que «existen mujeres a las cuales la menopausia les llega antes de los 30 años. Esto es mucho más inusual, pero es muy importante el correcto estudio, ya que algunas de ellas el motivo de esta falla ovárica prematura es una alteración genética que determina el haber nacido con una cantidad aun menor de ovocitos en sus ovarios. Más aún, algunas de estas alteraciones genéticas podría determinar en estas mujeres un mayor riesgo de algunos tipos de cáncer de ovario».

Para el especialista, «el correcto manejo de los casos de menopausia precoz y falla ovárica prematura permitirá una calidad de vida normal de estas mujeres, mejorando su salida de vida actual y futura».

De cierta forma, mantener una buena calidad de vida es lo que decidió hacer Edwards. «Tomé el camino de afrontar la vejez de mi aparato reproductivo. Comencé investigando acerca de las consecuencias que acarrea la osteoporosis porque con menopausia te descalcificas más rápido, pero si corres de manera sostenida se retarda el proceso. Decidí correr más y llevar una vida mucho más ligada al deporte, de esa manera potencio mi salud».

Sin embargo, la parte emocional no ha sido del todo fácil de sobrellevar. «Me sentía inútil y me preguntaba para qué estoy acá o para qué sirven mis ovarios y útero, si no puedo reproducirme. Sentí miedo de qué iría a pasar con mi cara y cuerpo cuando tuviera 50. Sin embargo, no me paralicé y me “ocupé”, comencé a correr mucho… Si tú analizas, cada deportista corre por algo y por un impulso interno que gatilla a hacerlo, yo corro por esto o para esto», reveló. Y saca como conclusión: «Creo que lo más fuerte ya pasó, asumí mi condición y tengo un hijo precioso, que es el reflejo de que le torcí la mano al destino de una forma brutal. Me mentalicé y dispuse que esta condición no me la iba a ganar, por lo tanto, eso me hizo fuerte mentalmente. Ha sido una historia dolorosa, porque no solamente me costó tener un hijo, sino que además perdí una guagua antes de Juan Pablito. Sin embargo miro para atrás y para mí todo ha significado ganancia».