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Isabel Plá: «En Chile debe establecerse la igualdad salarial entre hombres y mujeres» Se esperan medidas para poner fin a la brecha salarial

Isabel Plá: «En Chile debe establecerse la igualdad salarial entre hombres y mujeres»

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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La nueva ministra de la Mujer y Equidad de Género planteó como una de las prioridades del nuevo gobierno combatir de raíz los problemas de la equidad salarial, aunque descartó que quede consagrado en una nueva Constitución. Pese a los sectores mas conservadores, la igualdad de remuneraciones es uno de los temas más fuertes que se están discutiendo en material laboral tanto en el mundo y como en nuestra región.


Chile es uno de los países donde existe una mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), con una brecha salarial de 21,1%. El promedio del bloque es de 14,3%.

Por eso, entre otras razones, disminuir la equidad salarial fue uno de los principales temas que se tocó este lunes en la reunión que sostuvo la entrante ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, junto a las diputadas de Chile Vamos para proyectar la agenda de género del nuevo gobierno.

«Es un proyecto que está en nuestra cartera, probablemente lo abordemos en los próximos meses, pero sí, nosotros compartimos el objetivo que en Chile debe establecerse la igualdad salarial entre hombres y mujeres», aseguró la ministra.

Pero para lograr la equidad salarial, tienen una idea clara. «Nosotros tenemos que combatir el origen de esa desigualdad que es que prácticamente sobre la mujer recae todo la responsabilidad del cuidado familiar y eso le pone un costo a la relación laboral de la mujeres. Todas las políticas nuestras van a ser para hombres y para mujeres», sostuvo.

Y es que la igualdad de remuneraciones fue un tema que adquirió fuerza luego de que la presidenta saliente Michelle Bachelet presentara un proyecto de nueva Constitución a cinco días de dejar el gobierno, donde se consagraba la equidad de derechos entre hombre y mujeres, incluyendo lo referente a remuneraciones por el mismo trabajo.

Pero luego de asumir el nuevo gobierno y ante el poco interés por modificar la carta fundamental ¿Es necesario entonces que esa equidad quede consagrada en la Constitución?

La nueva ministra de la Mujer precisó que «la igualdad ante la ley ya está establecida en nuestra Constitución», aunque para ser efectivos hay que «ir a los orígenes de la brecha en salario, de por qué menos de la mitad de las mujeres está en el mercado laboral, por qué las pensiones de las mujeres son más bajas, por qué hay más mujeres que viven en situación de pobreza que hombres.  Lo importante es ir a la razón por las cuales se generan esas brechas».

Lo cierto es que nuestro país cuenta con una Ley de Igualdad de Remuneraciones, pero que hasta ahora no presenta más de 30 denuncias desde que fue promulgada.

Camila Maturana, abogada de Corporación Humanas, reafirma que «efectivamente en Chile tenemos un problema de brecha salarial muy grave que se buscó revertir con la dictación de una ley en el año 2008 que no tuvo ningún efecto. Transcurrido el tiempo, la brecha salarial se mantiene y en algunos años incluso se observa un aumento en la diferencia de remuneraciones que reciben las mujeres respecto de los hombres».

También el abogado laboral Cristián Aguayo explica que «una norma de rango constitucional es de mayor rango y relevancia que el que establezca una ley como la que actualmente tiene vigente en el Código del Trabajo».

En ese sentido, «las normas de rango constitucional eventualmente podrían permitir ejercicio de acciones judiciales o administrativas más eficientes que las meramente laborales».

Aún así, el abogado piensa que las herramientas legales existentes permiten, en teoría, lograr este derecho a las mujeres. «Pero creo que en la práctica se ejerce poco ya que siguen existiendo elementos subjetivos para evaluar la equivalencia de las condiciones de trabajo de dos funciones y porque estos temas generan un ambiente laboral que finalmente es probable genere un efecto negativo a las denunciantes».

Desde la Corporación Humanas se muestran optimistas con las medidas que puede haber en la nueva administración. «De acuerdo al programa de gobierno y lo que hemos visto en las declaraciones de la ministra Isabel Plá, es una materia que al gobierno preocupa de sobremanera y que se va a buscar solucionar junto con la modificación a la regulación de salas cunas, ya que asignar el cuidado de los lactantes solo a las madres trabajadoras ha contribuido enormemente ha dificultar el acceso de las mujeres al mercado del trabajo remunerado», manifiesta Maturana.

«Aquí hay un problema y está reconocido por el actual gobierno», agrega.

Panorama internacional

Luego de que Bachelet enviara el proyecto de nueva Constitución al Congreso, hubo reacciones dispares. Por un lado, el vicepresidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Manuel Melero, calificó la idea de «equivocada y errónea” pues para él no se debe legislar por las diferencias de salarios sino que hay que “hacerse cargo de las causas que están provocando el fenómeno”.

Es por eso que advirtió de la dificultad que podría tener para las mujeres ser contratadas ante tantos obstáculos.

Sin embargo, la ex ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, afirmó que las reticencias obedecían más a una visión “conservadora” que a otra cosa.

La equidad salarial no es un tema nuevo ni en Chile ni en el mundo, aunque ha adquirido más fuerza en el ultimo tiempo. En marzo de 2014, la Comisión Europea publicó recomendaciones concretas para lograr una verdadera igualdad en remuneraciones entre mujeres y hombres en los países miembros. Estas recomendaciones llevaron a países como Alemania, Reino Unido, Suecia y Finlandia a dictar una serie de medidas para que las empresas no puedan pagar diferentes sueldos por género cuando desempeñan un trabajo similar. También España está en el proceso de aprobar una ley en ese sentido.

Lo que la Unión Europea recomienda parece sencillo, ya que plantea entre otras cosas, transparencia salarial, información de los sueldos por categoría y por género, auditorías de sueldos y que no exista diferencia salarial en contratos colectivos.

Por eso Islandia aprobó una ley de forma unánime en el Parlamento en junio de 2017 -que entró en vigencia este año- que exige a las empresas pagar lo mismo a hombres y mujeres. Una medida que busca acabar con el 20% menos que la mujer gana en comparación con un hombre, y que establece que las diferencias salariales sólo podrán existir por factores como nivel educativo, rendimiento y cualidades profesionales.

Por su parte, Alemania implementó desde el pasado 6 de enero que las empresas con más de 200 trabajadores, deban pagar el sueldo medio a las mujeres que ocupen puestos similares a los hombres.

«Si una mujer está segura de que está cobrando menos que un hombre, podrá reclamar jurídicamente su derecho a recibir una misma remuneración por un mismo trabajo», explicó la ministra socialdemócrata de la Mujer Katarina Barley.

Una medida que busca terminar con el 21.6% menos que las trabajadoras alemanas ganan menos que hombres. Entre las principales razones de esta situación están que el trabajo parcial y no ocupar cargos directivos, según datos del Ministerio de Asuntos Sociales del 2016.

Pero el tema de la equidad salarial no sólo está presente en Europa, sino en nuestra región.

En Argentina, cuya Constitución Nacional consagra que un hombre y una mujer deben cobrar lo mismo por el mismo trabajo realizado, la cifras demuestran que las mujeres ganan un 27% en relación los hombres.

Por eso hay mociones parlamentarias que pretenden modificar la Ley de Contrato de Trabajo N° 20.744 para garantizar la igualdad laboral y la paridad salarial estricta.

Paralelamente, el Ejecutivo presentó un proyecto que aúna otras mociones y que propone incentivos para que las empresas equiparen los salarios de mujeres y hombres, y que incluye, entre otras cosas, la ampliación de la licencia por paternidad, que actualmente considera dos días y que se busca subir por lo menos a 15.

A la vez, se busca dar a conocer públicamente a las empresas mejor y peor posicionadas en temas de equidad salarial. Esa propuesta va más en línea (reconocen quienes están al tanto del proyecto del Ejecutivo) con la idea de la Casa Rosada, que la iniciativa de Medina, que apunta a modificar la Ley de Contratos de Trabajo para garantizar la igualdad laboral.

El proyecto del gobierno argentino sigue los estudios que demuestran que la inclusión de las mujeres en la Población Económicamente Activa impactaría directa y positivamente en el PBI. Además el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha planteado que hay «amplias evidencias de que, cuando las mujeres pueden desarrollar plenamente su potencial en el mercado de trabajo, los beneficios macroeconómicos son significativos».

Uruguay también presentó hace unas semanas una estrategia nacional para luchar por la igualdad de género, que define objetivos económicos, políticos, sociales y ambientales.

«No es posible un desarrollo sustentable ni sostenible sin las mujeres. Cuando hablamos de la lucha por la igualdad, hablamos de una lucha constante y persistente, porque todas las sociedades del mundo son desiguales», aseguró la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mariela Mazzotti,

Brasil también está tomando medidas ya que las trabajadoras ganan el equivalente al 75% de los salarios de los hombres en las mismas funciones y son minoría en cargos importantes, pese a que tienen más años de estudios, según un estudio divulgado  por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

Para el IBGE, esta discriminación obedece en parte a que las mujeres brasileñas dedican cerca de 18,1 horas semanales a los cuidados de sus familias o tareas domésticas, un tiempo en un 73% superior al que los hombres dedican a esas mismas labores.

Según las estadísticas oficiales, las mujeres tienen más años de estudios que los hombres y están menos atrasadas en su formación escolar.

«Como resultado de la desigualdad en la trayectoria escolar, relacionada a los papeles de género y a la entrada precoz de los hombres en el mercado de trabajo, las mujeres alcanzan en promedio un nivel de instrucción superior al de los hombres», según el estudio.

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