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Escuela República de Alemania: Ejemplo de inclusión multicultural en la educación La experiencia de esta escuela será contada este lunes en el Seminario de Migración en Valparaíso

Escuela República de Alemania: Ejemplo de inclusión multicultural en la educación

Hace 12 años, el profesor Miguel Ángel Llanos dio curso a una iniciativa que permitió acoger a más de un centenar de niños de origen extranjero, principalmente peruanos, colombianos y ecuatorianos en una escuela de integración. La fórmula, única en Chile, incorpora asignaturas nuevas como Historia de Sudamérica. Se celebra también el Día de la Independencia del País Hermano (28 de julio) y en octubre se realiza una fiesta multicultural donde las comunidades presentan sus bailes y gastronomía.


El exilio de miles de chilenos en el extranjero fue una de las inspiraciones para que el profesor Juan Carlos Llanos impulsara junto a sus colegas una iniciativa para acoger a más de un centenar de niños de origen extranjero en la escuela “República de Alemania” del barrio Yungay, en el centro de Santiago.

Cuando otras escuelas los rechazaban por falta de documentación, este colegio les abrió las puertas en una experiencia que lleva más de diez años y que será relatada hoy en el marco de un seminario sobre inmigración en Valparaíso.

“La instalación de migrantes en la Escuela República de Alemania del Barrio Yungay” se llama la ponencia que presentará Llanos en el seminario “Migración Contemporánea-Miradas Locales”, que se realizará en el Centro de Extensión Cultura (Centex) de Valparaíso, y que cuenta con varias actividades vinculadas al tema.

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Foto: Gentileza Hilda González

Múltiples iniciativas

La escuela data de 1953 y actualmente acoge a 370 alumnos, de los cuales unos 120 son de origen peruano, colombiano y ecuatoriano, aunque también ha habido argentinos, haitianos y dominicanos. Hilda González, funcionaria con 19 años de servicio en la escuela, recuerda que la experiencia partió en 2002 bajo el mando del entonces director Víctor Sepúlveda y continuó luego con el actual, Leopoldo Cerda.

No sólo la disposición a recibirlos más allá del tema burocrático atrajo a los inmigrantes. “A las mamás les gustaba el trato que se daba a los niños”, recuerda. “Y se fueron pasando la voz”.

Porque el respeto es uno de los pilares de la entidad: se canta el himno chileno junto al peruano y se conmemora el día de la independencia del país hermano (28 de julio). En octubre se realiza una fiesta multicultural donde las comunidades presentan sus bailes y gastronomías,  y que ya lleva cinco versiones. También hay talleres de danza y volleyball, un deporte donde países como Perú han sido fuertes históricamente (su selección femenina fue subcampeona olímpica en 1988).

El 21 de Mayo se conmemora con un enfoque antibélico: se habla de Arturo Prat, pero también del héroe peruano Miguel Grau, y de cómo antes de enfrentarse en bandos opuestos lucharon juntos contra los españoles.

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Foto: Gentileza Hilda González

Además en séptimo básico se imparte una materia inédita en Chile, “Historia de Sudamérica”, creada por la escuela junto a la universidad Arcis y la Corporación AYUN, donde se habla de las culturas prehispánicas que residieron en la región, como la cultura Caral de Perú, tan antigua como Egipto, China o Mesopotamia.

De todas estas iniciativas hablará Llanos.

¿Son conscientes los niños de la acogida que se les da?

“Creo que no alcanzan a darse cuenta”, reflexiona el profesor. “Piensan que así es la escuela en Chile”.

Exilio pasado, migración actual

Llanos empezó a trabajar en la municipalidad de Santiago en 1990. Fue reincorporado tras su exoneración en 1973. Había pasado la UP en el Pedagógico (donde estudió Historia) y el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE), entidad disuelta tras el golpe militar y reemplazada en 1974 por el Colegio de Profesores.

Como parte de su constante perfeccionamiento, una de las especialidades de Llanos era el “multiculturalismo”, especialmente a partir de las experiencias en países como Francia, España e Inglaterra. Fue en virtud de eso que se convirtió en el “encargado” del tema cuando empezaron a llegar los niños de origen extranjero a la escuela, situada en un barrio de inmigrantes. “Nos colocamos un lema: ‘Educar sin fronteras’. Ningún niño podía quedar al margen de la educación formal por no tener sus documentos legalizados”, recuerda Llanos.

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Foto: Gentileza Hilda González

“Fíjate que pensamos en el exilio, en cuanto chileno se fue y era inmigrante”, señala. “¿Cómo los recibieron? ¿Cómo los acogieron? ¿Los rechazaron, los discriminaron? Decidimos recibir (a los niños) sin cortapisas y tratando de resolverle todos los problemas (burocráticos)”.  Llanos apunta a que sólo los trámites de legalización podían llegar a costar $200.000 por cada pequeño, por lo cual salieron a pedir ayuda a ONG y a los consulados extranjeros.

¿Cómo es hoy la relación entre los chilenos y los extranjeros en la escuela? “Tiene todas las virtudes y los defectos de la edad y la etapa y el desarrollo que están viviendo”, dice Llanos. “Hay amistades cruzadas entre peruanos y chilenos. Ellos todavía no tienen el odio ni la discriminación, que aflora sólo cuando hay un conflicto por diferencias sociales, étnicas, físicas… pero el niño en básica todavía se está formando”. Y si el clasismo y la discriminación están presentes en la escuela, es porque “afuera lo están”, agrega.

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