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David Aniñir, el Rimbaud mapuche: “No creo que el etiquetarte alguna clasificación étnica le suba el pelo a la creación literaria”

David Aniñir, el Rimbaud mapuche: “No creo que el etiquetarte alguna clasificación étnica le suba el pelo a la creación literaria”

Fue uno de los invitados estrella de la reciente Feria del Libro de Ovalle, que concluye el próximo jueves. “Para mí hay buena o mala poesía, independiente de ser mapuche o no. La calidad habla por sí sola. El resto hay que dejárselo a los estudiosos y críticos”, dice.


Una destacada participación cumplió en la Feria del Libro de Ovalle, que se extiende hasta el próximo jueves, el poeta y gestor cultural mapuche David Aniñir (Santiago, 1971).

En la ocasión, el artista compartió con los asistentes su libro “Wiltranalwe” (Quimantú, 2014). Junto a la poetisa Roxana Miranda participó en un interesante  conversatorio sobre “las vertientes del habla mapuche, su impronta y su canto”.

“El formato conversatorio me sienta bien, ahí  tienes un acercamiento directo con el autor, la opinión sobre ciertos aspectos de la vida y las coordenadas  que le llevaron a escribir además de su visión del mundo”, señala Aniñir, que también ha publicado “Haykuche” (2008). “Ese contacto con el público que lee o se aventura a escuchar la poesía como desafío, es alentador”.

“Peludo sistema”

Aniñir se hizo famoso con su libro “Mapurbe” (2005, Odiokracia Autoediciones), que causó tal impacto que fue reeditado por Pehuén, convirtiéndose no sólo en un hit sino en objeto de estudio de diversas universidades, tras versos como “somos mapuche de hormigón/debajo del asfalto duerme nuestra madre/explotada por un cabrón”.

Uno de los poemas de ese texto, “Lautaro”, incluso fue parte luego de un libro del Ministerio de Educación.

Allí se lee: “Lautaro/montado sobre este peludo sistema/cabalgas en la noche/pirateando sin miedo el medio/chateando cerebros y consciencias/pasando piola en la red”.

Aniñir también puede escribir a “María Juana, la mapunky de La Pintana”, con versos como “mapulinda, las estrellas de la tierra de arriba son tus liendres/los ríos tu pelo negro de deltikas corrientes”.

Entre sus influencias, Aniñir reconoce a Nicanor Parra, Rodrigo Lira, Mauricio Redolés, Alejandra Pizarnik, Pedro Lemebel, Charles Bukowski y “sobre todo la música, el rock… soy poeta de oído”.

Un artista que además ha realizado video-poemas junto al realizador audiovisual Francisco Huichaqueo,  fusión poético-musical con diversas bandas de rock, así como performance e intervenciones de arte en espacios públicos, incluyendo Europa y Argentina.

“Impronta popular”

“Mi obra representa principalmente al sentido de identidad  mapuche en los espacios urbanos”, dice. “Refiere al sentido de pertenencia a una nación, a su historicidad, su memoria colectiva y ciertos aspectos de la cosmovisión, todo ello aterrizado en la contemporaneidad y nuestro reality vivido como la primera y segunda generación mapuche nacida en la ciudad de  Santiago, en mi caso”.

Este poeta habla de los mapuches nacidos y criados en los cordones periféricos de las ciudades, en “la pobla”.

“Entones mi poética recoge toda esa impronta popular, se nutre de esa hibridez cultural”, señala. Su ópera prima “reúne ese acervo que no es nada más que nuestra vivencia como mapuche de la pobla. Entonces el lenguaje poético se hace fácil pues se contrae en esa esencia”.

“Calidad intrínseca”

Aniñir vivió su mapuchicidad en la población, “desde nuestra infancia, con mis hermanos, convivimos esa recreación cultural de panaderos, asesoras del hogar,  laburantes de diversos oficios que se congregaban los fines de semana, en sus días libres, en visitar a los familiares ya asentados en la pobla”.

“Ese fue el caso de nuestro barrio, nuestro pasaje, que fue poblándose de mapuches venidos desde las comunidades. Un  éxodo como resultado del despojo, la usurpación territorial, como migrantes forzados a enfrentar una realidad adversa, racista y discriminatoria Un choque cultural impuesto.  Todo eso se plasma en mi obra junto a otras motivaciones, estímulos e inspiraciones propias de estar transitar por el mundo”.

¿Se siente Aniñir parte de la literatura chilena o más bien de la literatura chilena? ¿La chilena incluye a la mapuche o se excluyen? ¿En qué se parecen y en qué se distinguen?

“No cacho claramente la primera pregunta. Respecto a lo de la literatura mapuche o no mapuche, eso lo entiendo a como lo estudia la academia y la crítica literaria”, responde. “Tengo mi apreciación particular: la poesía o el arte en general se sostiene y se debe sostener por sí sola, por su intrínseca calidad”.

“No creo que el etiquetarte alguna clasificación étnica, de género o lo que sea  le suba el pelo a la creación literaria”, agrega. “Tampoco me creo lo de la discriminación positiva o ese gesto zalamero por tu condición de mapuche. Para mí hay buena o mala poesía, independiente de ser mapuche o no. La calidad habla por sí sola. El resto hay que dejárselo a los estudiosos y críticos”.

Estado v/s Nación mapuche

Finalmente, Aniñir no se priva de opinar sobre el conflicto entre “el Estado de Chile con la Nación Mapuche”.

“A partir de su fundación se fueron implementando políticas de incorporación del territorio a las arcas de los latifundistas y colonos”, señala en referencia al primero. “Las campañas genocidas de Pacificación de la Araucanía (de Chile) y La Campaña del Desierto por parte del Estado argentino fueron una masacre, asesinatos, despojos descarnado que llevó al empobrecimiento de nuestra nación y que la historia oficial oculta, negando vergonzosamente los cimientos de su fundación”.

“Es una pacificación que no ha terminado”, añade. “Sistemáticamente se han implementado políticas represivas, montajes judiciales, militarización del territorio, hostigamientos, persecución, allanamientos, procedimientos judiciales viciados con testigos falsos, encarcelamiento de nuestros dirigentes y lo más terrible, el asesinato de nuestros hermanos”.

“Ya están en la retina popular (Alex) Lemun, (Matías) Catrileo, (Rodrigo) Melinao  y otros tantos”, advierte en referencia a jóvenes asesinado impunemente por la policía. Aún así, “cada día la causa mapuche adquiere más adherentes y cuenta con la simpatía social. Existe un escepticismo frente a los medios de comunicación, la gente ya no se traga las mentiras y montajes. Existe un descreimiento generalizado a las instituciones que no son nada más que los garantes de derecho de los poderosos”.

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