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«La Sangre de la Tierra» de El Circo del Mundo: Una experiencia conmovedora Crítica de circo

«La Sangre de la Tierra» de El Circo del Mundo: Una experiencia conmovedora

Este montaje, el número 8 de la compañía profesional, está excelentemente dirigido por el director de circo canadiense y uno de los fundadores de El Circo del Mundo en Chile, en el año 1995, Alain Veilleux.


Este miércoles se estrenó el nuevo espectáculo de El Circo del Mundo, La Sangre de la Tierra. Debe destacarse que cuando vemos a este circo moderno y sus artistas, estamos frente a una de las pocas escuelas artísticas de nuestro país, sustentadas a través de aportes públicos y autogestionados, para rescatar el oficio del circo de línea de «nuevo circo» francés, y enfocada en ser un aporte real en una de las comunas más complejas de Santiago, como es Lo Prado.

La escuela El Circo del Mundo ofrece a niños y jóvenes talleres, clases extra-programáticas y una escuela formación técnica de este arte, ayudando a tener alternativas de ocio a través del circo. Su labor pedagógica, artística y social ha sido ampliamente reconocida, en incluso este 2016 recibieron un reconocimiento de la Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile.

Este montaje, el número 8 de la compañía profesional, es una experiencia realmente bella y conmovedora. Está excelentemente dirigido por el director de circo canadiense y uno de los fundadores de El Circo del Mundo en Chile, en el año 1995, Alain Veilleux.

Él mismo dirigió el primer montaje profesional de la compañía, «ZirkoZita», que es el primer espectáculo de nuevo circo en Chile, y volvió especialmente para hacerse cargo de este. La Sangre de la Tierra nos lleva a sentir el mundo del vino y las vides, bajo una perspectiva poco habitual como público. Sentados en graderías alrededor de un gran hoyo-barrica en el que se suceden distintos cuadros circenses, y que nos deja a la altura de gran parte de las destrezas que transcurren en el aire.

La sensación es que estamos frente a un espectáculo que conjuga muy armónicamente el lenguaje del circo con el teatro y la danza contemporánea, donde también tiene responsabilidad la actriz y profesora Camila Osorio, en la dirección de actores.

La Sangre de la Tierra nos cuenta además pasajes olvidados de nuestra historia, como la participación de los esclavos africanos en las primeras plantaciones y cosechas de uva, tanto en Chile como Mendoza. Y por supuesto nos hace un recorrido por las distintas emociones que produce el vino durante su dulce embriaguez, como es el amor, la melancolía, la amistad y la tristeza.

El elenco está compuesto por destacados y talentosos jóvenes que realizan distintas especialidades (acrobacia, malabares, payasos, ballet), sin embargo el trabajo de dirección y la compenetración de ellos mismos, nos lleva a disfrutar de un montaje fluido y muy cohesionado, con los momentos de humor propios del circo que encantan a grandes y chicos.

Hay escenas que se roban la noche, como el dúo de cinta aérea entre Alexis Carrasco y Valentina Weingart que es realmente arrobador.

Gracias al aporte de Fondart, la escenografía y montaje está construido en el zócalo de la Municipalidad de Recoleta, que los acogió tras la negativa de Providencia donde estaban programadas estas funciones originalmente. Quizás sea mejor, y el público de la Recoleta «profunda» y las comunas aledañas pudieron disfrutar de un espectáculo original, de gran delicadeza y calidad artística, y más encima gratuito.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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