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Títeres chilenos gigantes recorren África para mitigar los efectos de la violencia política y de género CULTURA

Títeres chilenos gigantes recorren África para mitigar los efectos de la violencia política y de género

EdukarteValparaíso trabajó en Guinea-Bissau, un país que en 2009 logró la democracia. «Nuestra metodología de trabajo apunta a abordar temáticas para unificar y construir desde el diálogo sobre situaciones de conflicto y trabajarlas a través de educación para la paz», comenta su director, Eric Estrada. Para el artista visual, la experiencia además sirve para su implementación en Chile, en momentos de tensión debido a fenómenos como la inmigración y el tema de género.


Un trabajo de arte para la paz realiza en África EdukarteValparaíso, una ONG artística que busca contener, conformar y, en el mejor de los casos, minimizar los efectos de la violencia política, migratoria y de género.

Ha sido una «experiencia de trabajo de educación para la paz, intervención en zona de conflicto político y creación de marionetas gigantes con sentido de identidad cultural y nacional en Guinea Bissau», cuenta el artista visual y director, Eric Estrada.

El país africano, una antigua colonia portuguesa situada en el este del continente negro, es independiente desde 1973 y ha vivido una larga inestabilidad política. En 2009 terminó una dictadura que regía al país desde 1980.

Erik Estrada en terreno.

Inspirado en Paulo Freire

Eric Estrada y Mercedes Viza, ambos artistas visuales, estuvieron en Guinea Bissau desde el 12 de marzo al 12 de abril. Trabajaron básicamente desde la capital Bissau, con un equipo de 40 personas del país, especialmente el grupo «Constructores de paz».

El trabajo consistió en reunir en un taller a distintos actores políticos y personas de diversos oficios políticos de grupos opuestos, profesores, trabajadores, estudiantes y también militares, para crear los muñecos en conjunto, tanto con materiales traídos para ese efecto como a través del reciclaje.

«Trabajar en espacios de conflicto político te hace sentir que estás dentro de una bomba de tiempo que puede estallar con cualquier pisada en falso», comenta Estrada. La experiencia ha sido «súper impactante».

[cita tipo=»destaque»]»El año pasado trabajamos en Suecia en un proyecto junto a refugiados de guerra de Afganistán y este año hemos llegado a África, después de planificar acciones durante dos años junto a dos organizaciones de África (Teatro del Oprimido de Guinea Bissau) y Alemania (WFD)», cuenta Estrada. La ONG tiene una larga experiencia en el tema. Ha trabajado temáticas de rescate de identidad cultural y territorial con pueblos originarios desde el 2011 entre Chiloé y Parinacota. En su caso, trabaja a través de las «marionetas gigantes».[/cita]

Esto tiene que ver no solo con su inestabilidad política, sino con su multiculturalidad: a pesar de ser un país pequeño (1,7 millones de habitantes, lo mismo que toda la Región de Valparaíso), allí se hablan varios idiomas y conviven distintos grupos étnicos. De hecho, es la única ex colonia portuguesa de mayoría musulmana.

En el caso de Guinea Bissau, el trabajo rescató dos figuras icónicas del país: Amílcar Cabral, el padre de la Independencia, asesinado en 1973 por las autoridades portuguesas, y Nimba, una deidad africana común a todos los habitantes.

 

Dos años de planificación

La metodología de trabajo de la ONG apunta a abordar temáticas para unificar y construir desde el diálogo sobre situaciones de conflicto y trabajarlas por medio de educación para la paz, un sistema de trabajo que nace con el pedagogo brasileño Paulo Freire.

«El año pasado trabajamos en Suecia en proyecto junto a refugiados de guerra de Afganistán y este año hemos llegado a África, después de planificar acciones durante dos años junto a dos organizaciones de África (Teatro del Oprimido de Guinea Bissau) y Alemania (WFD)», cuenta Estrada.

La ONG tiene una larga experiencia en el tema. Ha trabajado temáticas de rescate de identidad cultural y territorial con pueblos originarios desde el 2011 entre Chiloé y Parinacota. En su caso, trabaja a través de las «marionetas gigantes».

Estrada ha aprovechado su calidad de especialista en diseño, construcción, montaje y dirección de obras de marionetas gigantes, así como director artístico de compañías de marionetas gigantes «Sueños de Maché», de Valparaíso, y «Gigantes Andinos», de Arica.

Un foro de paz

Tras terminar el trabajo, el diagnóstico fue ampliamente favorable. Una vez finalizadas las actividades se realizó un Forum de Paz, que contó con agentes de distintos ámbitos que buscan la paz en la región.

«Por suerte la intervención ha traído impactos positivos a nivel nacional e internacional que han contribuido a que la ciudadanía, militares y los grupos políticos vean la unidad como una manera de solucionar problemáticas y buscar la paz, entendiéndola como un proceso cívico para la estabilidad y progreso de comunidades, grupos étnicos, religiosos o una nación», relata Estrada. «Entendieron que para surgir como país es importante sentarse a dialogar», puntualiza.

Tras la confección de los muñecos, estos fueron llevados en un desfile por la capital y también otras localidades, siempre con el objetivo de invocar el diálogo y la paz. «Hasta el presidente se enteró y mandó gente para que acompañara la caminata de paz que hicimos al final», detalla.

«Fue impresionante, porque llegó gente del periodo de la lucha por la Independencia, que lucharon con Amílcar Cabral como compañero, y al ver la marioneta lo iban a saludar como si fuese una persona».

Ahora continúan en recorrido para seguir divulgando su mensaje.

Una lección para Chile contra racismo y machismo

Estrada siente que la experiencia es importante no solo para el país africano, sino también como una lección para Chile, donde el diálogo entre algunos parece actualmente imposible.

«Sentimos que es necesario mostrar esta experiencia, porque en este momento en nuestro país tenemos tantas posibilidades de construir unidad, pero estamos cayendo en la invisibilidad del otro a partir de cómo piensa, lo que nos está limitando en la hora de dialogar y es más fácil confrontar y dividir, en vez de complementar desde la diversidad», recalca.

«Los métodos de intervención a través de la creación son grandes puentes, en los que personas de distintas bases ideológicas, religiosas y culturales pueden encontrarse, construyendo y dialogando para trabajar temáticas que sean de interés común», asegura.

Y aunque hay propuestas para volver a África y también proyectos para invitar a gente de Guinea Bissau a Chile, «para fomentar la cooperación sur-sur», Estrada insiste en que es «fundamental trabajar más profundamente en casa, más en este momento en que hay tanta temática interesante y divisoria a la vez».

«Tenemos certeza de que el trabajo de educación, con mirada social y creaciones colectivas, pueden ser herramientas para encontrar soluciones a temáticas que van desde lo doméstico, como la integración y diálogo entre migrantes con habitantes de un barrio en Valparaíso o Santiago, hasta el trabajo de temáticas mayores, como el distanciamiento político, temáticas de género, violencia y otras situaciones que estamos viendo a diario», sostiene.

 

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